Doctora en psicología, psicopedagoga y licenciada en Educación, Gabriela Dueñas, revisa el contexto crítico que en la actualidad enfrenta Argentina con el retorno al sistema presencial de clases o el desafío de hallar por seguridad, un modo de lograr la preservación sanitaria de docentes, no docentes, estudiantes y familias sin perder el calendario educativo.
IB24 consulta a la investigadora para posicionarnos en una discusión necesaria en los tiempos que corren.
IB24 El retorno a la presencialidad escolar ¿qué se debería contemplar por parte del Gobierno nacional y también por parte de la comunidad educativa? GD «Es que estén dadas las condiciones epidemiológicas que garanticen, por encima de todo, el derecho a la vida y al salud. Estas condiciones epidemiológicas en función de la información que tenemos y aclaro que no soy médica, pero de la información que me nutro a partir de sitios oficiales, aparentemente no estarían dadas. Estas condiciones que nos permiten estar tranquilos con respecto al regreso presencial a clases, en ninguno de los niveles educativos. Lo cual me resulta sumamente preocupante; esta situación genera mucha angustia en la comunidad educativa en general al no sentirse seguros, ni cuidados, mas bien desamparados esto no tiene consecuencias en materia de salud mental que uno pueda decir que son saludables, todo lo contrario, creo que impacta negativamente sobre la salud mental de la comunidad educativa en general, es decir: sobre las familias que tienen que llevar a las niñas, niños y adolescentes (NNyA), sobre los docentes de todos niveles y termina impactando además no sólo las familias y NNyA; que son los escolares, por eso debería priorizarse el cuidado de la salud.
No entiendo cómo se habilitan las clases presenciales en un contexto epidemiológico como el que tenemos actualmente. Y además conociendo por el diario del lunes, que ha sucedido en el hemisferio Norte por hacer esto mismo de abrir las escuelas presenciales sin las condiciones epidemiológicas requeridas.
IB24 ¿Considera que obligar a los padres a enviar a los niños, a las niñas y adolescentes a concurrir a las aulas aunque sea en grupos, sin la vacunación masiva es atentatorio de los derechos del sector?
Sin las condiciones epidemiológicas requeridas, sí me parece que tiene que ver con un choque de derechos. No se puede obligar a las familias a garantizar el derecho a la educación de los NNyA, si esto supone vulnerar el derecho a la salud de los mismos, o de sí mismos, me refiero a los adultos a sus cargos que conforman sus familias.
Estamos ante una situación donde entran en choque, coalicionan distintos derechos y ahí es donde se ponen en juego lo que se llama las escalas de valores ¿Qué es prioritario? Sin lugar a dudas desde mi punto de vista, lo prioritario es la vida. Sin vida no hay salud mental, ni pedagogía, ni economía, ni política…no hay nada. Entonces, si no priorizamos la vida, estaríamos en problemas.
Creo que el conflicto que genera obligar a las familias a que sus hijos retornen presencialmente a clases, va a interpelar al campo de lo jurídico.
Otra cosa es hacer que las familias cumplan con el compromiso y la obligatoriedad que sus hijos e hijas, niños o adolescentes, asistan a clases, es decir, le den continuidad a su escolaridad, matriculándolos, pero que esta sea de manera virtual, o sea, si estamos viviendo en un contexto de emergencia sanitaria y la única manera de dar continuidad a la escolaridad, es a través de lo virtual, se puede exigir a las familias -siempre y cuando se les haya garantizado el derecho a la conectividad- lo digo por las familias que viven en situación de pobreza; les pueden exigir que los chicos asistan a clases, ésa es una obligación de la familia. Ahora que asistan a clases virtuales que no es lo mismo que asistan a clases presenciales, en contexto de emergencia sanitaria como el que estamos viviendo, cuando están viniendo -aún no han llegado- las vacunas ¿no? Con respecto a esto de las vacunas, a mí me interesa mucho que se aclare que no es lo mismo, porque se tiene a confundir mucho, las vacunas con la vacunación y a la vacunación con la inmunización, digo esto porque el hecho de que contemos en el planeta Tierra, con vacunas y que se estén produciendo y estén llegando, no quiere decir que le hemos ganado a la pandemia.
Los procesos de vacunación a toda una población, de modo tal que se garantice inmunidad de rebaño, o inmunidad comunitaria como yo prefiero llamarla, requiere que se vacune el 70% de la población, aproximadamente de acuerdo con lo que dicen los especialistas en el tema, y ése proceso de vacunación va a llevar muchísimo tiempo. También va a depender de las políticas sanitarias de quienes estén a cargo de las mismas; porque habría que priorizar a los trabajadores esenciales, por encima por ejemplo, de otros trabajadores que no lo son para la vida, aunque esto también genera como contrapartida, heridas, por un lado narcisistas en algunos que se consideran esenciales, pero bueno, si estamos hablando en términos de vida o muerte, la verdad es que algunas actividades no son una cuestión de vida o muerte sostenerla, eso por un lado. Por otro lado, volviendo al tema de las vacunas, la vacunación y la vacunación con inmunización, de acuerdo a lo que tengo entendido según expertos en la materia, el hecho de estar vacunados no quiere decir que uno no se contagie, sino que se contagiaría de manera más leve, con lo cual la posibilidad de contagiar a otros, subsiste. Lo que uno se aseguraría con la vacuna es padecer la enfermedad de manera más leve.
Eso me parece muy importante que se tenga en cuenta porque no toda la comunidad educativa, no todas aquellas familias que están muy felices del retorno a clases, con la llegada de las vacunas tienen en claro estas diferencias. Existen vacunas, vacunación e inmunización e inmunización comunitaria. Creo que esta guerra contra la pandemia, esta lucha no la hemos ganado y aún falta mucho.
IB24 ¿cree que el sistema virtual durante el 2020 pudo dar respuesta a las demandas educativas del alumnado argentino?
Tuvo respuestas limitadas en función de varias cuestiones; primero la pandemia nos sorprendió recién iniciado el ciclo escolar, con lo cual no hubo tiempo para preparar, planificar, lo que se llama una educación de carácter virtual. Por eso, desde un primer momento insistí que lo que se pudo llegar a hacer es una educación en contexto de emergencia sanitaria. Segundo, para poder garantizar una respuesta a través de la virtualidad, tenemos que contar con conectividad, dispositivos y redes con Internet que sean pensadas, como un derecho fundamental de las personas como algo del orden de lo accesible y garantizado por el Estado, para luego si poder avanzar sobre lo que se llama una Educación virtual. Este fue todo un tema, campo de disputas durante todo el 2020 continúa siéndolo porque por ejemplo en Ciudad de Buenos Aires, ha habido un gran sector de la población, los más vulnerables que no accedieron a sus dispositivos de conexión, por decisión política del Gobierno de la CABA.
A pesar que en su momento, el Ministerio de Educación de la Nación, le ofreció 6 mil 500 dispositivos gratuitos y trabajadores sociales de la UBA que podían ir a entregar a los domicilios respectivos. Sin embargo, el Gobierno de la CABA, se posicionó de manera muy dura en no entregar estos dispositivos porque siguen pensando en la conectividad como un privilegio para unos pocos. En coherencia con todo lo que ellos piensan en materia política ¿no? Lo que para unos es un privilegio, nosotros lo pensamos como un derecho y si es un derecho lo debiéramos garantizar como Estado, pero como para ellos son privilegios consideran que invertir por parte del Gobierno, en este tipo de cuestiones, son gastos.
Creo entonces, que pese a estas dos limitaciones, lo que se pudo hacer fue muchísimo. También se fue aprendiendo a lo largo del año y lo digo además a título personal como docente universitaria, fueron muy distintas las experiencias durante los meses de abril y mayo de dar clases en plataformas virtuales, que las que vinieron luego a medida que fuimos familiarizándonos con las plataformas, a las que pudimos acceder. A partir de lo cual, cada vez pudimos manejarlo mejor.
Hubo de parte de los docentes un trabajo impresionante de adecuación, adaptación y aprendizaje, que esto dio lugar a ciertos desbordes en lo que son exigencias laborales porque los estudiantes, las familias en muchas ocasiones no podían encontrar una diferenciación, un límite de lo que es el horario escolar del no escolar, con esto me refiero a que había demandas de parte de las familias, a cualquier hora, en cualquier momento, de parte de los estudiantes más grandes, también. Sin entender que los docentes son trabajadores, seres humanos que necesitan también tener su tiempo de descanso y su vida familiar.
Realmente creo que se fueron sorteando de mejor manera todos estos obstáculos y que se llevó adelante un proceso de enseñanza – aprendizaje en un contexto de emergencia sanitaria, que hay que subrayar y que es necesario visibilizar y no invisibilizar como pretende la Ministra Acuña. Se dieron clases el año pasado, hubieron procesos de enseñanza – aprendizaje, se pudieron evaluar estos procesos y constatar que hubo estos procesos de aprendizaje y esto requirió un trabajo impresionante desde los docentes, como de las familias que también acompañaron estos procesos, como también de los propios estudiantes.
Negar que el año pasado acontecieran procesos de enseñanza- aprendizaje, de un modo diferente y no como lo que estaba previsto, es una forma de ejercer la violencia de manera institucional, sobre la comunidad educativa en general y sobre los docentes en particular; esto me gustaría subrayarlo, en esta insistencia de que «hay que volver a clases» acá siempre hubieron clases.
Por eso es tan importante diferenciar la presencialidad de la virtualidad, lo que pasa que en determinados momentos las clases se tuvieron que dar virtuales, como lo deberían seguir siendo ahora cuando se inicie el ciclo 2021 porque no estarían dadas las condiciones epidemiológicas.
IB24 ¿que propondría desde su experiencia, tener en cuenta sobre cómo articular para el retorno a clases presenciales y no presenciales co existiendo con el covid19?
Tenemos que aprender de lo vivido durante todo el 2020 y aprender también de lo que están viviendo en el hemisferio norte, con esto quiero decir que no debieran cometer exactamente los mismos errores que llevó al hemisferio norte durante estos últimos meses a una tragedia donde continuaron muriendo miles de millones y el virus siguió mutando, mutando y mutando, pero parece ser en este punto que los seres humanos, tenemos ciertas dificultades para aprender de los errores pasados y del presente que tenemos a la vista.
Estas dificultades del aprendizaje son necesarias de visibilizarlas porque son problemas de aprendizaje que nos pueden costar muy caro, se pueden llevar muchas vidas puestas. En esta nota que se refiere al retorno presencial, se puso el eje a estos procesos de enseñanza – aprendizaje, se pudo enseñar y se pudo aprender muchos contenidos, pedagógicos, de matemáticas, lengua y geografía… lo que parece que cuesta mucho aprender es a cuidar la vida, parece mentira pero esto que es lo fundamental está costando mucho de los errores cometidos por otros y por nosotros mismos en tiempo pasado. Se siguen cometiendo muchos errores por lo que me temo que va a haber una segunda ola que va a ser trágica como en Europa, como nos anticipa todo el hemisferio norte.
Esto me lleva a pensar que el covid es más inteligente que la especie humana, nosotros que nos creíamos más inteligentes; bueno este virus, que es una molécula, que ni siquiera es un ser vivo, tiene la capacidad de subsistencia, de propagación y de difusión que es lo que justamente, define la inteligencia, la capacidad de resolver problemas para garantizar la subsistencia, este virus tiene esa capacidad mucho mejor desarrollada que la especie humana que no para de generar y accionar en contra de sí misma.
Como por ejemplo, significa la convocatoria a la presencialidad, obligatoria que traccionará la circulación de miles de personas, llevando y trayendo chicos de todas las edades, por una ciudad que no reúne las condiciones epidemiológicas para ser segura.
IB24 ¿Afecta a las infancias y adolescencia no concurrir a clases personalmente?
Claro que las impacta. La presencialidad es irremplazable. El hecho de estar físicamente presente con otros pares, en contacto con otros adultos fuera del ámbito familiar, esto que en la salud mental nosotros llamamos la salud exogámica es muy importante, es uno de los factores que promueve el desarrollo psico, físico, social de los NNyA que están en pleno proceso de estructuración cívica y de constitución de su subjetividad.
El «pequeño problema» y lo digo de manera irónica es que estamos en un contexto de pandemia que nos puede costar la vida a algunos chicos que en general suelen padecer de covid de manera más leve, algunos no -se han muerto muchos- sino a los adultos a su cargo. A mí me gusta comparar esto con el hecho de poder meterse al mar, sin dudas meterse al mar es una de las actividades más saludables que existen, no vamos a encontrar a nadie que nos diga lo contrario, el mar es saludable desde todo punto de vista, biológico, psicológico, ambiental, desde lo quieran ver. El problema es si te dicen que hay un cardumen de tiburones, en la playa donde vos estás, en ese caso tenés que levantar la bandera roja y decir; hoy no es saludable meterte al mar.
Esto no quiere decir que el mar no es una maravilla, es una maravilla bañarse en el mar pero si hay tiburones pasar a ser peligrosísimo.
Lo mismo pasa con la presencialidad, nadie pone en duda que es un factor determinante en la salud mental y del desarrollo mental infantil y adolescente, el pequeño detalle es que estamos en un contexto de emergencia sanitaria, por una epidemia inédita en la historia de la humanidad por lo menos de la que tenemos registradas que se ha llevado millones de personas en el mundo entero, y seguirá haciéndolo si no tomamos consciencia de esto.
Hay quienes comparan esta epidemia con una guerra y efectivamente esto es así, si estuviéramos siendo bombardeados y cayeran bombas permanentemente sobre las veredas de la ciudad de Buenos Aires, a nadie se le ocurriría salir con los chicos caminando o a tomarse un colectivo para ir a clases. Esto un poco lo mismo que está pasando con el covid, estamos en una guerra contra un microbio casi imperceptible pero salir a buscarlo y contraerlo, además de hacerlo pasear para contagiarlo a todo el mundo, la verdad es que es comparable a meterse en el mar lleno de tiburones, o salir a caminar por las calles para ir a la escuela en medio de un bombardeo.
IB24 ¿qué altera en la realidad y socialización de niños, niñas y adolescentes no ir a la escuela en el contexto de una nueva normalidad?