UNA JORNADA DE VIOLENCIA Y REPRESIÓN: LOS SUCESOS A 5 DÍAS DEL CRIMEN

El 27 de agosto la esquina de Juncal y Uruguay apareció vallada. Desde el 12 de ese mes los manifestantes que iban a Recoleta a brindar apoyo y cariño a la vicepresidenta, cada vez eran más. Paralelamente, diferentes integrantes de Revolución Federal, Equipo Republicano, Los Copitos y miembros de los servicios de inteligencia se mezclaban entre la gente o miraban los sucesos desde las ventanas del departamento de la vecina de Cristina, Ximena de Tezanos Pinto. Esa jornada, al menos los primeros no pudieron llegar por orden del gobierno de la ciudad. La militancia respondió a la provocación del vallado y marchó hacia Recoleta. Caos y represión que recayó incluso sobre el diputado Kirchner. Una zona liberada que propició un posible atentado contra el gobernador Kicillof. Los violentos a sueldo que habían actuado los días anteriores y que también estuvieron esa jornada para hacer inteligencia o generar caos, y la presencia constante de Fernando Sabag Montiel que llegó a esta a metros del palco desde donde, por la noche, habló la presidenta: «Se metió rápido a la casa, la hija de puta», se lamentó el asesino.

El despertador sonó a las siete, como todos los días. El 27 de agosto fue un día más en la vida tumultuosa de Cristina Fernández de Kirchner quien, desde muchos años atrás, resiste los embates producto de su vida pública y política manteniendo ciertas rutinas en su plano personal y privado. Cosas pequeñas, domésticas incluso, que a cualquiera sostiene como aferrado al palo de una embarcación en medio de una tormenta: el temprano llamado a los hijos, revisar la heladera y hacer la lista de compras, elegir la ropa del día, el mate cocido, la lectura de los diarios, algunos chismes de redes sociales. Esas cosas que se hacen antes de entrar de lleno en el vértigo de una vida que no es simple.

Era sábado, pero para la entonces vicepresidenta la semana no distinguía entre días laborables y fin de semana, ni horarios de entrada y salida en las tareas. A las 10:52 de esa jornada publicó la nota que había leído más temprano en el diario «Página 12», firmada por el periodista Luis Bruschtein y con el título «Despertaron al león», que hablaba de «la reacción popular contra la persecución a Cristina Kirchner que la oposición no calculó».
La bajada de la nota decía: «Las movilizaciones espontáneas que se produjeron en todo el país en respaldo a Cristina Kirchner fueron menospreciadas por la corporación mediática. Trataron de taparlas forzando las declaraciones de Alberto Fernández. Pero fue tan obvia la maniobra, que expuso la preocupación que existe en el círculo rojo y en el macrismo.»

Bruschtein escribió: «Por desconocimiento o por falta de sensibilidad para las expresiones populares, es probable que en el macrismo existiera la ilusión de que podían llevarse puesta a la vicepresidenta sin que hubiera reacciones considerables.» La nota concluye con este párrafo, que parece premonitorio: «En esta confrontación entre lo virtual y la expresión de multitudes concretas es la representación del intento de arrebatarle al movimiento popular el liderazgo claro que encarna Cristina Kirchner. Y la defensa popular de ese liderazgo es también la defensa de la democracia.»

 

El 18 de agosto el diputado Gerardo Milman había mandado un pedido de informes al Congreso en el que pedía explicaciones acerca de la custodia de Cristina. El proyecto presentado por el legislador de JxC llevó el número de expediente 4229-D-2022, y tenía por objetivo un «Pedido de informes al Poder Ejecutivo sobre diversas cuestiones relacionadas con el plan de contingencia para frenar la escalada de violencia y amenazas hacia periodistas, jueces, fiscales y actores involucrados en casos judiciales».

Ese extraño pedido de informes terminaba con dos párrafos que fueron inquietantes en ese momento, y que luego del 1 de septiembre fueron casi un anuncio. Decía así: «No vaya a ser que algún vanguardista iluminado pretenda favorecer el clima de violencia que se está armando, con un falso ataque a la figura de Cristina, para victimizarla, sacarla de entre las cuerdas judiciales en las que se halla y no puede salir, y recrear un nuevo 17 de octubre que la reinvindique ante sus seguidores.

Me pregunto si esa violencia se concretaría como las respuestas de las falanges kirchneristas ante la posible sentencia adversa de su líder enjuiciada. El 17 de octubre de 1945 es historia y no tiene paralelismos con la actualidad, salvo por el peronismo.
Sin Cristina, hay peronismo.
Sin peronismo, sigue habiendo Argentina.
Firmante: Gerardo Millman. »

Que el diputado firmó la nota no cabe duda. Lo dudoso es si ese texto tan espantosamente redactado lo haya escrito efectivamente él y no haya sido dictado, por ejemplo, por Patricia Bullrich o por su asesora Carolina Gómez Mónaco quien dijo ayudarlo en esas tareas parlamentarias. Eso, sin marcar la contradicción evidente de comparar con cualquier manifestación a favor de Cristina con el 17 de octubre, y un párrafo después decir que esa comparación -que solo hizo él casi como premonición- no es válida.

Por esos días, también, el actual Secretario de Cultos del gobierno de Javier Milei, por entonces diputado de la Nación y compañero de Milman en la bancada, Francisco Sánchez, pedía pena de muerte para la vicepresidenta, en sintonía con medios, mediadores e influencers de redes sociales que todo el día, todos los días, eran parte de esa corporación mediática a la que aludía Bruschtein en su artículo.

Pero el hegemón comunicacional era uno de los focos de tormenta; y era visible. Soterradamente, funcionaban de modo aceitado otros actores disciplinados y financiados por aquellos que también marcaban la pauta de lo que los medios debían instalar, y que la justicia debía avalar.

Como fuimos detallando en estas crónicas esas acciones colectivas se distribuyeron por tareas a células operacionales interconectadas y dirigidas por un mínimo grupo de idéologos y financistas.
Cada grupo hizo lo suyo desde, por lo menos, un año antes de la fatídica noche del 1 de septiembre de 2022 y la semana previa a esa jueves, muchos de sus integrantes confluyeron en la esquina de Juncal y Uruguay. En entregas previas vimos como desde el 22 de agosto, cuando el fiscal formuló el alegato final y solicitó la condena a prisión e inhabilitación perpetua de Cristina Fernández de Kirchner, por la puerta de la casa y durante horas estuvieron los integrantes de Revolución Federal, las mujeres de Equipo Republicano, adherentes de Jóvenes Republicanos, y los lúmpenes que luego Brenda Uliarte diría que -pagados por «una tal Carolina»- tuvieron como premisa generar disturbios y griterío en la puerta de la casa de la vicepresidenta, sitio que por entonces estaba lleno de manifestantes. De hecho, durante toda la semana hubo «vendedores de copitos» parados allí durante horas: luego supimos quienes eran.

Era obvio que Cristina, ante el escandaloso pedido del fiscal, tendría el apoyo de la militancia. La oposición lo sabía y también quienes planearon el atentado. Por eso infiltrarse entre los militantes callejeros que iban ahí espontáneamente, por eso hacer inteligencia para saber cómo y cuando. Contaban con un punto de observación en el que nadie había reparado, además de la calle misma: el departamento del último piso del edificio, desde cuyas ventanas se tenía un perfecto panóptico visual.

Ximena de Tezanos Pinto nunca debe haber recibido tantas visitas como en esa semana: Cristina Luján Romero de Equipo Republicano; Gladis Egui, la abogada de Leonardo Sosa y Gastón Guerra que directamente vivía allí; Leonardo Sosa de Revolución Federal; Gastón Guerra, un suelto posiblemente pago para generar disturbios desde varios meses antes; y diversos personajes de menor cuantía que pueden haber oficiado de informantes llevando y trayendo y vinculados con la derecha vernácula, tal como se desprende de las fotos que la misma Tezanos Pinto subió a sus redes sociales; e incluso manifestantes kirchneristas con los que también se fotografió luego de supuestamente invitarlos a pasar para aliviar la descompensación de una de las muchachas del grupo. Un buen método para lavar la imagen y luego decir, como dijo, que ella recibía a todo el mundo.
Desde su ventana se divisaron los vendedores de algodón de azúcar, cada día, durante horas, aunque allí no hubiera niños a quienes venderles las golosinas. También pudieron ver una señora mayor, de campera azul y gorra negra que cubría su cabello cano, con un tapabocas negro que le cubría la mitad del rostro, que blandiendo un cuchillo amenazó a los manifestantes.

El móvil de Crónica TV, que estaba allí, registró el momento en que efectivos de la Policía Metropolitana le quitaron el cuchillo y la alejaron de donde estaba la mayoría de los simpatizantes de la Vicepresidenta. El movilero le preguntó dos veces sobre por qué vino con un arma blanca, primero dijo que «Me la dieron por ahí, yo no la tenía», y ante la insistencia respondió: «No sé, preguntale a Cristina». Tras separar a la señora de la multitud, los efectivos de la Metropolitana, comenzaron a hablar por sus handys. Sin embargo, cuando esto sucedía, la mujer se retiró sin que nadie la detenga, al menos, para preguntarle quién le dio un arma blanca y para qué.

Gastón Luis Toledo era, y sigue siendo, repartidor de Rappi. El 31 de agosto pasó con su bicicleta por Juncal y Uruguay coincidentemente con la llegada de Cristina a su casa. Llevaba una llave inglesa en su mochila, se bajó y entre corridas e insultos a la vicepresidenta, amenazó a los varones y mujeres que se concentraban bajo las ventanas del departamento de Cristina. Toledo había ingresado al Ejército el 26 de noviembre de 2018 y estuvo en la Fuerza hasta el 17 de mayo de 2021, cuando fue destituído por abandono de servicio. No tenía mercadería en su caja, y nunca supo explicar que hacía circulando por allí en horario de trabajo, cuando su área de reparto estaba en el barrio de Chacarita. La policía intervino y al momento de la aprehensión lastimó a un policía con la herramienta que aún no habían logrado quitarle. Estuvo un día preso y no hay registro de alguna declaración, suponiendo se la hayan tomado.

Luego del intento de asesinato Toledo, desde su cuenta de X @gaston_toledoo y con el nickname Nicky, posteó una foto donde se ve la mano de Sabag, el arma y el rostro de Cristina y escribió: «Lo malo que no la mató». Entrevistado por la prensa, declaró después: «Me da igual si la mataban o no, que este viva o muerta, no repercuta en mi vida, ni mejora mi vida, porque yo me tengo que romper el orto, para tener la vida que quiero tener y cumplir mis objetivos». Un año después, la producción del programa «Minuto Final», de C5N, llamó al búnker de LLA para que sugieran el nombre de un joven para invitar al plató, que represente las ideas de Milei en una mesa de debate con otros jóvenes de otras corrientes políticas. El propuesto fue Gastón Luis Toledo, quien la noche de la emisión en vivo se presentó en el canal y contó que trabajaba en Rappi, que era militante de Milei desde hacía mucho tiempo y defendió a capa y espada las ideas libertarias. La producción, que no sabía quien era y confió en la propuesta del partido, supo con el hombre ya al aire y por llamados de quienes lo conocían por sus antecedentes, de quién se trataba, y la sensación fue de engaño y estafa.

Pero cuando atacó a los militantes kirchneristas y entrevistado por la prensa en 2022, Toledo había dicho: «Odio al peronismo y lo culpo de los males del país. No milito para ningún partido, solo veo las propuestas que encabezan cada candidato, merecemos tener un buen país, en todos los sentidos, porque esta Argentina da para muchas cosas, si es manejado por inoperantes y personas que solo piensan en si mismo, caerá en decadencia y estaremos siempre en el mismo lugar, en vez de avanzar vamos a seguir retrocediendo». Ya entonces, un discurso muy similar al de Milei.

Mientras tanto, las redes sociales no daban respiro: desde diversos perfiles truchos empezaron a circular fotos de diversos referentes del gobierno entrando y saliendo de sus casas, con el detalle de horarios y destinos. La policía cibernética logró detectar quienes eran, y en estricto secreto se allanó la casa de los personajes que no solo publicaban ese material sino que para obtenerlo, habían hecho inteligencia previa durante días, a metros de personajes de poder político, sin que nadie los detectara. Nunca se hizo público quienes fueron perseguidores y perseguidos, pero en los allanamientos y según nota de Raúl Kollman del 3 de septiembre de 2022 en Página 12, en las viviendas de dos «lobos sueltos» se encontraron armas y numeroso material de contenido y simbología nazi.

 

El 27 de agosto, ese sábado en que por la mañana Cristina compartía en X la nota de Luis Bruschtein, llovía. Durante la madrugada y aprovechando que las calles estaban vacías por un pequeño temporal, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires mandó a la esquina de Juncal y Uruguay algunos equipos de limpieza para dejar en mejores condiciones la zona en la que, y para queja constante de algunos vecinos, los militantes cristinistas habían desplegado su apoyo. Veinte barrenderos, un camión recolector y el uso de hidrolavadoras dejaron impecable la coqueta esquina pero la tarea no terminó allí.

En el perímetro de las calles Juncal entre Paraná y Talcahuano y Uruguay entre Montevideo y Arenales amaneció vallado. Enormes estructuras de hierro impedían el paso de transeúntes, de autos, y sobre todo, de manifestantes. La casa de Cristina se convirtió en una isla y ella en un náufrago sin auxilio, por orden de Horacio Rodríguez Larreta. «No se puede tener el barrio tomado, con los vecinos sin poder circular, entrar y salir de sus viviendas», argumentaron a Clarín desde el Ejecutivo porteño y que por esa razón el ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad dispuso un vallado perimetral. No sabremos nunca si esta medida alivió las preocupaciones del diputado Gerardo Millman quien nuevamente estaba preocupado en investigar como se conformaba la custodia de Cristina Fernández.

Nunca le informaron al gobierno nacional, ni a la vicepresidenta, de la decisión de vallar el perímetro de su casa, que se desayunó con un novedoso silencio callejero.

 

Uno de los primeros dirigentes del kirchnerismo en pronunciarse sobre el tema fue el referente de La Cámpora y funcionario bonaerense Andrés «Cuervo» Larroque a través de su cuenta de Twitter: «Qué te pasa Horacio Rodríguez Larreta !? Estás nervioso!?»

Nahuel Beibe, secretario general de la Corriente Martín Fierro -una de las organizaciones que mantenía la vigilia- dijo que «llenar de vallas y policías la casa de Cristina es una nueva provocación de Horacio Rodríguez Larreta».

Por su parte, el jefe de Gabinete porteño Felipe Miguel, radiante ante los micrófonos de TN dijo: «Vamos a ser firmes para que el barrio recupere la tranquilidad», en un alarde de ignorancia posiblemente deliberada para interpretar lo obvio: que lejos de recuperar «tranquilidad» el barrio solo vería más desbordes. Y así sucedió.
La agrupación «La Cámpora» había previsto un acto a las tres de la tarde de ese sábado, a desarrollarse en Parque Lezama. Los militantes silvestres que por entonces seguían a Jorge Rachid y al juez Juan Ramos Padilla, a su vez, a mediodía se habían concentrado en Parque Centenario, para brindar su apoyo a la vicepresidenta. Ese día hubo numerosos actos a lo ancho y largo del país, con el mismo fin: La Plata, Mar del Plata, Vicente López, San Martín, Avellaneda, La Pampa, Misiones, La Rioja, San Luis, Tierra del Fuego, Neuquén, Catamarca y bajo las consignas «En defensa de Cristina»,“A Cristina la defiende el pueblo” y “Si vienen por ella, vienen por tus derechos” en respuesta al llamado de “alerta y movilización” que decretó en La Plata el PJ bonaerense, que comanda el diputado Máximo Kirchner.

A las 13 horas Mariano Recalde, referente de La Cámpora, escribió en su cuenta de Twitter: “Se suspende el acto de hoy en Parque Lezama. Las vallas de Larreta no van a frenar el apoyo a Cristina. TODOS A LA PLAZA DE JUNCAL Y PARANÁ. TODOS CON CRISTINA”

Cuarenta minutos después del anuncio de Recalde, Cristina difundió un comunicado: “Hoy amanecí con la esquina de mi casa literalmente sitiada. Las vallas colocadas por el Sr. Larreta son algo más que impedir la libre circulación. Son algo más que sitiar a la Vicepresidenta de la Nación. Quieren prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo absolutamente pacíficas y alegres, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial».

A las dos de la tarde Juan Grabois también se sumó a la medida: “Vamos a Montevideo y Uruguay a exigir que se garantice libertad política a CFK y a los que la queremos. En 1945 intentaron levantar los puentes. Ahora levantan vallas. Pero los muros siempre caen. Lean la historia. Los esperamos”.

A las 14:30 Los intendentes peronistas resolvieron seguir los pasos de La Cámpora y también suspendieron todos los actos en el conurbano y emprendieron la marcha hacia Recoleta.

A las 14:32 Grabois mantuvo un entredicho con efectivos de la Policía de la Ciudad por la presencia de un camión hidrante estacionado frente a la vivienda de CFK. “¡Sacámelo de acá!”, gritó a los uniformados. Junto a los diputados Natalia Zaracho y Federico Fagioli, más un grupo de militantes, lograron que el vehículo de la fuerza porteña diera marcha atrás. Curiosamente, a dos metros de los militantes y registrando todo con su teléfono estaba, como un militante más, Ernesto Anzoátegui, un lumpen que vivía entonces en una pensión subsidiada por el Gobierno de la Ciudad, furioso anti K, antivacunas, anti «plandemia», integrante de Equipo Republicano y de Revolución Federal quien, además, era asiduo visitante de Ximena de Tezanos Pinto.
A las 14:35 las primeras organizaciones acercaron sus banderas y ocuparon lugares. “Peronismo por la Ciudad”, Nuevo Espacio de Participación (NEP), “Somos Barrios de pie”, “La Rucci”, “Movemos” y “Espacio Puebla”, entre otras, se ubicaron estratégicamente. También se presentó el partido ParTE, fundado por Alberto Fernández.

A las tres y diez de la tarde, y bajo un sol radiante, el senador nacional Mariano Recalde fue uno de los primeros en llegar al lugar. Otros funcionarios del Gobierno nacional se sumaron al apoyo: la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; y Daniel Menéndez, líder de Barrios de Pie y funcionario del Ministerio de Desarrollo.

Rápido para las bravatas, a las tres y cuarto el jefe del bloque de la Unión Cívica Radical (UCR) en la Cámara de Diputados, Mario Negri, cuestionó al kirchnerismo, “por querer resolver en la calle lo que se dirime en la Justicia”. Y agregó: “No hay que caer en la provocación. Por unas vallas dispuestas para que los vecinos de la zona (que son ciudadanos) tengan algo de paz quieren armar un 17 de Octubre, pero con 19 millones de pobres”.

Diez minutos antes de las cuatro el canciller Santiago Cafiero apuntó contra el operativo policial a través de la entonces red social Twitter: “La presencia de la Policía de la Ciudad y el vallado montado en la casa de CFK son una provocación. Hasta el momento el pueblo ejerció su derecho a manifestarse con amor, pacíficamente. Será responsabilidad de Horacio Rodríguez Larreta si los hechos transcurren de otra manera”.

A las cuatro y cuarto se hizo presente en la convocatoria el ministro del Interior de la Nación, Eduardo “Wado” de Pedro, quien iba a estar a cargo del cierre del encuentro que finalmente no se concretó en el Parque Lezama. Llegó acompañado del intendente de Ensenada, Mario Secco, y de militantes del Frente Grande.

A las 16:20 la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, apuntó contra el Jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel, por la decisión de mantener las vallas en las periferias al domicilio de la Vicepresidenta. «Es un provocador», dijo a la prensa, descubriendo lo obvio.

 

A las cinco menos cuarto Grabois pidió una medida cautelar para que se retire el vallado. La acción de amparo tuvo como fin “garantizar el libre ejercicio de los derechos fundamentales de los ciudadanos que quieran manifestarse en apoyo a Cristina Kirchner».

Cinco minutos después, a las 16.51 la entonces presidenta del PRO y hoy ministra de Milei, Patricia Bullrich, apuntó contra Cristina, al menos en sentido figurado: “¡Se terminó! Cristina Fernández de Kirchner: basta de su prepotencia violenta. 12 años de gobierno: 12 años de condena. Esa es su realidad. Víctima es el pueblo que sufrió el robo”.

A las cinco y cinco la por entonces gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, encabezó una caravana en Río Gallegos. Al dialogar con la prensa, se refirió a lo ocurrido en CABA y respecto del vallado sostuvo: “Pienso lo mismo que todos: nunca más estas medidas que coartan la libertad de personas y de los pueblos porque no hacen bien a nadie”.

A las 17.22 empezaron los primeros contratiempos. En la nutrida columna sobre el vallado, al dos personas se desmayaron. Fueron asistidos por otros manifestantes, que intentaron la difícil tarea de abrir espacio para que circule el aire y se recuperen los caídos. Diez minutos después los primeros disturbios: Un grupo de manifestantes derribó vallas en la esquina de Guido y Uruguay y se produjeron incidentes con la Policía de la Ciudad. Empezaron los piedrazos.

Para seguir con las curiosidades, justo unos minutos antes, en la esquina de Paraná y Santa Fe, una empresa depositó dos volquetes con escombros, bajo la atenta mirada de agentes de la Metropolitana. El periodista Claudio Mariani, que iba rumbo a la esquina de Juncal y Uruguay, registró la escena.

Junto a estas imágenes que Recalde compartió en su cuenta de Twitter, escribió: «La Policía de la Ciudad dirigiendo volquetes llenos de piedras. Siempre fueron ellos».

Muy atento al devenir de los hechos, a las 17:39 el diputado Diego Santilli se expresó en TW: “UN VALLADO. Esa es la excusa de hoy para incitar al caos, la violencia y defender su impunidad. No hay dudas de que las fuerzas de seguridad tienen que intervenir para garantizar el orden y proteger a vecinos y comerciantes”. (las mayúsculas en el original)

Alrededor de las 17:45 llegó el gobernador Axel Kicillof. Y luego de su llegada, se conocieron conversaciones por handy entre policías que fueron escuchadas por militantes y periodistas en las que los oficiales decían qué funcionarios estaban y si tenían fueros o no. “Está (Andrés) Larroque. No tiene fueros ni inmunidad diplomática”, fue uno de los diálogos. Luego se conoció otro audio interno de la policía que hacía referencia al gobernador bonaerense, Axel Kicillof: «está el gobernador de la provincia. Es un manifestante más en este momento. Vamos a trabajar con el personal urbano de la manera correcta, está formada la línea y vamos a aguantar», decían.
Eran casi las seis cuando entraron en acción los carros hidrantes, que la emprendieron contra los manifestantes. Gas pimienta, agua, palazos, algunas balas de goma completaron la logística y el método policial.

Mientras tanto y debido a la presentación de cuatro amparos en la Justicia, el ministro de gobierno porteño, Jorge Macri, y su par de Justicia y Seguridad, Marcelo D’Alessandro, fueron hacia el juzgado interviniente “para interiorizarse de la situación y dinamizar el tratamiento judicial”, dijeron.

Para las 18:07 había cuatro militantes detenidos, al menos dos más heridos que tuvieron que ser asistidos, y siete policías con escoriaciones de diferente intensidad.

A las seis y cuarto, el diputado de Juntos por el Cambio Waldo Wolff responsabilizó “a la Vicepresidenta y a todo el gobierno nacional por fomentar la violencia, por hacer este acting para generar caos”.

Quince minutos después y en una suerte de nado sincronizado llegó el mensaje de la ex gobernadora María Eugenia Vidal: “En medio del ajuste, el mismo gobierno sale a la calle a incitar a la violencia. Señora vicepresidenta frene esto! Usted es responsable de lo que pasó. La calle es de todos los argentinos que queremos vivir en paz”.

A las 18.40 trascendió que habían sido detenidos un par de horas antes el diputado bonaerense Matías Molle; el director de Comunicaciones de la AFIP, Fabián Rodríguez; y el dirigente cercano a Máximo Kirchner, Facundo Tignanelli. “No sabemos por qué los detuvieron. Vi toda la secuencia y no hubo resistencia a la autoridad”, dijo Grabois en declaraciones a A24.

Pasadas las siete de la tarde el Jefe de Gabinete del Gobierno porteño, Felipe Miguel, destacó el accionar de la Policía de la Ciudad, volvió a defender la decisión de colocar los vallados y condenó a “los violentos de siempre, que empezaron a empujar, voltearon las vallas, atacaron a los policías, rompieron los vehículos, arrancaron los espejos, patearon los escudos”. Ante los embates, dijo que “solo se utilizó agua para disuadir y dispersar”.
A las 19:15 el legislador bonaerense, Matías Molle; el director de Comunicaciones de la AFIP, Fabián Rodríguez; y el dirigente Facundo Tignanelli fueron liberados.

19.21: El senador radical Alfredo Cornejo dijo : “Cualquier hecho que lleve adelante el kirchnerismo tiene dos objetivos: uno es el show, la narrativa y victimizarse. El otro, amedrentar a los jueces que deben juzgar. Todo violentando las instituciones”.

A las 19.36 el diputado Ricardo López Murphy, para quien militaba entonces Ximena de Tezanos Pinto, posteó en X una frase absolutamente violenta y que luego tomó otra dimensión aún mayor: “Son ellos o nosotros».
Eran las 19.48 cuando Juntos por el Cambio respaldó a Horacio Rodríguez Larreta en un comunicado y criticó “las intenciones de la Vicepresidenta, de querer encuadrar todo en su teoría conspirativa y en la búsqueda de cualquier excusa para alterar la paz social y politizar la causa judicial que atraviesa, terminan incitando violencia irresponsablemente”.

 

 

El presidente Alberto Fernández se manifestó a las 20.11: Cuestionó al jefe de gobierno porteño por el operativo de seguridad en Recoleta y pidió que “cese el hostigamiento” contra Cristina Kirchner. A través de un hilo de X, el jefe de Estado planteó que las fuerzas policiales y las vallas desplegadas por la Ciudad frente a la casa de la Vicepresidenta “lejos de aportar a la tranquilidad invocada, generó un clima de inseguridad e intimidación”. Y dijo: “Exhorto a la dirigencia opositora que cesen las expresiones provocativas y violentas y permitan que todos los actores se expresen responsablemente para garantizar la paz social”.

A las 20:13 Mauricio Macri interrumpió sus vistas en Netflix y se refirió a los hechos por los que culpó, por supuesto, a la vicepresidenta: “La responsable de este desborde y alteración de la paz es CFK, que nuevamente atropella las instituciones, creyéndose por encima de la ley. Se victimiza para promover el caos”.

“A la vicepresidenta no le importan sus vecinos ni los argentinos. Solo su agenda sin medir los costos”, dijo el senador Martín Lousteau y compartió el comunicado de Juntos por el Cambio a las 20:33.

Estuvo claro también que hubo aval para la represión, sin que importase siquiera sobre quien podría recaer. A las 20: 25 el diputado Máximo Kirchner quiso llegar a la casa de su madre y que, de algún modo, también es la suya por lo que es un vecino más de la barriada. Acompañado por un grupo de personas, el dirigente del Frente de Todos intentó pasar entre un grupo de policías que le impidieron el paso, lo golpearon y lo insultaron: “¿Querés pasar Máximo? ¿Querés pasar, puto? La concha de tu madre vas a pasar”, se escuchó decir a alguien que está entre los policías y cuya voz, pero no su rostro, quedó registrada en un video. Mientras les pegaban, los policías les decían: “tomá, kumpa”.

En un momento él les gritó: «¿qué hacés? necesito ir a ver a mi vieja». Enojado, agregó: «¿Al ladrón de Macri defendés? ¡paren che!». Mientras tanto, la policía lo sigue empujando a él y a tres de sus colaboradores, que se tapaban la cara por miedo a recibir gases lacrimógenos y anteponían las manos para no recibir los golpes. Las caras son de pánico. «Dejalo pasar», les dicen tratando de que la policía entre en razón.

Luego de la difusión del video, distintos dirigentes del Frente de Todos manifestaron su repudio en las redes sociales. «La policía de Larreta agrede e insulta al diputado Máximo Kirchner cuando iba a la casa de Cristina. Violentos y represores. No tienen vergüenza!», sostuvo el diputado nacional Hugo Yasky, quien también compartió el video.

«Hola @SchiavoniH@luisnaidenoff@GugaLusto. Video de la policía de CABA que conduce @horaciorlarreta pegándole e insultando al Diputado Nacional, Máximo Kirchner. Espero de Uds el rechazo total al hecho por ser hombres de la democracia con altísimas responsabilidades políticas», dijo por su parte la senadora nacional Juliana Di Tullio.
También posteó la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti quien dijo: «Imagínate que vas a lo de tu vieja y te recibe la policía con palos e insultos. Va bien la paz social por la que dice trabajar @horaciorlarreta. Son los campeones mundiales del cinismo. Siempre del lado de la mecha de Kirchner».

20.50 terminó la reunión entre Nación y Ciudad. Jorge Macri y Marcelo D’Alessandro se encontraron con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, y el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena. Según Infobae, las partes acordaron que se podrán mantener las expresiones de apoyo a Cristina Kirchner pero sin que ello implique un acampe, fuegos artificiales y establecieron un esquema de horarios a respetar.

A las nueve y cuarto de la noche y aún con clima de tensión, un grupo de militantes avanzó nuevamente en dirección a la casa de CFK y los referentes del Frente de Todos y de las organizaciones sociales presentes en el lugar realizaron un “cordón humano”, tomándose de los brazos unos a otros, para protegerlos.
Tres minutos después Eduardo “Wado” de Pedro cuestionó al Gobierno porteño y pidió el “cese de inmediato” de “esta provocación autoritaria y antidemocrática”.

21.30: Horacio Rodríguez Larreta defendió el operativo policial y responsabilizó a la titular del Senado por los disturbios ocurridos. “La Vicepresidenta busca que la solución de sus problemas en la Justicia se diriman en la calle, enfrentando a unos argentinos con otros. No lo vamos a permitir”, sostuvo y le pidió a la ex presidenta “que asuma la responsabilidad de que los manifestantes se retiren pacíficamente a sus casas”.
A las 21.45 En Juncal y Uruguay empezó a montarse un un escenario precario e improvisado desde el que Cristina Kirchner le hablará a la militancia.

En sus redes sociales, la Vicepresidenta volvió a postear: “La lógica del Sr. Larreta es la misma lógica del partido judicial”. “Para los macristas: cuidado y protección. Para los peronistas: vallas, infantería de la Policía de la Ciudad y hasta palos, gas lacrimógeno y gas pimienta como la noche del lunes. Nunca fueron ni serán democráticos”.

A las 21:50 y rodeado de todo su staff entre quienes competían por quien ponía el gesto más adusto, Rodríguez Larreta dio una conferencia de prensa: “Hace mucho tiempo que los argentinos estamos viviendo momentos de muchísima angustia y dolor. Y en el día de hoy, en la Ciudad vivimos escenas de violencia que no son aceptables para la convivencia democrática. La paz social y el orden público son dos principios y valores fundamentales para mi, para nuestro Gobierno y para todo Juntos por el Cambio y para todos los argentinos. Todos los dirigentes políticos tenemos la responsabilidad de contribuir con nuestras acciones y declaraciones a la paz social, y siempre evitar cualquier enfrentamiento entre argentinos. La Ciudad de Buenos Aires, por ser la sede del gobierno nacional, constantemente está atravesada por manifestaciones, marchas y reclamos. La gran mayoría de esas manifestaciones no tienen nada que ver con la Ciudad. Siempre hemos hecho los esfuerzos necesarios para que convivan el derecho a manifestarse con el derecho a circular”, inició Rodríguez Larreta su discurso lleno de lugares comunes.

A las 22:09 Cristina salió de su casa. Enfundada en un amplio sweater color manteca, habló durante diez minutos a un público que había hecho enormes sacrificios para estar allí, luego de una jornada caótica y represiva. Durante sus palabras, pidió a los dirigentes de la oposición que “dejen de competir para ver quien odia más a los peronistas”. “No repitan experiencias de las cuáles después todos tenemos que lamentarnos, ha habido demasiada sangre en la Argentina”, expresó.

Y siguió: «Desde el día martes cuando el partido judicial pidió 12 años de condena por cada año de los mejores 12 años que tuvo el pueblo Argentino, desde ese día se produjeron a lo largo y ancho del país manifestaciones espontáneas de compatriotas”.

”En el único lugar en el que hoy hubo escenas de violencia fue aquí, en la ciudad de Buenos Aires y en la puerta de mi casa. Provocadas por lo que yo llamo el odio hacia la alegría y amor peronista”.

“Desde el martes quien habla ha sufrido el permanente hostigamiento de gente que viene a amenazarme de muerte. Nunca vi a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires intervenir”.

“Los hemos visto colgar horcas y guillotinas en la plaza, pero los violentos somos nosotros”.
“Tenemos que pedirle a la oposición, sobretodo ahora que se avecina una nueva campaña, que dejen de competir para ver quién odia y pega más a los peronistas”.

» Esas competencias para ver quién es más duro, quien castiga más las manifestaciones populares nunca llegaron a buen puerto en la Argentina. No repitan experiencias que después todos tenemos que lamentarnos”.
«No es cierto que estaba todo el día (la gente). Se juntaban a cantar, no ha insultar ni a desearle la muerte a nadie”.

“Aunque viviera mil años, nunca me va alcanzar para agradecerles el amor, la solidaridad y la lealtad de todos ustedes”.
“Les pido que no abandonemos nuestras convicciones nunca, y sobretodo ese indiscutible amor a la patria que nos unió a todos y todas”.

Cristina cerró con un pedido casi maternal: «Vayamos a descansar un poco que ha sido un largo día”.
A escasos metros del palco, Fernando Sabag Montiel, quien había pasado toda la jornada en la zona, le mandó un mensaje a Brenda Uliarte, quien en el mísero departamento de San Martín tenía la Bersa preparada: «Ya no vengas, la hija de puta se metió de nuevo en la casa, lo hacemos otro día».