Un ruidazo desde el corazón

Recuerdo que el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, en ocasión de una gran inundación, se encontraba de viaje en Italia por cuestiones médicas. De inmediato, decidió postergar la visita a los especialistas con quienes tenía una consulta previamente pactada y, rápidamente, emprendió el regreso a la Argentina.

Por Ignacio Campos

En similares circunstancias, con la provincia de Buenos Aires desbordada de agua, la actual gobernadora María Eugenia Vidal se encontraba en Cancún de vacaciones y, de inmediato, envió un mensaje manifestando su preocupación por los bonaerenses tapados por la gran inundación. Pero continuó inmutable su “merecido” descanso.

Macri se encuentra descansando de su último descanso en el mismo sur en donde se ha cansado de descansar. Mientras tanto, en la Argentina real los tarifazos, el cierre de empresas, la falta de personal e insumos en hospitales, el cierre de escuelas, la creciente inseguridad, las balas y palos fáciles por parte de las fuerzas de seguridad y otro combo de circunstancias generadas por las políticas económicas y sociales, llenaron las principales arterias del país con gente indignada por tales medidas, protestando a viva voz a raíz de su descontento.

Pero, por si Macri no lo vio -ya que los canales de televisión casi no dieron cuenta de la contundente medida de protesta- las redes sociales fueron una vez más el eco de dichos reclamos populares, que, en la medida en que el gobierno continúe en su diálogo de sordos, irán creciendo en magnitud y sólo se espera que, como ha ocurrido en el día de ayer, comiencen a sumarse los componentes de la clase media, quienes, según nos cuenta la historia, salen cuando ya tienen a soga al cuello.

Avenida Cabildo y Juramento es una de las intersecciones de calles emblemáticas de lo que se conoce como “barrios chetos y adinerados” de Capital y, precisamente allí, se desarrolló uno de los más ruidosos encuentros de la protesta, es decir, en el corazón mismo en el que, se supone, reside el núcleo duro de votantes macristas.

Hago hincapié en esta esquina por lo ya dicho, pero esto no significa que haya sido sólo allí la masiva protesta: muy por el contrario, se dio de manera contundente en todas las ciudades y pueblos de nuestra querida República Argentina, que, al parecer, está despertando de un aletargamiento y de lo que resulta ser una verdadera pesadilla, aún para aquellos que, desvelados por el populismo que gobernó durante doce años, pensaban vivir los placeres de un sueño liberal.

Por ahora, aquí los únicos que logran dormir relajados son los miembros del gobierno y las mil familias cercanas a él, quienes, merced a las políticas hambreadoras, cuentan hoy más que nunca con un mullido colchón de divisas en los bancos o cuentas off shore mientras el pueblo que padece este saqueo, más temprano que tarde, deberá salir a repudiar a un gobierno que pretende quitarnos hasta los sueños.