Salta: falleció Clotilde esposa de Miguel Ragone, desaparecido
“Con la gracia de Dios, Miguel me ha dado la fortaleza de llegar a este juicio luego de tantos años de espera. Yo quería estar. (…). Aún no he perdido las esperanzas de encontrar sus restos (…) No tengo odios ni rencores contra quienes planearon y ejecutaron el crimen. Hay un Dios y Él es el mejor Juez de las cosas” dijo Clotilde Suárez de Ragone, quien fuera su esposa y madre de sus hijos.
Ella esperó sin claudicar que se confirmara el sitio donde abandonaran el cuerpo del único gobernador desaparecido durante la dictadura en Argentina. A los 98 años de edad, falleció en la clínica Cruz Azul de la Ciudad de Salta.
Clotilde Suárez de Ragone nació en Salta el 28 de setiembre de 1921, en el seno de una familia salteña de seis hermanos. Estudió en el Colegio Católico Santa Rosa y obtuvo el titulo de maestra en 1941. Es hija del agente Pedro Suárez que se desempeñó en la división Caballería de la Policía de Salta, fallecido en 1968 en Salta y de la costurera Rosario Ceballos de Suárez, fallecida en 1954 en Bs. As.
Hermana de Victoria, Manuela, Ramona, Fernando y Victoriano; se trasladó a la Capital Federal en 1942, junto a todo el grupo familiar para que los hermanos varones pudieran continuar sus estudios universitarios. Ya antes había conocido a quien sería su compañero de toda la vida.
Terminando ambos sus estudios secundarios, Clotilde conoció a Miguel Ragone a fines de la década del ’30 en una Salta que no ofrecía a los varones de la naciente clase media argentina, la posibilidad de estudios superiores. Al igual que sus hermanos varones, poco tiempo después y dispuesto a cumplir el sueño familiar del ‘hijo Doctor’, quien sería el esposo de toda la vida, se trasladó a Bs. As. para comenzar su carrera de médico, ciudad en la que se afianzó la incipiente relación; con un Miguel Ragone estudiante de medicina, hospedado junto a muchos otros, en una habitación del Hospital de Neurología dirigido por Ramón Carrillo quien luego sería Ministro de Salud Pública del peronismo.
La casa familiar de los Suárez en Bs. As. hasta 1955 estuvo situada en Av. Caseros, disuelta meses después de morir la madre. Entre 1943 y 1949, estudió dibujo en el Colegio del Complejo Bernasconi cercano a Parque Patricios. Nunca ejerció la docencia.
En el año 1949 Clotilde se casó con el recientemente recibido Médico Miguel Ragone en la Iglesia de Pompeya de la ciudad de Buenos Aires. En 1950, libros de medicina a cuesta de un viejo sheep, con su pequeña hija Clotilde de dos meses en brazos, emprendió junto a Miguel, el largo viaje de regreso a su querida Salta. Su primera y única hija mujer nació en la maternidad del Complejo Bernasconi, cercana a la vivienda del núcleo familiar. Vivió entre 1950 y 1955 en una pequeña casa en los fondos del Hospital Cristofredo Jackob, en Salta; fundado y desarrollado por Ragone, discípulo de Ramón Carrillo. En la misma casa, nacieron dos de sus tres hijos varones: Miguel, en 1951; Alfonso en 1952. En esos años, su vida familiar junto a su esposo e hijos se entrelazaba estrechamente a la vida del hospital; dividiendo su tiempo entre el cuidado de los hijos, la cocina de la casa, la del hospital y el trato con enfermeras, pacientes mentales y administrativos.
En 1955 se trasladó junto a toda su familia a vivir al garaje de la casa de una hermana en la esquina de Ituzaingó y Tucumán, al quedarse sin vivienda por la cesantía que enfrenta su esposo Miguel Ragone como resultado de su militancia peronista por el embate de la llamada ‘Revolución Libertadora’. En esa vivienda nació su tercer hijo varón: José en 1956. En el mismo año se trasladó a la casa que ocupa hasta la actualidad, construida con es esfuerzo del trabajo de médico de su esposo, en su consultorio particular, cita en Pasaje Gabriel Puló 146; siendo una de las primeras en los alrededores del Monumento a Güemes.
En 1973 se convirtió en la Primera Dama Salteña, de la mano del logo de su esposo elegido gobernador popular por amplia mayoría. En los breves 18 meses de su gobierno profundo y significativo en la memoria del peronismo popular, lo acompañó de cerca en toda su gestión relacionándose activamente con quien fuera necesario para reforzar el trabajo de su compañero, a la vez que cuidó de su familia y de su casa, como un mandato familiar y social intrínseco para esa mujer salteña de principios del siglo XX.
Vivió hasta hoy, con su hija mayor y su yerno, en la casa que construyó junto a su esposo y participó activamente de todo el proceso judicial, político y cultural que en la última década posibilitó la Justicia por el asesinato de su compañero.
Clotilde se mantuvo fortalecida en su ancianidad por la reivindicación del nombre de su esposo y de su familia. Todavía conservaba la esperanza de encontrar los restos de quien fuera el compañero de su vida.
Despedida familiar
«Última navidad que felices de tenerte 98 años gracias Ahora ya descansas junto a los que esperaste tanto ya estas con tu querido Miguel hasta siempre mamita» recordó Clotilde, su hija mayor.
«Adiós a la mamá. Adiós abuela Clotilde.
No fue como lo cuenta Charles a mediados del siglo en su canción. Había ahí una casa colmada de familia y gente, hasta de niños, que aprendían de la muerte, la solidaridad y los valores para la vida.
Te fuiste como todos hoy, sola, en la terapia de la Cruz Azul. E inconsciente. Que bueno eso. No hubo dolor. Mi último día con vos, la cena de Navidad, será la foto final siempre. Ante tu ausencia eterna, todo se vuelve mágico. Y tus manos se vuelven pájaros en el aire. Como decía Mercedes Sosa, que ya tampoco está. Hasta siempre» despidió públicamente su nieto, Fernando Pequeño, dirigente peronista.