«Piter» Robledo: En todo estás vos
Pedro «Piter» Robledo, subsecretario Nacional de Juventud y presidente de la Juventud Pro (JPro), transita una carrera política plagada de contradicciones. En esta nota, cuáles son los orígenes del niño mimado del presidente y cómo ha cambiado su discurso con el correr del tiempo.
El 23 de marzo del año 2013, Pedro Robledo, ya militante del PRO en ese entonces, se encontraba tomado de la mano de su pareja en una fiesta privada en el partido de San Isidro, cuando un grupo de jóvenes comenzó a agredirlos: «Putos de mierda, váyanse de acá, es una casa católica».
Robledo intentó defenderse argumentando que ellos también profesaban esa religión, pero recibió como respuesta un fuerte golpe de puño en el rostro al grito de «el Papa es argentino, no puede haber putos argentinos».
La denuncia tomó trascendencia inmediata en los medios de comunicación y se propagó un apoyo masivo en contra de la discriminación y la homofobia de diversos sectores. Tal es así que la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, lo invitó a una reunión en Casa Rosada.
Robledo asistió junto a Demián Martinez Naya, otro militante del PRO que fue agredido y perseguido por manifestantes en la marcha opositora del 18A, luego de que intentara impedir el ingreso al Congreso de un grupo de violentos. El encuentro se extendió por más de dos horas, y los invitados aseguraron que pudieron tratar diversos temas «más allá de las diferencias ideológicas».
«Cambió la imagen que tenía sobre la Presidenta», aseveró Martínez Naya, comentario al que adhirió Piter, quien tuvo el honor de ser invitado en una nueva ocasión, donde además de regalarle un libro, se disculpó por haberla llamado ‘fuhrer’ en su cuenta de Twitter. Cristina lo revindicó en sus redes sociales en varias oportunidades.
Ese fue el salto del joven a la política. «Quiero ser el primer presidente gay», expresó con orgullo y comenzó a disertar sobre la discriminación por orientación sexual en universidades del país, del exterior -Harvard, por ejemplo- y en Naciones Unidas.
Fue en este recorrido que forjó una gran relación con la organización de Máximo Kirchner, La Cámpora. En una entrevista realizada en septiembre de 2014 con «Diario Época», Robledo confesó: «Con el “Cuervo” Larroque –uno de los líderes de la agrupación- tenemos una relación personal de amistad y coincidencia en muchos temas sensibles».
Recién entonces el presidente Mauricio Macri, a quien Robledo aseguraba seguir eligiendo, decidió darle un lugar de privilegio en el armado de los jóvenes PRO, pese a que sólo tenía 21 años. La alarma por su cercanía con la entonces presidenta y las agrupaciones kirchneristas se había encendido en las arcas macristas.
El joven inició de a poco un camino de ascenso en el PRO que lo llevaría a ser apodado «el niño mimado de Mauricio Macri». Robledo se sometió a un fuerte entrenamiento por parte de los asesores de comunicación del entonces jefe de Gobierno porteño y se metió de lleno en la campaña presidencial. Su discurso cambió notablemente.
Enterrados quedaron sus encuentros con Cristina Fernández de Kirchner, a quien no dudó en volver a acusar de dictadora, intolerante y autoritaria, aún con su foto abrazado a ella rondando por la web. También comenzó una fuerte embestida contra La Cámpora, acusándolos de ser sectarios y obtusos.
Finalmente, cuando Mauricio Macri ganó el balotaje del 22 de noviembre, se supo que había un cargo para él en el gobierno nacional: la Subsecretaría Nacional de Juventud. Al asumir su lugar, Robledo aseguró que no iba a despedir a nadie por militar en una agrupación kirchnerista y mucho menos por pensar distinto al partido gobernante.
Sin embargo, sus palabras se disolvieron al poco tiempo. Apenas un mes después de haber iniciado sus tareas, Robledo desvinculó a 20 trabajadores sin ninguna justificación. Al ser interpelado por los empleados -quienes lo acusaban de incumplir sus promesas-, el joven argumentó que se trataba de una decisión del presidente que lo «excedía» a él.
Pero no pudo excusarse más cuando el Gobierno de Mauricio Macri tomó la decisión política de recortar el Estado, desguazar programas públicos y despedir a miles y miles de trabajadores de manera sistemática. Efectivamente, le llegó el turno a la Subsecretaría de Juventud.
El martes pasado 26 empleados se enteraron que fueron desvinculados por el titular del organismo cuando efectivos de seguridad le prohibieron la entrada al edificio. Los despedidos tenían contrato vigente hasta el 31 de diciembre de 2016 y habían ido a trabajar como todos los días.
Consultado por la drástica medida, Robledo ya no pudo señalar para arriba y adoptó el mismo discurso de los principales funcionarios macristas para justificarse.
El joven que alguna vez dijo «no puede ser que un pibe del PRO diga que los de La Cámpora son todos chorros que trabajan y viven del Estado, porque no es así», se vio en un programa de televisión sosteniendo que los 26 despedidos eran ‘ñoquis’.
En paralelo, reconoció: «No quiero que la subsecretaría sea un local partidario de La Cámpora ni del PRO”, admitiendo que los despidos tuvieron una intencionalidad política, pero ocultando que parte de la misma decisión era reemplazar a los trabajadores indeseados por jóvenes del voluntariado PRO.
Sí, efectivamente, en la lista de nombramientos de Robledo figura Guido Esteban Remon Evers, que fue referente de la juventud PRO de Luján; Yanet González Servat, que trabajó en la muncipalidad de Vicente López con Jorge Macri, primo del presidente; Alejandro Miranda, miembro de la Juventud PRO de Córdoba.
Otra de las nombradas, Micaela Moya, publica en su perfil de twitter que participa de las Secretaría de los jóvenes PRO en La Rioja. El año pasado, Moya integró la lista del PRO a concejales de la capital provincial, como primer candidata a concejal suplente. Anabela Bermúdez viene de los jóvenes PRO de Rosario. En las redes sociales ha publicado fotos junto al jefe de Gabinete, Marcos Peña y otros dirigentes de Cambiemos.
Los despidos tienen el objetivo de desmantelar los diversos programas nacionales que fueron creados para gestionar desde esa subsecretaría. Una muestra de ello es que desde su asunción al cargo, Robledo ha subejecutado el presupuesto con el que cuenta: solo lleva gastados $200.000.-
Todos estos elementos permiten ver que solo usa este cargo como un dorado trampolín que lo eyecte a la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Allegados al joven aseguran que su objetivo es «dejar armada la Subsecretaría en dos años» para postularse como diputado nacional.
El flamante subsecretario tampoco escapó a la tan conocida ‘pesada herencia’: «Encontramos una pésima gestión. Nos formatearon las computadoras, no quedó un solo programa en pie» denunció. Sin embargo, parece ser que -aún quebrada-, la subsecretaría le permitió costear innumerables viajes a él y sus asistentes al interior del país, como se jacta de hacer en sus redes sociales desde hace seis meses.
En su nutrida agenda sólo se ven reuniones con jóvenes referentes de Cambiemos de todo el país, en lo que parece ser una confirmación de alineamiento a su conducción. Cabe recordar que el acceso de Robledo a la presidencia nacional de la juventud del PRO fue una decisión vertical del gabinete nacional, por lo que el joven debía construir su legitimidad. Se podría decir que estos viajes, así como el reparto de cargos, responderían a esta tarea.
Ésta es la síntesis de una breve pero intensa carrera política. De ser discriminado por su orientación sexual a discriminar por orientación ideológica; de ser víctima de un acto de violencia a ejercer violencia sobre sus propios trabajadores; de prometer diálogo e igualdad a menospreciar a las agrupaciones kirchneristas; de luchar por los derechos de los homosexuales a hacerle campaña a un hombre que no tuvo ningún tipo de reparo en decir que esa elección sexual era ‘una enfermedad’; de disertar en foros internacionales sobre una legislación más amplia a gestionar en un partido que votó en contra del matrimonio igualitario.
Este es Pedro ‘Piter’ Robledo, el niño mimado del presidente Mauricio Macri.