Un galpón ubicado en San Martín de los Andes, destinado a guardar pasto para caballos, donde el Che Guevara durmió una noche hace 64 años, se convirtió en un museo.
Ernesto “Che” Guevara llegaba en moto a la localidad neuquina junto a su amigo Alberto Granado, y pidieron ayuda en el galpón del Parque Nacional Lanín. Hoy, ese lugar se transformó en La Pastera, uno de los tres museos dedicados a la difusión y homenaje de uno de los líderes revolucionarios que marcó la historia de Latinoamérica.
La iniciativa se concretó a través de una gestión de ATE (Asociación Trabajadores del Estado) y se convocó al estudio de arquitectos Liliana Ravera y Jorge Larumbe para refuncionalizar el galpón de troncos construido en 1946.
De acuerdo a lo publicado por El Cordillerano, la restauración puso el foco en la preservación del estilo original, que dejó tal cual el entrepiso donde esa noche de enero de 1952, Guevara y Granado pasaron la noche, en el marco del mítico viaje que los llevaría a recorrer varios países latinoamericanos.
En la entrada hay un expendedor de nafta similar al de época y en junio se podrá ver una réplica de La Poderosa, la motocicleta Norton 500 que llevó al Che Guevara por distintos paisajes. La misma que se utilizó en el rodaje de Diarios de Motocicleta, el filme de Walter Salles (con Gael García Bernal y Rodrigo de la Serna).
entre el material recopilado y producido por el equipo del museo argentino y el Centro Che de Cuba, se pueden ver fotos inéditas, textos y reproducciones de las anotaciones que el Che realizaba de puño y letra en Bolivia
Además, entre el material recopilado y producido por el equipo del museo argentino y el Centro Che de Cuba, se pueden ver fotos inéditas, textos y reproducciones de las anotaciones que el Che realizaba de puño y letra en Bolivia, entre 1966 y 1967. Los objetos personales que el argentino llevaba en su mochila a todas partes, se conocieron cuando los gobiernos de Cuba y Bolivia abrieron una bóveda que atesoraba el cuadernito y la agenda. Sólo se realizaron 2 mil réplicas, una de las cuales quedó en manos de La Pastera.
En su cuaderno, el Che retrata su paso por San Martín de los Andes de la siguiente manera: “Esa primera noche la pasamos perfectamente, durmiendo entre la paja de que estaba provisto el galpón, bien abrigados, lo que se hace necesario en estas comarcas donde las noches son bastantes frías”.
