Salta: detienen, torturan y hacen carpetazo contra dirigenta feminista
Por salvaguardar a una menor víctima de maltrato institucional
Irene Cari preside el FORO DE MUJERES POR LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES, desde hace más de una década que está comprometida con la lucha contra la Trata de Personas, la Violencia de Género, la Violencia Institucional y el reclamo por la Interrupción del Embarazo, Legal y Gratuita. Fue detenida, golpeada y humillada por la Policía, a las 3 de la mañana del domingo en la ciudad de Salta.
Cari contactó con la víctima de 14 años de edad, llamada Brisa. Ella proviene de Tartagal, donde el Estado dispuso que viviera en un Albergue oficial tras ser abusada en su propio hogar por el padrastro. No obstante ello, la adolescente, hace unos meses, había avisado a una de las docentes que en el Albergue también fue víctima de violencia, como otros y otras jóvenes institucionalizados.
Así lo relata la propia Irene Cari, cuando se da a conocer por qué la habían apresado en horas de la madrugada en la puerta de su domicilio en Barrio Limache.
«Brisa, pidió prestado un celular a un transeúnte en la terminal de ómnibus de la de Salta (capital). Al escuchar la angustia de la niña dándonos su datos de donde venía y cómo llegó a Salta, hicimos rápidamente que se traslade a nuestra sede del Foro de Mujeres; el que funciona en barrio Limache, zona Sur de Salta Capital.
A estas horas 20.30 del día sábado 11 de abril, Brisa está contenida, protegida y reguardada en un domicilio seguro, por lo que ya estamos activando la siguiente denuncia a la Comisaria del Barrio Limache y las líneas de emergencia 911 solicitando un teléfono de juzgado de turno” describió Cari en la exposición de hechos que hizo públicamente al ser denunciada y luego apresada por disposición de una jueza que no sabía que la joven Brisa no estaba en el albergue oficial.
Irene Cari, sobre la situación original dijo: «Sabemos que Brisa es una adolescente carente de una familia contenedora y fue abusada sexualmente por su padrastro cuando tenía 12 años y que en el año 2019 Brisa, se animó a denunciarlo. Ante esta denuncia de Brisa, hizo que intervenga un juez quien dispuso el traslado del hogar hacia el Albergue Nativa cito en Tartagal. Allí conoció a la señorita Cynthia Vuistaz como docente de apoyo, a los y las estudiantes institucionalizados, dependientes de la Secretaria de la Niñez y Familia que administra esos albergues.
Seguidamente nuestra acción es siempre contener a las víctimas, escucharles sus peripecias de cómo llegaron a nosotras y en qué y cómo podemos ayudarlas.
Es así que Brisa no quiere volver al KUARA, ni al Albergue Nativa, sino que desea una familia donde ella sienta que puede estudiar y vivir con alguien que la valore.
Justamente es lo que Brisa solicita que la dejen vivir junto a su maestra la Seño Cynthia Vuistaz. Quien ya se ha comunicado con Brisa, a través de nuestros celulares y pudimos aunar información sobre las reiteradas denuncias que padecen, no sólo Brisa sino otros adolescentes en esos lugares los que se suponen son de contención y protección.
Pero en cambio, hay denuncias en el juzgado de Tartagal sobre el abandono, maltrato emocional de los adolescentes» comentó
La detención de Irene Cari
En una comunicación telefónica, la dirigenta feminista le explica a IB24 lo sucedido: «Nos siguió la policía cuando íbamos a dejarla en un lugar seguro a Brisa como víctima de violencia institucional, siendo que la jueza emitió una orden a la policía para que le entregara a la menor a las 3 am. A lo que me negué pues todos los oficiales eran hombres y no iba a dejarla sola a la víctima. Entonces, me separaron de ella, me golpearon, arrastraron por el piso, mientras ella lloraba y yo gritaba pidiéndoles que no me hicieran eso, que no era necesario actuar así arrastrándome por el pavimento, en una noche fría. No sólo no me escucharon sino que los oficiales me pegaron por todo el cuerpo, me insultaron, me subieron al auto; mientras que con igual violencia se llevaban a Brisa de quien a esta hora, no sé ni cómo está, ni a dónde la llevaron» nos detalla Irene que está muy angustiada y afligida por esta situación que no la imaginó jamás.
De repente la charla se interrumpe, solloza, se repone un poco y sigue: «me llevaron a la comisaría de Villa Palacios, me desnudaron, se reían de mí, me tocaron, golpearon…» rompe en llanto otra vez, para continuar: «la Policía, mujeres y varones, estaban allí observándome, insultándome…fue lo peor que pasé en mi vida» dice Cari, que en su pequeñez, ha librado duras batallas contra enemigos poderosos.
El domingo de Pascuas y aislamiento social, la familia de Irene, sus hijos e hija, no saben qué hacer. Comienzan a llamar a conocidos, a compañeras del FOMUPIO, del Partido de la Victoria, de las organizaciones sociales feministas y comienzan a hervir las redes sociales con la novedad de esta detención arbitraria. Irene Cari es muy conocida por su labor social, su activismo político pero por sobre todo por no abandonar a nadie en desgracia.
«Me descompuse, me quitaron el celular, me impidieron comunicarme con mi hijo, pero en un momento pude mandarle un mensaje y después un compañero le dice al otro, entonces vino quien es mi abogado. Yo estaba cansada, sin dormir, sin tomar mis medicamentos, soy hipertensa, enferma cardíaca. Me deterioro con esta situación violenta, angustiada sin saber de Brisa». dice Irene.
La policía la traslada de la comisaría a la Ciudad Judicial en la zona norte de la ciudad, de una punta a la otra de Salta, la hacen revisar con el médico pero no le dicen si constatan las marcas del maltrato policial, el abuso psicológico, la humillación al peor estilo de la dictadura en los 70’s. «Creí que me iban a matar, esos golpes, esa violencia..por lo menos me dejaron en mi casa, con arresto domiciliario y vigilancia en la puerta» dice a las 22hs de este domingo en cuarentena.
A la mañana le fijaron para este lunes una audiencia en ciudad Judicial. teme volver a ser golpeada. «La presión de las organizaciones y la repercusión en las redes sociales, logró que me permitieran estar en casa. Estamos viviendo lo peor de la represión» asevera la dirigenta. «Mañana iré dispuesta a enfrentarlo todo porque quiero que se sepa la verdad de lo sucedido, porque quiero que se entienda que rescatar una víctima no es delito, que tal cosa lo cometen los que abusan, los que torturan, los que violentan y los que matan movidos por el odio a la mujer y resguardados por la impunidad que les permite accionar en contra de las más vulnerables».
Irene agradeció en toda su angustia a las centenares de personas que dieron su tiempo para informar que estaba detenida, a quienes contuvieron a su familia en estas horas de incertidumbre y a quienes se suman para investigar lo que sucedió.
Detenciones del fin de semana
El sábado por la tarde se dio a conocer el padecimiento de otra militante social y política, Natalia Varela, amiga personal de Irene Cari.
Natalia volvía de atender, con sus familiares, el negocio de comidas que tienen en la zona oeste de Salta, se dirigía a su vivienda junto a su madre -60 años- sus hijos de dos y ocho años y su hija mayor de 14 años, todos estaban en el negocio.
Al pasar por un retén policial y pese a mostrar su declaración jurada de libre circulación, la policía la obligó a descender, la comenzó a insultar, la separó de sus hijos, haciendo que la mayor de ellos ascendiera a una patrulla, luego la esposaron, la subieron a un móvil policial, le retuvieron el auto, obligando a su madre a llevar consigo a la bebé de dos años en brazos y al nene de ocho caminando 40 cuadras hasta el hogar de ellos.
Natalia Varela, fue insultada, golpeada, también su hija. Liberadas cuando se viraliza un video de la detención policial. ¿Casualidades? Para pensar que ambas mujeres militan las mismas consignas, luchan por los mismos derechos y forman parte del mismo espacio político, contrario al actual gobierno local.
Repudio de las organizaciones
Los espacios de militancia por los Derechos Humanos, expresaron su postura ante lo sucedido: «La Asociación DDHH Coca Gallardo, manifiesta su solidaridad con la compañera Irene Cari, presidenta del Foro de Mujeres y militante feminista de larga trayectoria, quien fuera detenida violentamente hoy por la Policía de la Provincia.
Su detención violenta y arbitraria se da en el marco de una serie de acciones de ésta índole protagonizadas por las fuerzas de seguridad a lo largo de todo el país, que se han agudizado desde la imposición de la cuarentena por el Covid 19.
Durante más de 3 horas, se ocultó su paradero a sus abogados, familiares y miembros de organismos de DDHH que se acercaron a la Alcaldía para exigir su liberación. Es por ello que responsabilizamos a las autoridades provinciales por la seguridad de la compañera Cari y exigimos: Cese de la violencia institucional
Basta de persecución a lxs luchadorxs popularxs. Absolución y libertad inmediata a Irene Cari . Derogación del DNU 255 / 2020»
También se expresó en igual sentido la Fundación Volviendo a Casa presidida por Isabel Soria, quien manifestó: «Las mujeres que trabajamos en territorio somos las q pagamos las consecuencias, de un sistema sumamente violento»
La Multisectorial Federal de Mujeres y Diversidades con base en Buenos Aires, también hizo llegar su apoyo a la dirigenta Irene Cari que conforma este espacio, repudió el violento accionar de la Policía e instó a permanecer alertas ante el tratamiento judicial de la causa contra Irene Cari.
Cadena de responsabilidades
El procedimiento judicial empleado para disponer sobre la vida de la joven Brisa es el asunto meridiano que culmina con la detención arbitraria de Cari y que expone a los magistrados actuantes que debieran enfrentar las consecuencias de decisiones que afectaron la vida de la adolescente y la libertad de la dirigenta social.
Ahora el foco estará puesto en confirmar los motivos de tan malos procedimientos judiciales aplicados, siendo uno de ellos que la jueza interviniente es una ferviente militante PRO VIDA y que su principal motivo para ordenar a las 3 de la mañana, el retiro de Brisa por la fuerza, acompañada de los destratos inhumanos hacia Irene Cari, se basen en su fanatismo religioso que a la larga quedará en evidencia, cuando se movilice una causa al mejor estilo lawfare en contra de una actora social importante en la lucha contra la Trata de Personas.