El golpe institucional, una especulación de Juan Grabois cuando en Cambiemos es tiempo de despedidas

Juan Grabois alertó ante un posible intento de golpe institucional parlamentario. Al mismo tiempo, los diarios que asisten al gobierno alientan un presunto terror ante el fenómeno electoral Cristina. Toman las cifras de Isonomía, encuestadora de las alistadas con Macri, que da un 9 por ciento de ventaja a la actual senadora nacional en un ballotage y Pagni, en el diario que alentara el general Mitre, habla de personas que hace 15 días iban a votar por Macri que ahora pasan su voto a la ex presidente. 

Escribe Alejandro C. Tarruella

Las últimas máscaras. Luego hablan de incertidumbre, de los bonistas que temen al default ante encuestas que habitualmente erran los números finales. En realidad, las encuestadoras en general, salvo honradísimas (cada vez menos honradas) ocasiones, pasan a cobrar por las ventanillas del gobierno. Además, esas encuestas fuera de la ley trabajan para que el establishment vaya perjudicando al pueblo, como lo hacen los supermercados, e inclinen la balanza hacia el campo de los poderosos, los bancos, los formadores de precios cartelizados, los avaros usureros (entre los que se cuenta el propio hijo de Franco), los grandes grupos fabricantes de alimentos y otros. Entonces, que el pueblo vea en Cristina, como sucedió en Entre Ríos aunque se lo encubra, el camino de salida frente al intento de destruir el país, hace temblar a quienes quieren quedarse con sus pedazos.

También hay que contar con que el gobierno, sobre lo que impone Durán Barba, trabaja en una estrategia de terror: Cristina o Macri. Por eso, ahora esos encuestadores a factura más factura, plantean ese escenario que deja de lado las opciones de Lavagna, Massa o la que alienta por ahí Urtubey y otros niños o no tan niños de la política amparándose en un falso peronismo. Recordemos que en el mundo de las estancias y los poseedores de campos, el hijo del patrón, aunque tenga 50 años, es siempre “el niño”.

Inflación para usureros

Lo que parece dar vuelta el tablero, siempre en la mirada de los encuestadores de Mauricio, es la inflación, violenta y sin patria

Ese es el punto de inflexión de gran parte del electorado al que Macri prometió el fin de la pobreza y de la inflación. Mauricio, deprimido, expresando por ahí –a veces incluso telefónicamente-, que quiere partir a Europa, ve que se cae el camuflaje y, caída la máscara, siempre sucede que lo que irrumpe es el monstruo. Y según sus encuestadores, el pueblo comienza a percibir dónde está el tan mentado monstruo. Mientras ellos agitan a Cristina, que prende entre los patrones y los patanes, el pueblo sabe de quién se trata y a quién tratan de ocultar detrás de esos velos. Cristina los demuele con la estrategia del silencio. Que todo lo hagan mis adversarios, parece susurrar sin siquiera dedicarles el candor de una mirada ausente.

La jugada de reventar los precios salió mal. Al parecer pretendían en el gobierno abrumar con un aumento feroz y luego ver bajar sus cifras en los meses previos a la elección, debido a que los poderosos habían saqueado para saciar su sed de usura, y paraban el aumento automático y sin control. Es por eso que fracasó el plan de contener a los precios y va a fracasar. Anunciado para el lunes 22, fue “postergado” porque no hay control de nada ni acuerdos con nadie (“acuerdo de caballeros”, aludió el machirulo Dujovne dejando a las mujeres afuera) para el 29, cuando el gobierno tiene 12 controladores y aumentó peajes, el agua y va a aumentar el gas 30% para volver a mostrar los dientes amarillentos del jefe.

Mientras cae la cobertura de impunidad de Bonadío y Stornelli, el gobierno observa que se derrumba el festín de los cuadernos

A simple vista, si uno observa la carta a Bonadío, su letra, y la compara con las fotocopias del caso, encontrará evidentes diferencias. Los fiscales comienzan a rebelarse contra la mafia de Comodoro PRO. El gobierno entra en pánico entonces y los bienes de los jeques superiores se pueden ver cuestionados. En Suiza difunden algunos nombres y los números que poseen en los paraísos fiscales y hay quienes tiemblan. Y no es Cristina, es un tiempo de incertidumbres que se derrumba sobre el edificio de falsedades que se tejieron en tres años y medio.

Juan Grabois habló de una hipótesis de intento de golpe institucional. El gobierno va a intentar seguramente una reducción de la masa de dinero en manos del pueblo y así, al caer ventas y movimientos, llevar a una caída de la inflación. Este plan lo tiene en sus manos Guido Sandleris y ha trascendido a la prensa que no lo difunde. Ese es el plan B de Mauricio. Tanto un intento como otro, tienen el problema de que la cadena de fracasos institucionales en la búsqueda de aterrorizar y amordazar a la sociedad, no hace sino anunciar el próximo. De manera que en esta bola de nieve imparable, todo intento es observado por quienes aún guardan un residuo de inteligencia en sus alforjas, como la próxima caída.

Ahora bien, el estado de terror que intentan colocar fuera de los límites de Cambiemos, puede volverse como una catapulta sobre sus impulsores. En esa locura sin frente puede cuajar un intento de cerrar el Congreso, como plantea el titular de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois. Él sitúa a un sector residual del duhaldismo, tal vez no el mismo Duhalde, que podría aportar una salida semejante ante la posibilidad de perder sus accesos a la cortesanía de Estado, de la que muchos son afiliados permanentes.

Para el macrismo, vale el aforismo de la calle que expresa: de derrota en derrota hasta la derrota final. Los manotazos de ahogado son difíciles de asimilar en las cercanías. Ramón de Campoamor, desconocido con toda seguridad por Mauricio (que bien podría pedir sus antecedentes a la ministro Patricia) dijo en un tiempo otro, algo que él podría repetir en días sucesivos: “¡Mi agonía es la bárbara agonía del que quiere evitar lo inevitable!” En tanto podrá reparar cada día más que en política, suele ocurrir, es tan corto el amor y tan largo el olvido.