Padre Molina: «Como cura y peronista, pongo una oreja en la gente y la otra en Dios»
«No vamos a poder meternos en el trabajo si no es por los gremios y si no es por los jóvenes que están laburando. Esto es al revés: el convenio nos conviene a nosotros, porque son la herramientas que nos permiten entrar al mundo del trabajo. Si no, las puertas se cierran», explicó Molina.
En relación a la importancia de instalar el tema de las dependencias en el ámbito laboral, Molina afirmó que «El mundo del laburo es el segundo hogar; en muchos casos, es la primer familia: cuando se sientan a tomar un mate, cuando se van afuera y se prenden un pucho, estas cosas son necesarias hablarlas. Hay que hablar sin miedo, necesitamos muchos laburantes que pongan la oreja y el corazón».
El titular del Sedronar se refirió también a las críticas que se escucharon al momento de su designación al frente de la Secretaría: «Muchos creen que Cristina me puso en la Sedronar porque el Episcopado se juntó y dijo ‘tienen que poner a alguien’, entonces ella, que se deja presionar, por los buitres, por los curas, por todos, me puso a mí (risas). No… Tuvo una reunión unos cuántos días antes con los gremios, discutían por temas de salarios y demás, y le dijeron ‘Cristina, hay que hacer algo porque la droga nos está ganando el mundo del trabajo’. Creo que ese fue un punto para la Presidenta, de tener que re-pensar la mirada que teníamos como gobierno sobre las adicciones. La vida me ha regalado algunas cosas, por ahí inmerecidas: soy de River. La vida me ha acostumbrado a ganar, a no bajar los brazos fácilmente (risas). Por estas cosas de Dios, lo digo siempre, me tocó ser cura; la vida me ha ido llevando; no sé por qué soy cura, es como enamorarse. Incluso está la Ley del embudo: la más linda para el más boludo. ¿Vieron? Y bueno, es la vida. Por estas cosas que me tocó vivir, por mi familia peronista, por tener las fotos de Perón y Evita en la cocina, por Cristina ahora siendo parte de este gobierno, yo quiero unir las tres cosas. Angelelli decía: con un oído en el pueblo y el otro oído en el Evangelio. Nosotros tenemos que poner la oreja necesariamente, como funcionarios, yo como cura y peronista, en la gente».
Volviendo sobre el campo laboral, Molina afirmó que «La base de nuestra comunidad está puesta en el mundo del trabajo; sin trabajo no hay dignidad, sin trabajo no hay futuro, sin trabajo no hay proyecto de vida, sin trabajo no hay crecimiento. Esto de las drogas empezó a meterse en el mundo del laburo, y si nosotros no ponemos fuertemente el oído en el mundo del trabajo y las adicciones, esto nos lleva puestos. Por eso les digo a ustedes, que son importantes para la Sedronar, son importantes para este Estado y sus políticas. Este no es un convenio del tipo “a ver qué hacemos, les damos tres charlitas y listo”, o para tener una granja más, una granja menos, no estamos hablando de eso. Eso puede ser circunstancial o ser una herramienta de trabajo. Pero estamos hablando de que si no tenemos conciencia dentro del mundo laboral, de que si no nos ponemos a trabajar, esto nos lleva puestos; los lleva puesto a ustedes, los lleva puestos a sus hijos, a la generación que viene. Ellos no tienen códigos, no les importa si sos lindo, si sos feo, si laburás, si vivís en Recoleta o en una villa. Les importa hacer un negocio con nuestra vida, con la vida de ustedes. Entonces, desde abajo para arriba se transforma, y en esto los gremios son fundamentales».
Durante la charla, el sacerdote también tuvo palabras sobre el empresariado local: «A los empresarios tampoco les importa mucho, no se crean; para ellos es más fácil darles una licencia, que los vea un médico y si no vuelven mejor, les siguen pagando pero que no jodan y listo. Por eso, un oído puesto en el pueblo, y yo no puedo dejar de hablarles como cura, un oído puesto en el Evangelio. En esto, Jesús ha sido muy claro: hay que meterse en el medio del que se sufre, del más pobre, del que no tiene de donde agarrarse. Miren, el Papa nos invitó y fuimos a verlo con veinte pibes curados de adicciones. Estaba Dani, que es de Quilmes, que estuvo desde los 13 años hasta los 29 consumiendo paco. Nos dijeron siempre que el que consume paco jamás va a salir adelante; el tipo no solamente pudo hablar con el Papa sino que estudia, es parte de una cooperativa y ayuda a otros. Se puede salir adelante, no nos dejemos engañar con esos mensajes que discriminan. También fue Oscar; era punguista, con una lágrima, una espada, y los cinco puntitos tatuados. Y les voy a decir una cosa, con un olor a pata que nunca había olido en mi vida; en el avión, las viejas de Recoleta tiraban desodorante por todos lados. Saben qué alegría me daba eso, que el olor a pata estuviese en Roma. Ese tipo que se recuperó de las drogas, todos los días se levanta a las seis de la mañana, va a uno de los centros, busca la medicación para el HIV, la hepatitis, la tuberculosis, y recorre las calles dándoles los remedios a los que están en situación de calle. Ese tipo con olor a pata, nos dio testimonio a todos delante del Papa. Se puede salir adelante».
«Por lo general, se dice que los negritos, los que tienen tatuajes, los que tienen gorrita, son los que se drogan, los delincuentes. Esto no es así: ellos también tienen proyectos de vida, también pueden soñar, y es con ellos donde tenemos que meternos a laburar. Cuando me encontré por primera vez con los jóvenes de los gremios, uno que trabajaba en Anses, imagínense, camisita, corbatita, aire acondicionado -no estamos hablando del mundo de la construcción- me dice ‘uno de nuestros compañeros dejó de venir y no nos dimos cuenta por qué, hasta que nos avisaron que estaba haciendo un tratamiento porque consumía paco’. La frase que más me pegó es ‘no nos dimos cuenta’, porque si nos hubiésemos dado cuenta antes, capaz que lo hubiésemos podido ayudar para que no termine como terminó. Ese es el laburo que tenemos que hacer la Sedronar y los gremios: avivarnos para que no terminen cayendo. Ese es el convenio que firmamos hoy, para eso los vamos a capacitar, para eso vamos a difundir, para eso vamos a ver centros asistenciales. Hay que empezar a mirar al otro, al que tenemos al lado; no es un mueble, es mi compañero, es un laburante, y seguro que en algún momento va a necesitar de mí, así como yo también voy a necesitar de él. Ese es el convenio, abrir la cabeza, abrir los ojos, abrir el corazón, para más dignidad, para más inclusión, para más proyecto de vida». finalizó el sacerdote.
Tras la charla brindada por el Padre Molina, gentilmente accedió a conversar con InfoBaires24
IB24 – Juan Carlos Molina, se firman convenios permanentemente, pero este es importantísimo y tiene características muy particulares.
Sí, yo insisto en que meternos en el mundo del trabajo, que hoy está sufriendo esto de las adicciones, es fundamental. Ahora, no nos vamos a poder meter en el mundo del trabajo, si no es a partir de los trabajadores; en este sentido, los gremios son, para nosotros, la puerta de entrada grande. En esto de las drogas hay muchos silencios: miedo a perder el trabajo, miedo a perder la familia, miedo al “qué van a decir”, la vergüenza.
Entonces, romper este paradigma, meternos a laburar y que los gremios nos abran las puertas, es importante no solo para ellos sino también para la Sedronar.
IB24 – La gente suele escuchar que se firman convenios pero ¿Cómo se instrumentan?
En realidad, nosotros ya estábamos trabajando antes del convenio; lo hacemos así con toda la Sedronar. No estamos esperando los edificios para tener los equipos de trabajo.
Ya hemos empezado a trabajar con las capacitaciones; es muy importante que la gente empiece a entender qué es esto de las adicciones, qué es esto de la droga, cómo acompañar a alguien que tiene el problema. Estamos capacitando a los delegados y queremos llegar al mundo del trabajo directamente; esa es la primer parte del convenio.
La otra parte importante es que la Sedronar va a brindar asistencia a aquel que la necesite, sobre todo en lugares donde es más difícil que este tipo de asistencia llegue. Aquel que vive en Buenos Aires, en Capital, tiene clínicas, tiene centros, pero en el interior del país no es tan fácil. Para algunos sectores del mundo del trabajo tampoco es tan fácil, sobre todo en el mundo masculino. Y en tercer lugar, la difusión: es muy importante mostrar. Algunos medios de comunicación nos manejan el tema, las grandes corporaciones dicen lo que ellos quieren decir, y nosotros necesitamos difundir la verdad sobre esto. Por eso, que el mundo del trabajo sea un gran difusor es muy importante; son las tres patas de este convenio.