Vidal mandó a golpear y demorar ilegalmente a dos camarógrafos que cubrían su acto
La gobernadora macrista de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, recurrió a medidas propias de un régimen de facto para evitar un escrache en Bahía Blanca, según publicó el portal «kontrainfo».
En su anterior visita a la ciudad, María Eugenia Vidal había vivido un incómodo momento cuando una señora en silla de ruedas se acercó a recriminarle las consecuencias de sus políticas en la Provincia de Buenos Aires. El episodio, que fue cubierto por algunos medios y viralizado en las redes sociales, dio cuenta de la real situación en el territorio bonaerense.
En esta oportunidad, el Gobierno decidió tomar otras medidas. Durante el encuentro realizado en ADEPA, donde -paradójicamente- Vidal pidió hacer «el esfuerzo de dialogar, de entender al otro desde su lugar, sin pretender que piense como nosotros, sino tratando de aprender del otro que piensa distinto», se desarrolló un episodio que bien podría compararse a los lamentables hechos ocurridos durante la última dictadura cívico – militar.
Cuando el dispositivo de seguridad dispuesto por el Ejecutivo bonaerense detectó que el acto estaba siendo filmado por una pareja de camarógrafos que participan en una agrupación kirchnerista bahiense, agentes de civil, sin identificación, los hicieron retirar del lugar.
Pero la represalia no terminó ahí: sin mediar explicaciones, el matrimonio fue trasladado en una camioneta -también sin identificación- a la Dirección Distrital de Investigaciones (DDI) y a la comisaría primera local.
Allí, el hombre fue brutalmente golpeado y su esposa desnudada. Los efectivos borraron las memorias de sus cámaras y tras extraerles los documentos, les advirtieron: “ahora sabemos dónde viven”.
Las declaraciones de las víctimas son escalofriantes. El hombre contó que sintió una gran desesperación mientras era trasladado sin saber a dónde ni por quién. Además, denunció que le torcieron los brazos y los dedos, lo ahorcaron y pegaron en las costillas y durante casi tres horas no lo dejaron hacer una llamada.
La mujer, en tanto, sufrió la humillación de tener que desvestirse frente a los efectivos que buscaban obstinadamente los registros que tenían en sus cámaras.
Tras cinco horas de padecimiento, la Policía puso en el acta que se trató de una «averiguación de antecedentes». «Estamos con mucho miedo», concluyó el matrimonio.
Hasta el momento, ningún medio de comunicación de alcance nacional -salvo un pequeño recuadro en el diario Página 12- se hizo eco de este gravísimo episodio. Ni siquiera la Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina, anfitriona del evento que desató la represalia, se expresó al respecto.