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12 de junio de 1974: El último discurso de Perón y su vigencia hoy ante un peronismo dividido

Por Maximiliano Borches

El tres veces presidente de los argentinos, Juan Domingo Perón, decía que «la Historia, para que no se repita, hay que leerla». Esta máxima, como tantas otras del General, lamentablemente no es aplicada por sectores del movimiento nacional y popular que se alejaron de la doctrina peronista para lanzarse a navegar por el océano de la política sobre una balsa de madera. Por este motivo, la vigencia casi planificada de aquel memorable discurso pronunciado por Perón el 12 de junio de 1974, ante el pueblo que se autoconvocó a la Plaza de Mayo luego de que el General amagara con renunciar aquella mañana, ante la falta de respuesta de algunos dirigentes de la CGT y la CGE que meses previos habían firmado un «Pacto Social», se transformó sin quererlo en la despedida del líder ante su pueblo, y su discurso fue uno de los más importantes que haya pronunciado. En aquel mediodía de hace 44 años, Perón afirmaba: «Yo sé que hay muchos que quieren desviarnos en una u otra dirección; pero nosotros conocemos perfectamente bien nuestros objetivos y marcharemos directamente a ellos, sin dejarnos influir por los que tiran desde la derecha ni por los que tiran desde la izquierda». De cara a las elecciones del 2019, y ante el fortalecimiento de la oligarquía que se produce en base a la debilidad y división de los sectores que habitan en el amplio campo nacional y popular, sería bueno que éstos revean la doctrina justicialista y tomen en cuenta la advertencia realizada por el General hace 44 años: similar en varios puntos al actual acontecer político.

Promediando el mediodía de aquel 12 de junio de 1974 -poco más de dos semanas antes de su fallecimiento, ocurrido el 1° de julio a los 80 años- el líder popular, y tres veces presidente Juan Domingo Perón, lanzó un inesperado discurso por cadena nacional, en el que se despachó con una impiadosa crítica hacia quienes llevaban a cabo «una campaña psicológica de los elementos negativos de la nacionalidad, aliados a la acción foránea empeñada en anular el despegue argentino».

Pocos meses antes, Perón había firmado junto a la CGT y la CGE (Confederación General Económica) un «Pacto Social», que en parte no se cumplía. Por ese motivo, el General no dudó en caracterizar a través de la cadena como «los vivos de siempre que sacan tajada del sacrificio de los demás», a quienes así actuaban. A la vez que advirtió que «los que hayan violado las normas salariales y de precios, como los que exijan más de lo que el proceso permite, tendrán que hacerse cargo de sus actos».

«Sabemos que tenemos enemigos que han comenzado a mostrar sus uñas. Pero también sabemos que tenemos a nuestro lado al pueblo, y cuando éste se decide a la lucha, suele ser invencible»

Dicho esto, El General lanzó: «Si llegó a percibir el menor indicio que haga inútil ese sacrificio, no titubearé un instante en dejar este lugar a quienes lo puedan llenar con mejores probabilidades».

«Sabemos que en la marcha que hemos emprendido tropezaremos con muchos bandidos que nos querrán detener; pero, fuerte con el concurso organizado del pueblo, nadie puede ser detenido por nadie. Por eso deseo aprovechar esta oportunidad para pedirle a cada uno de ustedes que se transforme en un vigilante observador de todos estos hechos que quieran provocarse y que actúe de acuerdo con las circunstancias. Cada uno de nosotros debe ser un realizador, pero ha de ser también un predicador y un agente de vigilancia y control para poder realizar la tarea, y neutralizar lo negativo que tienen los sectores que todavía no han comprendido y que tendrán que comprender»

En ese instante, y ante la amenaza de renunciar a su puesto de Presidente de la Nación, se produjo una reacción popular nunca vista en nuestra historia nacional. La CGT convocó de inmediato a un paro nacional, pero una vez más -como en aquel mítico 17 de octubre de 1945- el pueblo le ganó de mano a la conducción y colmó la plaza de manera espontánea ante el temor de que Perón renunciara. Helados y oscuros vientos habían comenzado a desplazarse por el país, y el velado anuncio de las muertes que precederían al fallecimiento del General, llegarían a su paroxismo a partir del 24 de marzo de 1976.

«Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino»

El último discurso del general Perón ante su pueblo

A horas de su cadena nacional, el General sale al balcón de la Casa Rosada (el mismo que fue cobardemente mancillado insultando por el actual empresario-presidente Mauricio Macri y su comitiva de monos de circo, que insultó al pueblo peronista al bailar payasescamente en el lugar donde Perón y Evita pronunciaron sus discursos, el día que asumió su cargo: 10 de diciembre de 2015), y pronunció su último discurso que duró 13 minutos. Tal vez el más memorable de todos ellos.

Video: Reviví las palabras del presidente Juan Domingo Perón aquel 12 de junio de 1974

 

 

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