Florencia Figar, una joven de 20 años que vive en la localidad bonaerense de Berazategui, le obsequió a un exveterano de Malvinas un cuaderno bitácora que durante la Guerra perteneció a un integrante del Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea 601 de Mar del Plata, en el que se lo nombra .
La historia comenzó -según cuenta en un informe el diario La Mañana- cuando la joven viajó hace dos años a Londres para un intercambio escolar y se alojó en un pueblo a sureste de la ciudad, llamado Kent. Allí, una noche después de la cena el padre de la familia que la albergó, Martin Bradford, le confesó a Florencia que había pertenecido a Royal Marines (infantes de marina del Reino Unido) y que había estado en la Guerra de Malvinas.
«En un momento de la charla, Martin se dirigió a su biblioteca, trajo un cuaderno Laprida y me lo entrega con la condición de que encuentre a su dueño», explica la joven de Berazategui, en diálogo con el matutino La Mañana de Neuquén.
El cuaderno de bitácora perteneció a un integrante del Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea 601 de Mar del Plata, que perteneció al subteniente Carlos Barri, en donde se menciona, entre otros hombres, a Gustavo Vera, un veterano neuquino que combatió en la guerra de Malvinas.
En un momento de la charla, Martin se dirigió a su biblioteca, trajo un cuaderno Laprida y me lo entrega con la condición de que encuentre a su dueño
El inglés le contó que había encontrado el cuaderno en Bradford muy cerca del lugar donde esta fuerza británica de operaciones anfibias había desembarcado tras la rendición argentina el 14 de junio de 1982. «Me dijo que lo encontró tirado cerca del puerto aéreo», agrega Florencia.
Al regresar al país, la joven comenzó a rastrear al dueño del cuaderno, pero sin éxito, entonces decidió contactarse con excombatientes de diversas localidades. «Los veteranos de Quilmes me dijeron que una de las personas citadas en el cuaderno vivía en Neuquén. Me pasaron el celular de Gustavo (Vera) y un día lo llamé. Al marcar su número me temblaba la mano, tenía miedo de cómo podía reaccionar. Hablé con él y me di cuenta de que era una persona cálida y noble, y quedé en viajar a Neuquén para darle el cuaderno», señaló Florencia.
Por su parte, Vera expresó en referencia al encuentro: «Encontrarme con este cuaderno es revivir esos difíciles momentos que pasé, incluso las broncas por aquellas sanciones que nos ponía Barri».
Según Florencia, es importante que la juventud siga apoyando a los excombatientes: «La sociedad argentina estuvo mal en no recibir a los soldados cuando volvieron».
