«Llego hoy a la banca que necesitamos para que el pueblo no muera de hambre» Juan Emilio Ameri, diputado nacional por Salta.
«Si un ciudadano, ciudadana no tiene para comer, para vivir, para trabajar, la prioridad está marcada por un dolor evidente. El Pueblo merece todas las leyes en su favor, sobre todo las que impidan la muerte por hambre de los miles de niños, niñas, adolescentes y ancianidades de argentina» dice Juan Emilio Ameri el recientemente asumido diputado nacional por Salta, quien juró al cargo en la sesión del jueves 19 de diciembre en el contexto del debate por la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva.
Ameri pertenece a la agrupación EL AGUANTE, perteneciente al Partido de la Victoria en la provincia norteña, donde él es el secretario de Organización y Secretario de la fuerza partidaria. Ahora integra el bloque oficialista del FRENTE DE TODOS.
Provengo de la CABA pero hace unas décadas me fui a vivir a Salta, donde tuve mis tres hijas, mis afectos y la Agrupación que desde hace años integro junto a compañeros y compañeras, laburantes, estudiantes, militantes sociales que la pelean día a día» Nos comenta de su casa en el barrio Scalabrini Ortiz, en la zona sureste, una de las más humildes en la capital. «Mi familia también vive en Buenos Aires, son gente sencilla, de trabajo. Este es un sueño de la política para mí, llevo en el alma el deseo de hacer algo que mejore la vida de mi Pueblo, de mis compañeros. Hay que conocer cómo se vive en el interior profundo, sin agua potable, luz, gas, ni hablar de las comodidades de las zonas urbanas. Sin acceso a una atención hospitalaria, o a la educación, como en los centros urbanos, la posibilidad de tener un trabajo registrado, con por lo menos el salario mínimo vital y móvil o donde los viejos tienen una jubilación. Yo estuve, conozco, lo que son los pueblos de la nada, donde cada tanto, alguien pasa por ahí y les acerca algo…Por eso, esto que parece un sueño, de un pibe militante, es una realidad que llegó por la generosidad en el apoyo de cada militante y con el esfuerzo de todos.
¿Qué significa estar en esta primera sesión legislativa en el contexto de la primera semana de Fernández y Cristina en el gobierno?
Significa mucho, venir a tratar de poner algo más que la buena voluntad en un país que es tierra arrasada y lo digo porque vengo de esa tierra, donde nos quedamos sin leche para darle a nuestros hijos, o donde el trabajo no se puede conseguir. A mí no me la cuentan, es la que vivo. El hambre se nota en la provincia y se lleva la vida digna de las personas. Entonces, estar hoy acá por momentos es escuchar las versiones de Cambiemos y da bronca, pero es momento de superar y comprender que las soluciones tienen que construirse de manera colectiva y urgente; todos tenemos que estar el mayor número de personas haciendo lo que corresponde en favor del que no tiene nada.
Cuando juré lo hice por Perón por Eva Perón, Néstor y Cristina, los 30 mil compañeros detenidos desaparecidos, porque en ellos se conjugan todas las memorias: la del país que queríamos tener con industrias, comida, educación, salud, viviendas… una Patria Libre, Justa, Soberana y Solidaria. Con Néstor, fuimos muchos los que nos sentimos incluidos en la política, de sumar participación y fuerza de trabajo a la militancia, sobre todo en las provincias. Y bajamos cuadros e hicimos una revolución en las geografías donde todavía hoy el oligarca se considera el dueño de todo y el sujeto de privilegios absolutos mientras te quitan el lugar a vos, de ser sujeto de derechos. Con Cristina, aprendimos el amor, la resistencia, el conocimiento de la política y la perseverancia, aprendiendo de los errores, tanto como para resignificar las dirigencias a través de las renuncias y la humildad.
¿Considerás que esta ley es una solución para un país quebrado?
Es una primera solución para retomar un camino desde donde empezaríamos a ordenar el caos. El país de la especulación financiera, te reventaron todas las instituciones de la República porque hay una matriz ideológica cuyo eje es el dinero y no la persona. No les importó regalar, negociar y desmantelar a la Argentina porque para una clase, un sector, el dolor de la gente no tiene rostro, no es humano.
Empezar por los derechos a la salud pública de las compañeras, devolver un primer esquema de poder adquisitivo a las jubilaciones, lograr devolver el estatus ministerial a la Salud y avanzar con el acceso a los medicamentos, organizar un piso para devolver la coherencia a las paritarias, todo es un primer paso, tratando de arreglar un Estado agónico.
No es sobre si las ideologías se debaten en la esfera de las charlas de café, se trata de la inmensa mayoría de la población ni siquiera tiene para comprar un saquito de café. Si diéramos vuelta la cara a eso, sólo profundizaríamos un malestar social en reclamos justos e impostergables.
