49 por ciento si hacemos número redondo es el resultado electoral de la candidatura a senador nacional por el Frente de Todos que reconoció a Sergio Oso Leavy, su pertenencia militante y dirigencial en Salta.
Atrás con un amplio margen quedan 24 años de oligarquía con Romero y Urtubey cuestionados en una provincia sin industrias, con crisis institucionales que afectan directamente a la Educación, la Salud y la Justicia.
Macri cae en el país con su planteo financista apoyado en una economía que destruyó la matriz productiva, los puestos de trabajo genuino, las jubilaciones, ANSES, PAMI, Ministerios como el de Trabajo y Salud, el acceso a la vivienda entre otros derechos adquiridos a lo largo de la historia político social de los argentinos. Salta, un distrito pequeño en el número electoral pero que dio una intensa pelea en el terreno partidario, pone de manifiesto el hartazgo de los votantes ante el desmedro sufrido históricamente, más notorio, tal vez en estos ùltimos 4 años de macrismo bancados por Juan Carlos Romero en la senaduría nacional, junto a figuras deterioradas públicamente como Juan Manuel Urtubey quien no sólo queda lesionado en lo que es su recorrido político, sino que fuera de toda oportunidad seria, con respecto a la función pública. Le siguen los legisladores y dirigentes de Cambiemos como Martín Grande, Martín de los Ríos, Gladys Moisés, el ex massista, Gustavo Sáenz -con aspiraciones a la gobernación por el macrismo- Pablo Kosiner, otrora justicialista y en la actualidad un incondicional de la gestión pretendidamente conciliadora con el gobierno nacional. Los nombres que componen una larga lista de conservadores, se contraponen a las figuras de la militancia popular que fortalecidos por el voto en las urnas, el Frente de Todos.
Como territorio político, Salta le ha resultado inexpugnable a más de una persona dentro y fuera de los medios de comunicación y por ello, quizás la mejor forma de correr el velo de los mitos y leyendas de la dirigencia fue con las urnas y ese margen grosero cerca al 50 por ciento electoral en favor del proyecto que apoya la concretada candidatura de Alberto y Cristina.
Las medidas de neto corte popular son imprescindibles en el norte ante la pobreza acuciante, el hambre y la miseria y contra eso, el rol del electorado se comprendió muy bien, sin grandes aparatos de campaña, prebendas, ni el cotillón acostumbrado de las viejas mañas en la política. Por el contrario, se hizo uso de la participación ciudadana, la fiscalización del voto, el acto solidario, la charla para concientizar, el arte de mostrar cómo estamos y qué podemos hacer para revertirlo. Aquí, los ejes que plantea Sergio Leavy a través del slogan «Vamos a poner a Salta a trabajar» es una síntesis para reconocer las enormes potencialidades productivas de la provincia, junto a la prestancia de su población, anhelante de recursos productivos y puestos laborales genuinos.
La dirigencia salteña que se encontró en el Frente de Todos, dota de figuras tales como el líder local de Camioneros, Jorge Guaymás, quien en la última década ha crecido en su visión y expresión política, en el entendimiento del escenario ante la oligarquía y en un manejo de la crisis que afecta directamente a las organizaciones sindicales que lo reportan como un valioso elemento de tracción en este contexto aliancista y aunque resultare en su cargo como pre candidato a diputado nacional, superado por el joven abogado Lucas Godoy por márgenes muy estrechos en las urnas del interior provincial, el indiscutible currículum en la arena política, impone no cerrar las puertas, sino agigantarlas. Así quienes quedan para competir en el tramo próximo en las PASO provinciales y en las generales respectivas, son elementos aglutinantes que marcan una diferencia percibida por el elector promedio en Salta.
Así también cabe mencionar que la mejor y contundente herramienta de comunicación que funciona en este distrito, no está compuesta por el uso tecnológico al que poco acceso se tienen en lugares donde Internet, electricidad y aplicaciones, todavía no llegan; el proceso del denominado «boca en boca» vuelve a marcar su permanencia y el trato personal entre dirigentes y votantes es lo único que posibilita la fidelización del voto. Mientras toda la oligarquía debió esconder a sus postulados, en el Frente de Alberto y Cristina, los encontraron para quehaceres muy humildes como la mateada, el locro de los clubes, las protestas sindicales, los eventos tradicionales de los pueblos. Quienes se sienten y reconocen como parte de la sociedad a la que pertenecen, saben a la perfección con qué herramientas comunicarse y ni siquiera el acceso -cortado además- a la prensa, pudo superar ese modo de estar con aquellos que demandan la solución definitiva de una provincia trazada por el abandono.
