“Se quiere rajar”: el gobierno afronta su peor momento y ni los propios creen en el jefe mayor

Hace algo más de una semana, en Infobaires24 se señaló que existían señales que indicaban que Macri quería irse, inquietud que habría comentado a un empresario. Nadie habló del tema hasta que Hugo Moyano dijo en estos días que “Macri se quiere rajar y está desorientado”.

Escribe Alejandro C. Tarruella

“Tenemos que tener cuidado, es momento de apoyar porque el problema es político”, reflexionó luego el titular de la Unión Industrial bonaerense, ámbito en el que se trabaja al 60 por ciento de la capacidad instalada. Hubo críticas en el encuentro del Día de la Industria de Parque Norte. Para los industriales, Macri no dio certezas, jugó a las frases hechas y a las consignas en el estilo Durán Barba. Los nuevos impuestos que cargan a la industria tienen a maltraer a los industriales que, además, se sienten traicionados y lanzados al espacio sin paracaídas.

Macri fracasó el otro fin de semana, al intentar que Sanz, Melconian, Prat Gay y Lousteau se sumaran a su endeble gabinete que navega al garete. Analizan en su entorno que el show de fin de semana, que siguió por fragmentos mientras descansaba en la quinta de Los Abrojos, llegó a la sociedad contado por los medios de comunicación, asistido por los movileros que muchas veces decían cualquier cosa porque no tenían información. Se dice que Macri se molestó mucho por la ida y vuelta de whatsapps que se registraron entre funcionarios y periodistas. Macri ya se había puesto nervioso porque el clamor interno de sus mayores colaboradores por cambios, puso en cuestión su jefatura. Digamos jefatura porque no es un conductor, no logra esbozar liderazgo.

Macri fracasó el otro fin de semana, al intentar que Sanz, Melconian, Prat Gay y Lousteau se sumaran a su endeble gabinete

En estos tiempos, lo que hacían Quintana y Lopetegui, que consistía en tomar nota de cuanto sucedía fuera de los ojos de Macri y para su conocimiento, no producía satisfacción en sus pares que resistían al dueño de Farmacity y su par en gabinete.

Esta semana, Macri tuvo que intervenir para dejar afuera el proyecto de Rodríguez Larreta y Vidal, que pretendían adelantar las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Querían ser competidores en horas previas a la elección presidencial para luego ir a esa contienda si Macri se iba. El jefe de gobierno de la CABA podría ensayar, con Macri afuera luego de la profundización de la crisis de su gobierno, una fórmula Rodríguez Larreta-Vidal y, aunque con toda seguridad podría perder, su nombre ingresaría en el podio de los presidenciables para la próxima. Esto marca que hay un tiempo que se acabó en el poder y el que viene tiene una dosis importante de incertidumbre. Hay gente del macrismo que ya habla de transición y se acerca a conversarlo con exponentes del peronismo en reuniones reservadas.

Los gobernadores enojados

Dado que Macri no quiere acuerdos con el peronismo y un alineamiento casi militar de los propios, un imposible a todas luces, no hay proyecto en camino. Si Frigerio intenta alinear a Urtubey, que dice estar de acuerdo con apoyar el presupuesto, deja en claro que una mayoría de voces de gobernadores no dicen nada. Y Macri, luego de sacarles el fondo sojero, quiere que las provincias se hagan cargo del transporte y otras cargas del gobierno nacional y las lanza a su propia suerte. El presupuesto es ahora el principal tema a resolver por el disminuido gabinete.

En este clima, Macri comentó alguna vez que estaba pasando los peores momentos de su vida, y compartió a un empresario cercano que quería irse. Es común que un mandatario sin convicciones y sí con intereses en estado puro, caiga en un pozo de ánimo y aliente una fuga. De ahí que Moyano diga que “Macri se quiere rajar y está desorientado”. Por lo visto en ese fin de semana en Los Abrojos dejó en claro que no tiene mucha fe en Nicolás Dujovne ni en Caputo.

El apoyo de Trump, que tuvo que ver con la salida de Sturzenegger, debe entenderse como una toma de posición suya respecto de globalizadores y fondos buitres. Trump por momentos manotea en la política del sur del mundo y necesita hacer pie. En Argentina, hoy, globalizadores y buitres llevan la delantera a la hora de meterse en la cama de Cambiemos. Trump es casi una última ficha al momento de huir de una crisis y hay que recordar que no quiere al JP Morgan.

Las diferencias son claras. Rodríguez Larreta, Vidal, Peña y Frigerio reconocen soberbia. Macri, no. Moyano ha declarado: “Ellos se quejan de los bolsos pero tocan dos teclas y se llevan diez veces más”, y agregó que “el Gobierno les está fallando a los laburantes, a los jubilados. Les falta la comida”. Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía, por su parte, dijo que “Las medidas de Macri impondrán un alto costo a la gente común”. Y frente a eso, no hay más que remarcación salvaje de precios, tarifazo sobre tarifazo (hay provincias en las que el transporte mínimo cuesta 35 pesos), eliminación de remedios a enfermos de riesgo, quita de subsidios en términos degradantes.

Moyano ha declarado: “Ellos se quejan de los bolsos pero tocan dos teclas y se llevan diez veces más”

Hay gente que pide su subsidio y en el gobierno les dicen que deben hacer un curso luego de que cerraron los centros asistenciales donde debían realizarse.   Se dice en los entornos que Peña mejora al presidente cuando apenas si lo sustituye, y amenazan que si las cosas no mejoran habrá nuevos cambios de gabinete.

El sector más distante de Macri quería el desdoblamiento. Monzó pensaba que tomando distancia de Macri, desdoblando las elecciones, Vidal tenía mejores perspectivas para retener la gobernación. Eso quiere decir que piensan poco menos que el presidente es un piantavotos y, así, el principal problema de Macri gira desde lo externo a lo interno.

Naturalmente, si los jercarcas temen perder sus privilegios de casta con títulos de honor en el Estado, dejan de creer en falsos líderes o jefes, y emprenden el camino individual buscando cómo asirse con fuerza a los postes para no ser arrancados por la esquiva realidad.

A todo esto, el 25 hay un nuevo paro nacional de la CGT mientras día a día las marchas llegan al centro de la ciudad y se registran en provincias y ciudades, reclamando que haya Estado solidario y solución a las carencias más graves del pueblo.