Pergamino: Una trama de complicidades facilita los crímenes con agrotóxicos

Las Madres de Barrios Fumigados realizaron una presentación ante el Juzgado Federal Nº 2 de San Nicolás en la que denuncian al intendente de Pergamino, Javier Martínez (Cambiemos), y a la secretaria de Salud del municipio, María Martha Perretta, por el abandono de niños afectados por intoxicación con agrotóxicos. Sabrina Ortiz, referente del colectivo denunciante y varias veces amenazada de muerte, habló de «complicidades para tapar este tema».

Por Claudio Siniscalco

«En Pergamino estamos rodeados por sembradíos de soja, por lo cual es una zona muy azotada por los agrotóxicos«, explica Sabrina Ortiz a Infobaires24, brindando el primer marco de referencia para conocer la situación. La exposición, el contacto con estas sustancias se produce a través del aire (por la respiración), y también por el consumo de agua y de alimentos. 

Sobre el nivel de presencia de este veneno, la referente de Madres de Barrios Fumigados señala que «se encontraron 18 agrotóxicos en una parte de Pergamino, que son los barrios que están comprendidos en la causa, y además 19 agrotóxicos en 20 pozos más, junto a 9 veces más de arsénico de lo que permite la Organización Mundial de la Salud«, y agrega: «La primera fuente de intoxicación es la que viene por el aire, asociada a las distancias permitidas para las fumigaciones con agrotóxicos».

«Después tenemos otra fuente de contaminación, que fue comprobándose a través del tiempo, cuando se realizan los análisis en el INTA de Balcarce y en el CONICET, donde se detectan 19 agrotóxicos en el agua de red, que es la que provee el municipio como agua potable«, agrega Ortiz. Con respecto a la tercera fuente de contacto, subraya que «el modelo agroproductivo que tenemos es determinante en la cantidad de agrotóxicos que se aplica para la producción de los alimentos que consumimos».

Los agrotóxicos matan

Según los médicos que declaran en la causa, «el problema más grande es la exposición crónica y la acumulación de estos residuos de plaguicidas y agrotóxicos, ya que hay muchos de ellos que no se pueden eliminar del cuerpo y entonces van acumulándose y con el tiempo pueden llegar a generar estragos, que tenemos presentes en el barrio, tales como: cáncer, leucemia, hipotiroidismo, problemas de esterilidad, linfoproliferaciones ganglionares, problemas en el sistema inmune, ACV, autismo; puede producir también la enfermedad celíaca, la alergia al gluten, puede producir alzheimer, parkinson. Todas estas enfermedades de las que no se habla pero que tienen vinculación directa de acuerdo a los médicos que han declarado en el Juzgado Federal Nº 2″.

Además de mencionar el caso más grave, el de «una nena de 12 años que vivía a 20 metros de un campo fumigado y que falleció hace poco por una leucemia fulminante«, Sabrina Ortiz enumera otras secuelas de la contaminación con agrotóxicos: «chicas de 17 ó 20 años que no han desarrollado su menstruación, chicos que han nacido con retraso madurativo, retraso mental, con malformaciones, niños que han nacido con malformaciones y han fallecido». 

«Tenemos todos estos tipos de casos dentro del barrio, e incluso el caso de mi hija, que hizo una osteomielitis crónica recurrente autoinmune, que fue detectada por los toxicólogos del Hospital Austral; y de mi hijo, con una linfoproliferación ganglionar. Ambos pasaron por agentes quimioterápicos y están en tratamiento. De hecho, mi hija va por la quinta cirugía».

Complicidad y mafia

La protección que el poder político, el judicial, los medios de comunicación y el sistema de salud le otorgan a los fumigadores hace que esta situación sea difícil de revertir. Consultada por el motivo de esa complicidad, Ortiz aludió a la matriz productiva de Pergamino: «Vivimos en un núcleo sojero, Pergamino es la ciudad del campo, es la ciudad de Monsanto».

«Esto puede explicar por qué se genera tanta complicidad para tapar este tema que es tan sensible -amplía-, y que en definitiva le afecta tanto al que vende el producto, como al que produce, como a todos los ciudadanos. Hay una complicidad muy grande, hay una mafia muy grande que intenta desestimar todo lo que no está de acuerdo con sus intereses».

«Por ejemplo, cuando se conoce el dato de que hay 19 agrotóxicos en el agua que el mismo municipio provee, el intendente al otro día sale a desestimar los informes del INTA de Balcarce y del CONICET y a profesionales científicos de relevancia, y comunica públicamente que el agua es apta para su consumo y que el Juzgado está haciendo un trabajo político«. 

«Además hemos realizado innumerables presentaciones y denuncias en el municipio, y todo eso ha desaparecido. Han desaparecido también las historias clínicas de las personas que se atendieron por más de 30 años en el centro de atención primaria. Ha desaparecido toda evidencia que pueda generar que salga a la luz la verdad. De eso hablamos cuando hablamos de complicidad, además de la negación a la problemática que existe y, junto con esta negación, el abandono que sobreviene, porque al no reconocer el problema tampoco podés tratarlo».

Negación y amenazas

El intendente Javier Martínez nunca quiso recibir a las Madres de Barrios Fumigados de Pergamino. «Yo con vos no tengo nada que hablar», le dijo el jefe comunal de Cambiemos a Sabrina Ortiz, quien sí pudo conversar con la secretaria de Salud, María Martha Perretta, quien negó que exista el problema y por lo tanto no dio ninguna respuesta satisfactoria.

Entre las varias amenazas de muerte de las que fue víctima, nos relata una: «Uno de los imputados en la causa, por envenenamiento, le pegó un tiro con una escopeta a un perro que estaba en el patio de mi casa, en el mismo lugar donde había estado mi hija un minuto antes». También fue perseguida por la policía bonaerense, y además amenazaron a su madre con incendiarle la casa.

A pesar de tantas adversidades, Sabrina Ortiz y las otras mujeres que integran el colectivo de las Madres nunca bajaron los brazos. Y nadie debería esperar que lo hagan.