1.445 familias se verán afectadas por la decisión adoptada por el gobierno porteño respecto al Programa Ciudadanía Porteña; gremios docentes aseguran que es un nuevo ajuste sobre el alumnado.
Para mantener el beneficio se estableció contar con el 85% de de asistencia a clases de niños, niñas y jóvenes pero aseguran que la gestión porteña no genera las condiciones para que miles de chicos vulnerables asistan a clases, y en su lugar castiga a esos estudiantes.
La comunidad educativa repudió este «nuevo ajuste» del Jefe de Gobierno, Rodríguez Larreta, sobre los estudiantes más vulnerables de la Ciudad. Tras la quita, presentaron una declaración de repudio en el parlamento y el pedido de restitución inmediata de la ayuda económica.
El gobierno porteño dejará de brindar ayuda al 8% de los 17.798 estudiantes porteños para los que se pensó el programa. «Ciudadanía Porteña» es un programa mediante el cual las familias reciben por cada menor $7.561 si son consideradas en situación de pobreza o $11.341 pesos si están por debajo de la línea de indigencia. En 2022, el gobierno porteño “identificó” una suba en el ausentismo tras el confinamiento como consecuencia de la pandemia.
¿Condiciones? No,condicionamientos
Tras relevar los registros de presencialidad exclusivamente la ministra Soledad Acuña modificó los requisitos para ser considerado “alumno regular” y decretó que quienes no alcancen asistencia mínima (85% de los días efectivos de clases por bimestre) pierden la regularidad; y automáticamente les quitan la ayuda económica
Según sus propios datos oficiales, detectaron que había un 30% de estudiantes que faltaba a clases al menos una semana al mes.
“En lugar de pensar qué es lo que hace que esas familias no puedan mandar a sus chicos a la escuela y poder accionar en función de la ayuda que necesitan, lo que hacen es castigar y quitarles los pocos recursos que tienen. Quizá los chicos no pueden venir a la escuela porque estuvieron acompañando a sus familias toda la noche juntando cartones, o porque se enfermaron pero como no consiguen turnos en el hospital no trajeron el certificado correspondiente, o no pueden venir porque no tienen ropa o zapatillas como nos pasa mucho en nuestra escuela”, consideró Florencia docente en la Escuela Mugica cerca de la Villa 31.
La auditoría porteña detectó sobre este programa que, a nivel educativo, solo se halló el registro de asistencia, sin el seguimiento esencial de desempeño. En varias ocasiones la falta de seguimiento, acompañamiento y orientación a los hogares beneficiarios, así como la derivación ante situaciones de repitencia y sobreedad escolar; riesgos en salud, desarrollo nutricional y vulnerabilidad. Ante “esta falla”, si bien se acreditaron cruces de información con los Ministerios de Educación y Salud, se volvió a evidenciar la falta de constancia en los controles de vacunas y, a nivel educativo, solo se halló el registro de asistencia, sin el seguimiento esencial de desempeño.
Desde la comisión directiva de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera), cosideraron que “la quita de esta ayuda económica implica una perspectiva punitiva de las clases populares que son las que necesitan de cada vez más Estado y no al revés, es decir, más y no menos acompañamiento. Son familias que no se las acompañó durante todo este tiempo a partir de la reducción sistemática del presupuesto educativo, principalmente en los equipos de orientación escolar, en los equipos de apoyo y en los distintos dispositivos de acompañamiento; y esa reducción de presupuesto es lo que genera que esas miles de familias no puedan continuar con la escolaridad de sus hijos e hijas”.