DOS MESES DESPUÉS DE DENUNCIADO, UN CADÁVER FLOTA EN UN RÍO DE SALTA
INTERNAS POLÍTICAS EN EL GOBIERNO DE GUSTAVO SÁENZ AFECTAN AL DESEMPEÑO POLICIAL
El anuncio lo hizo la fiscal penal Ana Inés Salinas Odorissio quien está a cargo de la investigación sobre los restos humanos en proximidades del río Blanco en la localidad salteña de Campo Quijano, muy cerca de un camping.
Con este caso, está relacionada la llamada telefónica al personal de la comisaría del pueblo, advirtiendo del hedor que emanaba del cuerpo fallecido, lo que parece no haber sido suficiente para motivar el acceso al lugar estimado del hallazgo, ni mucho menos aún para que se iniciaran las pericias forenses.
En esta época de lluvias intensas en la zona, tras dos meses de tener información sobre el cadáver en el acceso de acampe popularmente concurrido; llegaron a los restos humanos, no por motivos oficiales sino porque se reiteró la comunicación telefónica alertando a la policía de Salta que el cuerpo se encontraba flotando en el río.
Posterior al macabro encuentro entre occiso y lugareños, la fiscal y los peritos, tomaron recién intervención en lo que es una investigación judicial, derivaron el cuerpo a la morgue en espera de precisiones sobre la identidad y causas posibles de la muerte acaecida al cuerpo que por 60 días estuvo en una zona denunciada previamente pero que no concitara la más mínima atención entre la Policía y el cuerpo de investigación Fiscal.
Los medios de prensa en Salta, atribuyen esta «dejadez» a las internas políticas en la administración saenzista y exponen que entre el Ministro del área, el secretario de Seguridad y el Procurador General de la Provincia el conflicto se acentúa por estar la Policía en una suerte de «restricción de tareas» por reclamos laborales, entre los que se exponen el disgusto por la baja salarial que padece el sector.
Si esto significa no atender la llamada que alerta sobre un muerto, pues lo harán con esa típica desidia de poco importa lo que no respira.
La quita de colaboración de los empleados policiales, nos lleva a pensar que aquella etiqueta de «fuerzas de seguridad» es un lugar común en el relato periodístico, pues el caso del cadáver flotando en el río, deja en claro que Salta pierde adrede todo lo que la hacía una provincia, segura.