Piratas de mercado quieren recibir a Alberto con armas porque llega la transformación
Pocas veces un presidente de la Nación es recibido por el mercado de las corporaciones y la usura, y el conjunto del régimen, con una serie de acciones agresivas para la acumulación. En realidad, quieren doblarle el brazo, impedirle gobernar e, incluso, generarle la primera crisis social.
Escribe Alejandro C. Tarruella
Periodistas y servisperiodistas de moda, la sacrosanta opinión de economistas a sueldo, bancos salvajes, incluidos internacionales, gurúes de la economía (los ricos a usura a los que encubren bajo esa figura), todos esperan a Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, golpeando sobre el conjunto de la sociedad. Los bancos de la usura anuncian aumentos de comisiones por 30 y 40 por ciento, cajas de seguridad, 50 por ciento, La Serenísima le metió un 35 por ciento de aumento a la leche de un día a otro apuntando al hambre.
Del mismo modo, las empresas de celulares y asistencia en inteligencia, anuncian 22 por ciento de aumento en diciembre como las vendedoras de salud a domicilio, que van por otro despojo al tiempo que la carne aumentó según lo que se les ocurre a los grandes mediadores, la luz, el gas y los servicios se disparan. Pocas veces, un presidente de la Nación, es recibido por el mercado de las corporaciones y la usura, y el conjunto del régimen, con una serie de acciones agresivas para la acumulación. En realidad, quieren doblarle el brazo, impedirle gobernar e incluso, generarle la primera crisis social arrojándole la que el peronismo y otras fuerzas políticas y sociales, atenuaron para permitir que funcione el sistema electoral.
Los filibusteros apuestan
El objetivo es sencillo. Así como Macri mete empleados en Cancillería o donde sea para impedir que el próximo gobierno pueda actuar, lo piratas de mercado y sus aliados quieren impedir que se gobierne para continuar el festín de la usura
Los diarios del régimen publican notas donde tienen incertidumbre sobre medidas, gabinete y acciones del próximo gobierno. Con inteligencia política, Alberto termina su importante viaje a México, reuniéndose con Mauricio Claver-Carone, director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump. Antes se reunió con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el empresario Carlos Slim, que cuestionó a Macri, con Rafael Correa, ex presidente de Ecuador, y puso en claro algunos rasgos de su visión nacional e internacional que hablan de su gobierno a partir del 10 de diciembre.
Alberto va a mantenerse dando escasas señales hasta asumir el cargo, aunque los socios de Macri aprieten. Hay un detalle, la editorial Planeta dio en estos días a conocer un libro que va contra Alberto y Cristina con los tapones de punta. Es decir, no evitan ninguna vía para expresar que el régimen en su conjunto no quiere el ejercicio de la democracia y el Estado de Derecho. Cabe aclarar que el Estado de Derecho, va a ser restituido el 10 de diciembre próximo, luego de haber sido abolido en los años del macrismo. Las declaraciones de Alberto en México, adelantando que va por tarifas y otras usuras, y las de Santiago Cafiero en Buenos Aires, señalando la responsabilidad de Macri en el desastre nacional, son muy precisas. No dejan lugar a dudas.
Cubrir la fuga
Un detalle que circula en los pasillos de tribunales menciona que la justicia, en cambio, se allana a los nuevos tiempos. En estos días circuló la especie según la cual, la justicia ha pedido que se cubran las “retiradas” (intentos de fuga) que pueden ejercitar personeros del macrismo, incluido el propio hijo de Franco. Esto fuera de los planes o pedidos del presidente electo. En ese sentido, se anunció también que Carlos Stornelli tendrá que presentarse a declarar en Dolores ante el juez Alejo Ramos Padilla, pues ya no tiene margen ni poder suficiente en sus amigos, llámense Mauricio, Corach, Bonadío o quien fuere.
Lo cierto es que lo que se avecina es un cambio rotundo en las condiciones en que se desarrolla la vida económica y social del país
Y eso va en consonancia con las nuevas condiciones internacionales de la economía y el trazado del poder mundial. Los 25 minutos de conversación con el funcionario de Donald Trump, las tres horas de reunión con López Obrador, el llamado del presidente Macron, el vínculo que va a crecer con China y Rusia, posiblemente las relaciones con India, otro centro de poder mundial que ya tiene proyectos en la Ciudad Autómata de Rodríguez Larreta, parecen dar por tierra con el intento de eternidad que soñó el limitado Mauricio. Su propio movimiento está cuestionado porque un radical con poder propio, Alfredo Cornejo de Mendoza, explica que ya no es jefe de nada. Que tiene que revalidar títulos luego de perder con contundencia por cerca de diez puntos.
Los dichos de Patricia Bullrich, que creyó instalar un país de hombres armados custodiando el pensamiento, las provocaciones del Pichetto, el triste, y otras oscuridades, no pueden ya con lo inevitable de la transformación que Alberto tiene en custodia para explicar a partir del 10 de diciembre. Ahí seguramente, más de un interlocutor del desastre nacional de estos días, favorecidos por ganancias usurarias sin límite, va a quedar boquiabierto por los días que vendrán. Se trata de poner en primera fila los intereses del país por sobre los que, como señalan algunos serviperiodistas, esperan conducirlo a un nuevo abismo al que ellos acuden para recoger los restos.
Se hace necesario que los poderosos paguen sus impuestos, no escondan mercaderías y productos para colocarlos por vía del contrabando
Luis Etchevehere puede dar cátedra en ese sentido, así como hay que acabar con la declaración jurada sin control en la minería y otras acciones de bandidaje corporativo. El país necesita recuperar la producción, atender a los más necesitados, dar un cambio en la calidad de educación, salud, vivienda y otros rubros. La oportunidad en este caso, podría decirse, tiene cara de hereje y no hay que esquivarle el bulto.
Decía el poeta latino Horacio, que no conoció los días que vivimos, “Feliz el que, alejado de negocios, como en remoto tiempo los morales, paternos campos con sus bueyes ara y no rinde a la usura vasallaje; ni le despiertan los clarines bélicos y evita igual del Foro las intrigas que del rico soberbio los umbrales”. Así, con la paz que dan los siglos, es posible que los días de las transformaciones sean para el pueblo argentino un tiempo de celebración porque se recuperan derechos y se somete a la ley a los manipuladores, y a los que se sirvieron del país para enriquecer sin justicia. Por lo pronto, Horacio (que no es Rodríguez Larreta) lo sabía.