Schiaretti, empleado de Macri, discípulo de la mafia

Es natural que Juan Schiaretti, el gobernador de Socma en Córdoba, critique al gobierno nacional. Siempre fue un coherente empleado de Socma y hombre de la familia Macri en sus negocios internacionales. Pasó delante de sus ojos el hecho de que don Franco y el tío de Mauricio, Jorge Blanco Villegas, fueran socios procesados por evasión fiscal y contrabando de cerca de 13 mil vehículos. El negocio ilegal dejó perjuicios al Estado nacional por 450 millones de pesos-dólares en la década de 1990.

Escribe Alejandro C. Tarruella

Coherencia mafiosa

Schiaretti empezó antes, recaló en Fiat Brasil por los ochenta y supo de los delitos comprobados en Uruguay por el clan Macri. El ahora gobernador Socma, Schiaretti, regresó en la década de los ’90 según órdenes de Franco quien lo convirtió en miembro de la Secretaria de Industria y Comercio de la Nación de Carlos Menem en 1991. El gobernador además, pertenecía al círculo de servidores de Domingo Cavallo en la Fundación Mediterránea, y no se privaba de generar lazos con lo que sería el neoliberalismo globalizador finisecular. El decreto 2677/91 que refrendó el dúo Menem-Cavallo lo dejaba a cargo “reordenamiento y regulación de la industria automotriz”. En esa tarea, encaraba el resguardo de los negocios de la familia Macri y la representación Renault en Córdoba.

Es decir, que Schiaretti era un lobbysta corporativo todo terreno al servicio de una de las mafias más poderosas de la Argentina. Así lo dejó reflejado además, un informe de la agencia Ancla que reprodujo en 2019, La Licuadora (https://www.lalicuadoratdf.com.ar/2019/05/la-vieja-amistad-entre-schiaretti-y-macri-cordoba-sigue-jugando-para-la-oligarquia/). ¿Cuál era en parte la tarea de don Juan Schiaretti? Es posible que una de sus funciones haya sido apoyar los negocios de importación y exportación de autopartes desde un cargo en el Estado. La mafia no estaría haciendo nada nuevo en la variedad de recursos que suele emplear para sus maniobras delictivas.

Para todo trabajo, señor

Se estima que si Schiaretti comenzó a servir al grupo Macri en 1980, lleva hoy más de cuarenta años entregado a sus intereses, que hoy pasan por cumplir los mandatos de Mauricio y procurar desgastar al gobierno nacional. Eso explica su conducta que pasó de cierto compromiso militante en los setenta, a la venta de sus principios en los ochenta.

Claro que cuando se trata de hugar en conductas de las décadas finales del siglo XX, es inevitable encontrarse con gente conocida como en el barrio. Resulta que en la causa contrabando, cualquiera se va a encontrar con que los abogados que actuaron ante la gentil corte menemista, eran Ricardo Gil Lavedra y Alejandro Carrió. Sorprende pero no mata. Gil Lavedra había sido procurador de la Corte de Videla y juró por el estatuto de la dictadura, que apoyó con su silencio cómplice la estatización de las deudas empresarias en 1981, obra del Mingo Cavallo que acabó la deuda de los Macri y la familia Blanco Villegas en 1981. En esos días de gloria para la mafia, no para perseguidos y desaparecidos, Schiaretti fungía como vicepresidente de Fiat Brasil. Alejandro Carrió, uno de los abogados de Clarín como Rosenkrantz, era el primo de la Lilita Carrió. El mundo, diría Catita por boca de Nini Marshall, “es un buñuelo”.

Hoy Schiaretti, responde a Mauricio Macri que logró entronizarlo en la gobernación de Córdoba y hoy le responde al desgastar al peronismo que le dio esa posibilidad, para ser servicial a esa mafia. “Mauricio Macri, el primogénito del Clan Macri, es un hombre preparado para mandar… su principal formación proviene de su familia, que preserva las reglas de los clanes calabreses. No por nada, en el mundo económico es conocido como ‘El calabrés’, por su manera peculiar de encarar los negocios y la vida en general”, se puede leer en “El lado oscuro de la Famiglia Macri”, Jorge Bernstein y Daniel Cieza (compiladores) que publicó Ciccus de Coco Manukian.

El sello del delito 

La metodología es siempre la misma. Obsérvese el caso del italiano Mateo Gorgetti, presidente de la Fundación Pensar, de don Mauricio, procesado en 2012 por tráfico internacional de piezas arqueológicas y procesado otra vez junto a Hernán Lombardi (el radical que fuera compañero de ruta del PC en los 60 y 70) por lavado de dinero usando como tapadera a la fundación. Schiaretti no escapa a la trama mafiosa. Y el camino de Schiaretti en Socma continúa porque hoy, Susana Malcorra, ex canciller de Mauricio que sirvió a los intereses británicos de la pesca en zona de las Islas Malvinas, es nueva integrante del directorio de Molinos Río de la Plata, una de las empresas de usura alimenticia que se niegan a cumplir con la ley en el tema precios. Hay que reconocerle a Schiaretti, ser el pionero de un estilo y una actividad sin pausas por fuera de las normas de la ley. ¿Podrá hoy doblegar una vez más a Córdoba para dar continuidad a las mafias en el poder político?

Desde ese lugar, el gobernador Socma de Córdoba, es hoy uno de los lobbystas más encarnizados con el gobierno nacional que espera poder sostener el poder provincial para seguir sirviendo a la familia para la que trabaja desde hace varias décadas. No por nada, hace un tiempo, en su canal “La Nación”, el capo Macri reconoció a Schiaretti al decir que “Fue el único que se mantuvo aparte del kirchnerismo”. Y hay que ser justos: tenía razón.