El domingo de las PASO salteñas, dejó una postal de la política incomprensible para el resto de Argentina. Los principales distritos electorales no entendían, ni para bien, ni para mal; el contundente mensaje de las urnas electrónicas. La oligarquía las tiene todas consigo, por eso es poder.Juan Antonio es jubilado con la mínima, maneja un remis en la ciudad de Salta, pasa en el auto, alrededor de 18 horas por día. Comenta que fue a votar y que a pesar de no haber elegido a la lista que le gustaba porque el sistema se tornaba engorroso; la boleta única electrónica, le implicó un modo rápido de desentenderse de esa incómoda responsabilidad civil a la que poco importa, sobre todo para quienes no «hacen política» El vecino, que llevó en los últimos dos años, su auto 15 veces al taller, se queja del tránsito citadino y observa la enorme cantidad de baches que le implican un trastorno en su trabajo y un deterioro de su capital invertido, también reflexiona que la cantidad de viajes en cuatro años, disminuyeron en el orden de un 60% y que el aumento del combustible lo perjudica, ha abandonado los asados -pero como todo el mundo- la prepaga -pero es que se abusan- las vacaciones -pero hay más turismo extranjero para aprovechar- y una serie de alimentos que antes compraba en el supermercado, siendo hoy imposible por el sobregiro de su tarjeta de crédito. El remisero, conoce la realidad, la vive y la palpa como el por lo menos millón de electores habilitados que concurrieron a las urnas y no obstante saber lo que no se hace desde el gobierno local, va a parar al bolsillo de la gente, optó por apoyar al candidato oficialista, el actual Intendente Gustavo Sáenz, en su aspiración a la Gobernación de Salta ¿Por qué? si él mismo nos comenta que ha debido coimear para que tránsito no le incaute el auto, aunque no cometió infracción alguna. Su razón válida es porque «digan lo que digan» es más conocido Sáenz que los otros candidatos. «Dirán que bueno, primero estuvo con Massa, después con este Macri pero siempre estuvo con Romero y Romero sabe cómo hacer que funcione el turismo en Salta. Van a gestionar para que los kirchneristas suelten la plata que no llegó con Cristina»
El argumento instalado en el chofer de un remis capitalino es el pan nuestro de cada día que sueltan los medios con millones de pesos mensuales en concepto de pauta oficial, otorgado por provincia y por municipio. En cuatro años, los beneficios de la obra pública como hospitales, escuelas, viviendas y planes de contención social de la década ganada fueron olvidados en el mar de privaciones que los norteños han pasado y aún pasan.
Esta desmemoria se apoya en que Tucumán se mantiene floreciente y Jujuy ha crecido en los peores cuatro años de la economía argenta. Los vecinos tienen, lo que a Salta le falta y ese mensaje es contundente en la población.
Sin embargo, hay un componente cultural que no se puede dejar de lado, la competencia con los medios comunicacionales, los canales y radios de Buenos Aires, consumidos por el común de los salteños, cala hondo; el panorama es confuso, como lo es el voto electrónico y las elecciones desdobladas -un año con 4 idas a votar- dos Paso y dos Generales, hacen que todo sea tomado como una molestia superlativa.
La inexistencia de una sociedad con fábricas e industrias, en Salta el movimiento obrero emerge de la peonada rural o de la administración pública, impacta sobre manera en el grado de participación política que se observa a simple vista. Sumado a que las castas oligarcas -las mismas familias y apellidos de siempre- son las que cierran las puertas de los partidos políticos y si mal que nos pese, el PJ fue destruido en este fracaso de Juan Urtubey aspirando a la presidencia -quemó los barcos y las provisiones- el popular quedó sin referencias en donde volcar su voto de molestia.
Salta es profundamente peronista, siempre se ha mantenido en ese sentido de voto y sin el PJ, le resultó incomprensible entender que la oposición local estaba en el Frente de Todos, quizás por la inhabilidad de sus referentes para comunicar el objetivo de un espacio que se vio superado por una interna innecesaria con Miguel Isa, quien en toda su ambición meritócrata quiso forzar su elección, restándole fuerzas a un sobre exigido Sergio Oso Leavy, sobre quien Alberto y Cristina, tiraron las duras encomiendas de ser el nuevo dirigente con todo los sacos de plomo: de Intendente de Tartagal a diputado nacional del Congreso a la senaduría nacional como candidato de la lista nacional y de allí a candidato a la Gobernación, mientras pelea en el voto papel con la fórmula presidencial y no es que el hombre no pueda, es que la sociedad no entiende lo que pasa y esto termina siendo pasto de las fieras y las bestias son oligarcas.
Lo que importa en Buenos Aires en Salta, ni cosquillas
Por otra parte, se ha tratado infructuosamente, evidenciar los prospectos sospechosos de las gestiones como las de Urtubey, Sáenz y Macri en un mismo sentido, aprovechándose de lo público a costas de la creciente pobreza del pueblo de Salta y esto, aunque con muy buena intención periodística, no afectó la performance electoral de Sáenz que en su camino a la gobernación parece ir tranquilo y sin molestias. El entramado de operaciones políticas foráneas jamás podrá competir con el diario de Juan Carlos Romero, publicando lo bueno y lindo del candidato favorito, junto a la Bettina Romero; hija del magnate empresarial y legislador nacional, ex gobernador y ex compañero de fórmula del riojano Carlos Sául. La nueva adquisición de la élite, perfilada como la más votada para la Intendencia de la Capital, ha dado pocas muestras de habilidad ejecutiva, primero porque al manejar los planes sociales nacionales que llegan a Salta, ha hecho uso discrecional de los mismos y luego porque lo más comentado de su actuación como diputada provincial, fue lograr una ley que prohíbe la comercialización y uso de sorbetes -pajitas- en la provincia.
El electorado conoce las versiones incesantes de los cantos de sirena y ha quedado en el olvido, la trama fétida del poder que se mantiene hace décadas en Salta; el denominado romerismo es a ultranza neoliberal, como Urtubey, hijo dilecto de este sector y como Sáenz, un personaje armado desde esta base, para obedecer las órdenes de un pater famili, como lo es Juan Carlos, el Júcaro y su sombrero panameño. Nada se ha alejado tanto de él que le augura una gobernación fácil a su elegido y que trabaja para que Juan Manuel, lidere el anti Kirchnerismo a nivel país porque en la eternidad de la oligarquía, cuatro años es un suspiro.
Mientras tanto, dos instituciones mantienen aquietados a todos aquellos que pretendan desafiar a estos amos norteños; la Iglesia -como fuego amigo del macrismo- y el Poder Judicial, como el bastión que responde con creces, a la nula intención de investigar los delitos económicos complejos que comete la clase dominante.
No interesa si el Frente de Todos, hace la mayor inversión publicitaria de la que tenga en cuenta la historia local para una campaña electoral de esta envergadura, lo que debe romper o quebrar excede al cronograma electoral de una Argentina destrozada y lleva mucho más tiempo que el de las urnas tradicionales o digitales. Pretender que Leavy sea todo, determina que en breve se quede con lo puesto y probablemente menos que con eso, por haberse salido del molde de la obediencia que se le prodiga al establishment local.
Salta como todas las geografías del planeta que poseen litio, bórax y petróleo, agoniza y circunda la pobreza porque como un animal que amamanta cría ajena, es la teta que no se quiere soltar. Hasta que no se democratice la Iglesia católica desde adentro con la consolidación de vertientes como la de Curas en Opción por los Pobres y el sistema judicial no sea cambiado de raíz por parte de la Nación, Salta es muy poco probable que vea el nacimiento de alguna revolución política y de extracción popular.
¿El voto? El voto sólo es un mensaje en voz baja de personas que caminan mirando el surco en tierra ajena.