Rouvier a IB24: “El discurso de Macri fue un listado de lugares comunes que responde al marketing PRO”

Tras la apertura de sesiones ordinarias y el mensaje del presidente Mauricio Macri a la asamblea legislativa, el analista político y consultor Ricardo Rouvier, analizó para InfoBaires24 los ejes centrales del discurso ante el Parlamento, en la siguiente entrevista.
Por Hugo Gulman
¿Cuál es tu primera reflexión sobre el discurso del presidente?
Hubo presencias y ausencias en el discurso, con algunos contenidos y algunos vacíos. El discurso siguió la línea del optimismo oficialista. El Presidente presenta estadísticas que no cuestiono, pero las leo distinto de cómo las lee él: habla de un crecimiento de la economía del 2,8% en 2017 en relación a 2016, sin tomar la caída del 2,2% de 2016, que fue un año de clara recesión. Por lo tanto, el crecimiento de 2017 fue muy leve y no se sabe aún cuál será el crecimiento en 2018, pero también estará en valores muy leves.
Destacó el crecimiento del turismo y las ventas de cemento y vehículos
Macri plantea el tema del turismo como si fuera un festival. Sin embargo, según datos oficiales de diciembre, si comparamos los dólares que entraron y los que salieron, deja un déficit de U$ 10.000 millones de dólares por año. También es cierto lo del aumento en la construcción y en la venta de vehículos, pero no mencionó a las industrias afectadas por la importación, por ejemplo la industria textil, la del cuero e incluso la automotriz, que en gran parte creció con la venta de autos importados, o sea que también se necesitan dólares para pagarlos.
¿Qué omitió en la apertura de sesiones?
Al endeudamiento sólo lo mencionó como un proceso que ‘vamos a tratar de resolver’. No dijo que el 46% del P.B.I., es decir de lo que produce el país, se debe y hay que pagarlo. Sí reconozco algunas cosas más favorables, y esto tiene que ver con la modernidad de las nuevas derechas, cuando habló del aborto: es una novedad dentro de lo que son las nuevas derechas en el mundo, multiculturales, más tolerantes, y afirmó que si bien no está de acuerdo con la legalización del aborto, planteaba el debate y eso me parece bien.
En el discurso se refirió al cuidado al conducir, al uso de las sillas para chicos y el riesgo de hablar por celular al volante. No sé si hay antecedentes de una apertura de sesiones en la que el presidente haya abordado estos temas. ¿Qué opinás?
Hizo un listado de lugares comunes y sentido común y todo eso responde al márketing del PRO más que de Cambiemos. Este discurso se produce en el peor momento del Presidente en estos dos años de gobierno. Esto no es que está en una situación de catástrofe ni nada por el estilo, pero es el peor momento en relación de imagen negativa con la positiva. Frente al optimismo que Macri señalaba, el humor social no está como en 2016.
¿Qué significa ‘peor momento’?
Significa que más del 50% de los ciudadanos de la Argentina están mirando negativamente la gestión del gobierno y preocupados por el empleo y la inflación. Este no es un buen momento del humor social y tampoco el Presidente habló de eso, tomando conciencia de que hay mal humor, por lo menos no lo escuché.
¿Hubo diferencias entre este y sus discursos anteriores?
Fue un discurso voluntarista. Hubo una diferencia con los discursos anteriores y eso demuestra que el Presidente está aprendiendo: no dio cifras, no cometió el error de dar cifras que después no se cumplen.
No se refirió a la herencia recibida. ¿Es un tema agotado para la gente?
La herencia no tiene el mismo peso que antes y la gente empieza a mirar que el gobierno tiene responsabilidad sobre lo que ocurre. La herencia ha perdido efecto, como era lógico de suponer.
Y más allá del discurso de apertura de sesiones ¿cómo ves a la oposición?
Aunque el gobierno está pasando el peor momento desde que asumió, vemos que en la oposición no hay nadie que capitalice esta caída. La sociedad no ve ahora delante suyo una opción política interesante a futuro. Esto habrá que construirlo y me atrevería a decir que el gobierno tiene tiempo para las elecciones y hoy el Presidente lanzó, sin haberlo dicho, su campaña para la reelección. Pero la oposición es la que no tiene tiempo y tiene que presentar lo más rápido que pueda una opción electoral interesante.
¿Por qué?
La oposición está jugando tiempo de descuento porque el gobierno tiene más o menos arreglada su interna. Hay internas en economía, diferencias de opinión, está el círculo rojo. Pero nadie está cuestionando nada ni hay segundas líneas dispuestas a desplazar a Macri, mientras la oposición está muy fragmentada.
¿La oposición se reformula desde el discurso o desde la propuesta de nuevos contenidos?
Para responder esta pregunta tenemos que hacer un seminario. Hay una crisis del conocimiento, una parte de la oposición está en el siglo XX y el siglo XX terminó, nos guste o no a los que somos de ese siglo. Por lo tanto, hay que replantearse el conocimiento, el contenido de los discursos y establecer nuevos discursos que puedan seducir y enamorar a la gente para establecer un gobierno de otro tipo.
¿A qué se refiere Macri cuando habla del crecimiento invisible que ya sucedió?
Hay temas de los intendentes o de los gobernadores, que a veces ponen mucha plata en obras, cloacas, por ejemplo, y las cloacas las ve sólo el que las usa y no las ve otra gente. Hay gestiones de gobierno más visibles que otras y cuando se refiere al crecimiento invisible sabe por las encuestas que no hay demasiado entusiasmo en la gente por el gobierno actual aunque generó votos a favor. Intentan sostener el entusiasmo diciendo ‘miren, estamos haciendo cosas que ustedes no ven’.
Finalmente, ¿dónde está la mayoría silenciosa, en las canchas de fútbol y en los recitales con el hit del verano o en la gente que sigue callada?
La oposición tiene un problema de conocimiento. Tanto lo de las canchas como lo de los recitales o el subte pueden ser datos interesantes de reacción social, pero esto no significa un resultado electoral porque la base de Cambiemos es el silencio, no es el cuerpo en la calle. Solamente hablan cuando votan. Hoy mostraban fotos de Macri tomado de atrás y se veía la Plaza vacía. Que no haya nadie en la Plaza no significa que fracasó Macri, ese es su éxito porque ellos no quieren que haya gente en la calle.





