Turquía abre su frontera a civiles sirios que huyen de la guerra
Mientras más se intensificaban los combates por tierra y los bombardeos desde el aire en el norte de Siria, más crecía la multitud de desesperados civiles que quedaban varados en la frontera con Turquía, por lo que este país finalmente aceptó abrir el paso y evitar así una crisis humanitaria.
Los miles de refugiados que llegaron en los últimos días y semanas a esta zona desértica e inhóspita vinieron principalmente del norte y noroeste de la provincia de Al Raqa, la región norteña de Siria que hace tiempo se convirtió en el principal feudo en el país de la milicia extremista del Estado Islámico (EI).
Ante la presión internacional ejercida por Naciones Unidas y las principales organizaciones internacionales de Derechos Humanos, Turquía abrió uno de sus pasos, a la altura de la localidad siria de Tel Abiad, y comenzó a recibir a una columna interminable de refugiados, según informó el canal de televisión CNN Turk.
Erdogan finalmente aceptó abrir el paso fronterizo de Tel Abiad para evitar una crisis humanitaria
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos explicó que la mayoría de los refugiados que llegó a la frontera con Turquía escapaban no sólo de los constantes combates entre el EI y las milicias kurdas sirias, sino también de los también constantes bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, que busca eliminar a los islamistas y apoyar a los kurdos.
las Unidades de Protección del Pueblo, como se conoce a las milicias kurdas sirias, y otros grupos armados opositores al gobierno de Bashar al Assad lograron avanzar diez kilómetros al sureste de Tel Abiad, el cruce más importante entre Al Raqa y el territorio turco.
Tras varios días de fuertes combates, los aliados de Washington y las principales potencias occidentales, lograron este avance y tomar la localidad de Suluk, según informó la agencia de noticias EFE.
Pero mientras los kurdos e insurgentes avanzaron en la parte central del norte sirio, hacia el oeste, en la provincia de Idleb, las milicias islamistas volvieron a ganar terreno y a desplazar al Ejército.
En la cada vez más compleja guerra civil siria, que en los últimos cuatro años se convirtió en un conflicto internacional, el gobierno de Al Assad enfrenta a un frente muy heterogéneo de milicias opositoras, que a su vez se dividen entre los grupos aliados de Estados Unidos y sus socios, y los grupos islamistas más radicales como el EI o el Frente al Nusra, la rama siria de Al Qaeda.
Este domingo, milicias islamistas, entre ellas Al Nusra, conquistaron tres nuevas zonas de Idleb -Tela Jetab, Yana al Qora y Al Meshirfa- y comenzaron a avanzar sobre la ruta que une esa región con la provincia costera de Latakia, en el oeste del país, sobre el Mediterráneo, según el Observatorio.
Tanto la provincia de Idleb como Raqa son fronterizas con Turquía, un país que pese a ser un aliado de Estados Unidos y Europea en la OTAN, apoyó a las milicias islamistas que intentan derrocar a Al Assad y que se expanden a costa de otros grupos opositores sirios laicos y más moderados, según denuncia Damasco.
Además de su rivalidad con Al Assad, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, busca evitar un mayor fortalecimiento de las milicias kurdas sirias, un grupo que comparte una aspiración nacionalista similar a la de los kurdos turcos del otro lado de la frontera.
Durante más de 30 años, Ankara reprimió sin miramientos a la principal guerrilla nacionalista kurda, conocida como el PKK, y pese a que actualmente gobierno y milicia transitan juntos un proceso de paz, Erdogan le ha negado apoyo a las milicias kurdas sirias por considerarlas una rama del PKK.
«El último avance de los kurdos sirios en dirección a Tel Abiad no es un buen signo, esto podría llevar a la creación de una estructura que amenace a nuestras fronteras»
Recep Tayyip Erdogan
En su viaje de vuelta de Azerbaiyán, Erdogan advirtió ante un grupo de periodistas que lo acompañaban en el avión, que el último avance de los kurdos sirios en dirección a Tel Abiad «no es un buen signo».
«Esto podría llevar a la creación de una estructura que amenace a nuestras fronteras. Todos necesitan tomar en cuenta nuestras sensibilidades en este punto», destacó el mandatario, en un mensaje poco velado a sus socios occidentales, presionados a su vez por sus aliados en el terreno en la guerra contra el EI en Siria e Irak.
Según destacó Erdogan, sólo la semana pasada ingresaron a territorio turco unos 15.000 refugiados de Siria, una cifra que se suma a los más de 1,7 millones que se instalaron a lo largo de los últimos cuatro años de una guerra interna, que ya dejó más de 220.000 muertos y obligó a casi la mitad del país a abandonar sus casas.
Pese a sus advertencias, Erdogan finalmente aceptó abrir el paso fronterizo de Tel Abiad para evitar una crisis humanitaria. Sin embargo, con el conflicto sirio empeorando cada día más, esto representa apenas un paliativo.