El plan de los togados
Por Juan Alonso
La maniobra lleva meses en pleno desarrollo. Los jueces Lorenzetti y Maqueda están empoderando al Superior Tribunal de Justicia de la ciudad autónoma de Buenos Aires (STJ), con el objetivo de desgastar y tomar por asalto el fuero laboral y también el comercial donde se dirime la quiebra del Correo hace 20 años. Por ahora no lo han logrado del todo. Pero insisten con listas de abogados enmarcados en el más rancio macrismo.
Por eso, ambos ministros de la Corte -ahora en oposición aparente- desarrollan una maniobra jurídica que asiste a los planes macristas y de la ultraderecha liberal libertaria para eliminar las indemnizaciones por despidos y las leyes laborales aprobadas en el primer y segundo Peronismo de mediados del siglo XX.
La acordada que colocó al juez Rosatti como presidente de la Corte tiene ese motivo de origen y se enlaza con un dictamen del procurador interino, Eduardo Casal, que puso a operar a uno de los fiscales, más cercanos, Diego Iglesias (muy cercano a la DEA) en causas narcos en la provincia de Santa Fe. Justo luego de que Anibal Fernández se reunió con Omar Perotti y Marcelo Saín para colaborar con las fuerzas federales en Santa Fe.
O sea: el flamante reinado de Rosatti que se votó a sí mismo y la designación de Iglesias por Casal se produjo el mismo día.
Los cortesanos ejecutaron su reelección vía zoom pese a tener dos dosis de vacunas y un salario de un millón de pesos al mes cada uno/a.
De esta forma, la casta del Poder Judicial aún debe explicaciones por el manejo de fondos de la Obra Social del Poder Judicial, la discrecionalidad del Consejo de la Magistratura donde la Corte actúa como jurado, y el control de causas por enriquecimiento ilícito contra Rosatti que dormirían el sueño de los injustos en Santa Fe.
Ni hablar del lobby familiar del magistrado Rosatti para que su progenie ocupe roles en organismos jurídicos diseñados para sumar poder.
Todo el esquema sería un acuerdo del macrismo en sus diversas versiones: de Mauricio Macri y Elisa Carrió a Horacio Rodríguez Larreta y el prófugo Fabián Pepín Rodríguez Simón, que inventó el decreto para designar a dos miembros de la Corte en 2016. Pasaron cinco años y los personajes siguen en sus sillones.
Según el ex juez de la Corte, Eugenio Raúl Zaffaroni, el máximo tribunal del país debería ampliarse porque las garantías escasean como la verdad en la prensa canalla que postula a Rosatti como el Churchill del Derecho «creativo» y garantía de la libertad y la democracia.
El Gobierno del Frente de Todos no logró quebrar la mesa judicial macrista y la Mafia de Comodoro Py. Esta movida de la Corte refuerza la impunidad de togados que se votan a sí mismos. El caso de Rosatti. Maqueda lo propuso, Lorenzetti se ausentó enojado y la única mujer de la Corte protestó con la tibieza propia de los actores de la diplomacia de la calle Talcahuano.
No sería del agrado de Alberto Fernández pero la Corte no puede seguir así. Habría que pensar en la idea de ampliación que propone Zaffaroni por aquella letra de la banda mexicana Molotov sobre el poder.
Paso a paso.
