Desde ayer funciona la primera “heladera social” en la provincia de Catamarca. La iniciativa es de la familia Miranda-Zunzunegui que puso a disposición un refrigerador en su domicilio, en la primera cuadra de avenida Presidente Castillo, donde también funciona su local comercial.
El matrimonio de Rafael Miranda y Guadalupe Zunzunegui se sumó a la propuesta a la que ya adhirieron otras provincias argentinas. En diálogo con El Esquiú.com, Guadalupe, quien tuvo la idea de colocar en su casa la heladera, dijo que hicieron esto “para que Catamarca también participe, que sea una provincia más que se mueva, que la gente se concientice de que tiene cosas en la casa que las termina tirando y que se las puede dar a otra persona”.
Además, Rafael, al igual que su esposa, comentaron que “en la feria vemos mucha pobreza, gente hurgando en la basura y saliendo con frutas y verduras podridas; eso te duele en el alma”.
en la feria vemos mucha pobreza, gente hurgando en la basura y saliendo con frutas y verduras podridas; eso te duele en el alma
El funcionamiento de la “heladera social” catamarqueña es el mismo que el que se implementó en Tucumán, es decir, la gente lleva hasta el lugar la comida separada en porciones en un recipiente con un rótulo en el que esté escrita la fecha de elaboración y la guarda en el refrigerador. Luego, las personas que lo necesiten se acercan al lugar y sacan una porción para consumir.
“Apelamos a la humanidad y sinceridad de las personas. No vamos a estar controlando lo que la gente pone o saca. Esperamos que saquen realmente lo que necesiten y que sean conscientes de que como esa persona necesita, hay muchas otras personas en las mismas condiciones”, sostuvo Zunzunegui. Por su parte, Rafael invitó a los catamarqueños para que puedan a sumarse a esta iniciativa: “que lo hagan acá, a dos cuadras o en otros barrios”.
Además, con la misma metodología de funcionamiento, en el lugar también dispusieron un “perchero social”, en el cual la gente puede dejar ropa que ya no use. Las prendas deben estar limpias y en condiciones de ser utilizadas. “Cualquier ropa viene bien. Lo ideal sería que la gente venga y directamente la cuelgue en el perchero”, expresó la pareja.
En referencia al horario disponible para dejar las porciones de comida o la indumentaria del perchero, el matrimonio informó que será en horario comercial, hasta las 21. “Estamos muy contentos. Ojalá que funcione y que la gente se anime”, señaló Guadalupe.
