Sergio Massa eliminado del wasap de la familia Galmarini
Escribe Nicanor Zambrano, exclusivo para InfoBaires24
Un wasap a contramano
Sergio Massa reconoció en un reportaje radial, que fue expulsado del wasap del grupo familiar Galmarini. Aparentemente, por diferencias de conceptos ante el clan Galmarini, que integra su esposa, Malena Galmarini, fue retirado sin más del grupo que operaba de ese modo en esa red corporativa de uso social.
Los Galmarini, en particular su suegra Marcela Dirreu (le fue mal en las PASO luego de echar del espacio a Gustavo Posse que la apabulló en votos con su candidatura a intendente), gozan de un carácter de tintes itálicos (se dice tano en la jerga que llega de más allá de los setenta), fuerte, melodramático y acaso teatral. Fue ella quien tomó bajo su protección a Sergio Massa cuando era muy joven, y lo entrenó en la política manejando vinculaciones importantes. Una de ellas fue la de Luis Barrionuevo que hoy lo apoya con energía.
De acuerdo a lo que dijo Massa por la radio y lo que transmiten algunos periodistas, opiniones del candidato a presidente del Frente Renovador en UNA, el frente que lo reúne con sus compañeros de ruta, fueron las que motivaron la decisión de censurar definitivamente sus opiniones. Massa reconoció que fue su esposa, Malena Galmarini, quien tomó la decisión de retirarlo del grupo que operaba en wasap y aparentemente, fue por sus opiniones diferentes a las que se expresaban en el servicio. Fue en radio Nacional Rock, donde Sergio Massa expresó sin vueltas: «No es que lo abandoné, me sacaron».
La pasión y la censura de familia
Sorprendió, pero lo más trascendente de su versión personal, fue que se trató de una de las declaraciones más honestas de cuantas se le conocen a lo largo de su exitoso paso por la política corporativa.
Massa señaló que la “medida” se debe a que los Galmarini hablan con «con mucha pasión de las cosas” y de inmediato emitió una opinión en la que criticaba con cierta indulgencia al proceder de la ahora famosa familia. Reflexionó el líder del Frente Renovador al observar el proceder de los Galmarini que “para mirar la Argentina hace falta corazón pero también cabeza». Y dijo luego que «Leí algo en el grupo de Whatsapp que no compartía, repartí de manera enérgica mi opinión y lo que yo creía que había que hacer sobre un tema y me sacaron. No abandoné».
Por cierto, no era en su carrera un momento a destacar porque dejó entrever que en ese espacio, ahora cerrado, imprevisible, por momentos controvertido, no es bien recibido a la hora de intentar plasmar una idea. Es más, cuando el entrevistador le preguntó acerca de quien está a cargo del grupo wasapero al que no podrá acceder más, expresó con un dejo de melancolía: «Creo que Malena». No en vano, se señaló que el grupo wasapero se hace llamar “Familia de locos”, una figura curiosa que algunos pueden relacionar con procederes, estilos, y acaso trayectorias. Algunos dicen que le resulta más difícil alcanzar el wasap de los Galmarini que arreglar con Macri. Puede ser.
Wasap más, wasap menos
Massa fue sincero al confirmar el hecho, en todo caso un episodio familiar que incluso puede arrancar una sonrisa, y algunos periodistas recordaron que con el Papa tuvo un encontronazo que, aunque diferente, le cerró un camino para comunicar y dar color a su trayectoria política.
En un momento, suele suceder en la geografía política, sonó importante y seguramente lo sea, hoy se recuerda por momentos aunque es posible que reste votos, perdonando la redundancia, de los devotos. Ahora tendrá que recostarse en sus wasap con de la Sota, tal vez Macri y seguramente Felipe Solá, entre otros.
De salir airoso del compromiso electoral, su regreso al wasap será triunfal y de no ser así, en el Frente se muestran con optimismo respecto de lo que va a suceder en octubre, será un episodio como el que se comenta, nada más.
Un asunto familiar que trasciende y que no va a incidir en absoluto sobre las corrientes generales que hacen al momento político argentino, que presenta una elección importante donde se dirime nada más y nada menos que el destino de un gobierno que transformó el país en los últimos 12 años, y se apresta a reafirmar sus valores.
Por eso, hay quienes dicen que un tal Mauricio puede llegar a ofrecerle, sin cargo económico alguno, ingresar a un wasap familiar que, vaya curiosidad, pertenece a una familia de inocultable sabor italiano oriundo de San Isidro que reside en Barrio Parque. Después de todo, se dice por ahí, un wasapito no se le niega a nadie.