
Philae se apaga lentamente, pero la misión aún no ha concluido.
Una de las tareas más importantes de la sonda, de 100 kilogramos de peso, es obtener muestras desde dentro del cometa para llevar a cabo análisis químicos.
Se cree que los cometas son restos puros de la formación del sistema solar hace unos 4.600 millones de años. Ellos contienen rocas y hielo que han preservado moléculas orgánicas antiguas como una cápsula de tiempo y podrían brindar luces sobre la evolución de los planetas y la vida.

Los controladores de la Agencia Espacial Europea no se darán por vencidos con la situación de Philae. Continuarán escuchando a la pequeña sonda en los próximos días, con la esperanza de que llegue a estar activa nuevamente.
En cada pasada por sobre el cometa, el satélite Rosetta tratará de detectar y solucionar cualquier tipo de problema pasajero produzca.
La misión se ha enfrentado a enormes dificultades antes, y ganó. Rebotó y probablemente raspó toda la superficie durante su histórico contacto con el cometa, el pasado miércoles. Philae sobrevivió a todo eso. Ahora los científicos esperan que pueda atrincherarse en la oscuridad y sobrellevar su difícil situación actual.
Sería muy útil saber exactamente donde está la sonda en este momento sobre la superficie del cometa 67P. Esto daría a los controladores una mejor idea de si es probable que alguna vez vuelva a la vida. De las propias imágenes enviadas por el módulo se presume que se estrelló contra una pared de roca, que arroja una sombra profunda sobre sus paneles solares .
Pero las condiciones que actualmente impiden al Philae cargar sus baterías podrían cambiar.
No es inconcebible que a medida que la trayectoria del cometa lo vaya acercando al Sol, la cantidad de luz disponible para la sonda se incremente, en cantidad y en intensidad.
Podría haber cambios estructurales en el cometa, también. Las obstrucciones que se ven y la pared que hoy le da sombra podrían derrumbarse con el tiempo, a medida que el cometa 67P se calienta y se vuelve más activo.
Los chorros de gas y polvo que se generan en el interior helado del cometa, se calientan y podrían perturbar el módulo de una manera tal que se dispare a una ubicación con una iluminación más favorable.
Por supuesto, Philae está muy frío durante las largas noches que está experimentando, pero la evaluación del estado térmico de la sonda es alentadora. Puede sobrevivir.
Si esto es lo último que escuchamos del robot, la historia va a ser muy justa en juzgar esta misión como un éxito asombroso. Es cierto que Philae tuvo algunos fallos en los sistemas de aterrizaje, pero sería una error juzgar la eficacia de la misión por estos inconvenientes.
El robot cumplió con casi el 100% de sus objetivos principales, el envío de imágenes por primera vez y otros datos de importancia científica vital acerca de la superficie de un cometa. Los acontecimientos de esta semana realmente llamaron la atención del mundo.
Así que ¿qué tal si lo hacemos otra vez? Este es sin duda el sueño de muchos de los que controlan la nave nodriza de Philae, Rosetta. La nave principal seguirá la órbita y observará al cometa 67P durante al menos otro año, pero después de eso hay un deseo de poner el satélite en la superficie del cometa también.
«Me gustaría aterrizar también a Rosetta en la superficie del cometa, sin duda,» dice el director de vuelo de la Agencia Espacial Europea Andrea Accomazzo.
«Al final, podemos diseñar una trayectoria de vuelo de la nave hacia el cometa. Retrasamos a Rosetta y la podríamos hacer caer en cometa.
«El aterrizaje no sería tan suave como el del módulo de aterrizaje No hay tren de aterrizaje. La nave espacial sería dañada mecánicamente Pero podemos hacerlo.»
Y Paolo Ferri, jefe de operaciones de la misión de la ESA, ha añadido:.. «Nos gustaría planear una maniobra para que pudiéramos llevar a Rosetta hasta la superficie, pero una vez que aterrice, no podemos controlar más su posición, por lo tanto, la antena podría no quedar apuntada a la dirección correcta.
«Perderíamos el contacto cuando aterrice, pero todavía seríamos capaz de controlarla hasta el último metro, para obtener señales, mediciones y fotografías. Sería espectacular. Esa es la manera correcta de morir».






