Presidenciales en Estados Unidos: Con aire de fraude se largó la interna demócrata

Bernie Sanders ganaba cómodo la interna demócrata de Iowa, Estados Unidos cuando, por problemas técnicos, se interrumpió el conteo sin que haya razones concretas. Iowa es un estado rural pequeño que pasa gran parte del año bajo la nieve y, desde la década de 1970, marca el inicio de las internas presidenciales.

Escribe: Alejandro C. Tarruella

Demócratas meten los dedos en las urnas

El distrito elige solo 41 delegados de los 1.991 que se precisan para ganar la nominación presidencial partidaria en julio. Las encuestas previas daban ganador a Sanders por un pequeña diferencia. Sin embargo, otro de los candidatos, Pete Bittigieg, basado en datos previos que indicaban que los primeros votos parecían darle ventaja, salió a los medios a adelantar, fuera de toda legalidad, que “Según todos los indicios, vamos a New Hampshire victoriosos”.

Vecinos de la localidad recuerdan que en el anterior lanzamiento de las internas en los Estados Unidos, a las 23 horas del día de votación, se conocieron los resultados definitivos. Por su parte, Amy Klobuchar, senadora demócrata por ese Estado, clamó sin ruborizarse: “Sabemos una cosa, ¡estamos por encima de lo esperado!” Por lo visto, nadie se incomoda por esos pagos, a la hora de arrojar cifras.

Pero lo curioso del caso consiste en que, en días previos a la elección, los sondeos le daban el triunfo a Bernie Sanders, cosa que se analizaba con preocupación en ámbitos demócratas porque era una señal preocupante para los candidatos del establishment, corporaciones, empresas y maffias, que actúan sobre los resultados por dentro y fuera de la ley. Resulta sugerente que dos candidatos que en las encuestas previas no tenían muchas alternativas de ganar, se haya declarado ganadores para que luego el comicio se interrumpa sin que exista explicación. Claro está que un candidato del establishment no cree en lágrimas ni en procedimientos democráticos.

Sanders se mostraba exultante en horas previas al comicio. “Tengo el presentimiento de que nos irá muy, muy bien aquí en Iowa”, dijo a sus correligionarios en diferentes encuentros y se animó a anunciar que “Hoy marca el principio del fin para Donald Trump”

Sus referentes adelantaron cifras posibles a alcanzar y que indicaban que, con un 40 por ciento escrutado, su ventana era de 29,66 por ciento adelante del ex alcalde local, Pete Buttigieg, que contaba con casi 25 por ciento mientras la senadora Elizabeth Warren, alcanzaba el 21,4 por ciento mientras y Joe Biden, ex vicepresidente de Barak Obama, alcanzaba poco más de un 12 por ciento, lo que lo llevaría al fracaso. En esos números previos, los de Biden, se podrían encontrar las razones de la interrupción del escrutinio de las elecciones demócratas en su lanzamiento de este lunes 3 de febrero.

En un sondeo de la Universidad de Quinnipiac, la senadora de Massachusetts, Elizabeth Warren, había superado al ex vicepresidente Joe Biden en la nominación presidencial demócrata para 2020, según una encuesta realizada en septiembre pasado. En esa ocasión, 27% de demócratas e independientes de los Estados Unidos beneficiaron a Warren por sobre Biden, que alcanzó el 25 por ciento.

La elección, en las tensiones emotivas, marcaba una polarización relativa entre Sanders y Biden. Para algunos observadores de la vida norteamericana, ahí podrían estar las razones de la interrupción de la elección que de modo habitual es sencilla y no presenta complicaciones que deriven en un corte abrupto que no reconozca otras razones que los intereses de las corporaciones.

Para las mismas, se sostiene, hay dos problemas a resolver en camino a la nominación del próximo presidente de los Estados Unidos, el primero se llama Bernie Sanders. El segundo, Joe Biden. Por lo visto, ambos son un problema severo para los grandes intereses que pretenden continuar manejando a su antojo la vida política, económica y financiera de los Estados Unidos.

Horas después de la medianoche, la directora de comunicación del Partido Demócrata de Iowa, Mandy McClure, procuró dar fe de las condiciones del comicio. “Además de los sistemas informáticos utilizados para recopilar los resultados, también estamos utilizando fotografías de los resultados y toda la documentación para comprobar que todos los resultados [que llegan a la central] son correctos y asegurarnos de que tenemos plena confianza y fiabilidad en las cifras que publicamos”.

En la incertidumbre, se aseguraba que solamente Biden y Sanders habrían pasado el umbral de los 15 puntos. Sin embargo, por los números señalados en esta misma nota, Biden estaba perdido en su intención de largar con ventaja en el comicio. Ese hecho, señalaban algunos, sería la clave de lo sucedido. “¡Pete, Pete, Pete!”, gritaron los partidarios de Buttigieg a los votantes del balcón. “¡Beeernie, Beeernie!!”, se sumaron los simpatizantes de Sanders. “¡Ey, chicos, esto no es una taberna! Id arriba y tened conversaciones”, ordenó la presidenta del recinto Holly Herbert. Durante los 15 minutos siguientes, decenas de votantes bajaron y se colocaron entre vítores con otros candidatos. La mayoría se situó en la zona amarilla, el color de Buttigieg, cuyo grupo cruzó así el umbral del 15% de votos.

Si a este principio de elecciones intervenidas le faltaba algo, es la definición que dio en Twitter Tim Alberta, responsable de información política del portal de noticias local “Politico”:

“Iowa es encantadora, pero, admitámoslo, si viéramos este chapucero, caótico y descuidado sistema de voto empleado en cualquier otro país pediríamos que las Naciones Unidas vigilaran las elecciones”. Lo cual, está demás decirlo, es hoy un imposible