Otra vez el gobierno de Bolsonaro pone como ejemplo a los nazis
La comunicación de Jair Bolsonaro volvió a utilizar la simbología nazi para exponer propuestas a la población del país. Fabio Wajnguarter, jefe de comunicación del gobierno, tuvo que salir al ruedo para explicar que no habían querido expresar lo que dijeron públicamente a millones de brasileños.
Escribe Alejandro C. Tarruella
La libertad anulada
Responsable de los medios de comunicación de la Presidencia de la República, la Secom, lo expresó este fin de semana en redes sociales con un video que informaba sobre las acciones federales para combatir el coronavirus. En el vídeo, usó una expresión que trajo de los recuerdos a la frase nazi que se encuentra en la entrada al campo campo de concentración de Auschwitz en Polonia y que reza: «Arbeit macht frei» («El trabajo te hace libre»). La frase de la Secom que compartió el presidente Jair Bolsonaro expone: «El trabajo, la unidad y la verdad nos harán libres». Y fue lo que hizo estallar el repudio al uso de esas ideas.
En twitter se puede leer el mismo mensaje: «Parte de la prensa insiste en dar la espalda a los hechos, a Brasil y a los brasileños. Pero el @govbr, por determinación de su jefe, continuará trabajando para SALVAR VIDAS y preservar el empleo y la dignidad de los brasileños. El trabajo, la unión y la verdad liberarán a Brasil». Algo que, además, dista de la realidad de un país donde el gobierno central se ha desentendido del drama del pueblo ante la falta de respuestas cuando la pandemia está en curso.
La proveedora de servicios de comunicación UOL (Universo online), con sede en San Pablo, dio a conocer una nota acerca de la similitud entre la frase de la Secom y el lema que utilizaron los nazis en Auschwitz. El secretario Fabio Wajngarten salió de réplica en una red social. «Es impresionante: cada medida del gobierno se deforma para ajustarla a las propias narrativas. Durante la campaña, solían hacer falsas esvásticas; ahora, usan el analfabetismo funcional para malinterpretar un texto y asociar el gobierno con el nazismo, y yo, jefe de la Secom, ¡soy judío!», pretendió aclarar cuando por la acción de los medios, todo oscurecía.
Luego agregó, evidentemente desbordado por la mención que no era la primera que vincula a Bolsonaro y su régimen con ideas nazis. “Odio este tipo de comparación canalla, especialmente en tiempos difíciles como los que estamos pasando. Olvidan mi aprendizaje judío y el de una buena parte de mi equipo, y la tradición del trabajo del pueblo judío para luchar por su libertad económica”. Lo cual no tenía nada que ver con el horizonte que traza Bolsonaro, un energúmeno que no descarta en su ideario, simpatías con el régimen de Hitler.
El rechazo internacional
De inmediato, se conoció una declaración del Comité Judío Americano, que calificó de “profundamente ofensivo” el eslogan empleado por el gobierno de Bolsonaro en una campaña que parecía empeñada en mostrar presuntas bondades del gobierno en su lucha contra el COVID-19. “El trabajo te libera”, consigna que se halla al frente del campo de concentración de Auschwitz, fue siempre considerada una afrenta para quienes sufrieron allí el horror del nazismo. En Twitter señalaron enfáticamente “¡Qué incomprensible la persistencia en el uso y abuso del lenguaje Nazi en sociedades democráticas! Además de trivializar uno de los episodios más negros en la historia de la humanidad, alienta posturas harto peligrosas”, repudió a su vez, la dirección para América Latina del AJC.
El absurdo, el exhibicionismo y la intolerancia, presiden las acciones de Bolsonaro y su séquito. Hace poco tiempo, el canciller brasileño, Ernesto Araújo, comparó las medidas de aislamiento social que decidieron gobernadores del país con campos de concentración nazis. En enero de este año, el secretario de Cultura, Roberto Alvim, fue echado del cargo una vez que emuló al ministro de Propaganda de la Alemania nazi, Joseph Goebbels, en un vídeo del gobierno.
Bolsonaro mismo fue cuestionado por apelar a una bandera de Israel para una manifestación en la que se defendía su política de gobierno al tiempo que se cuestionaba a otros poderes del Estado. Como un barco sin timón, el gobierno de Jair Bolsonaro intenta sustituir políticas de Estado con estallidos personales en los que revela una ideología que apela al nazismo para exponer sus ideas. Que son semejantes a las del golpe de Estado de 1964, que llevó a los militares a manejar una porción decisiva de los engranajes de la política del Brasil. Todo esto sucede cuando el coronavirus registra récords de muertes e infectados porque el gobierno no toma las medidas adecuadas. Es curioso, como si el pueblo de ese país estuviese en un campo de concentración recorrido por una peste.
Cuando en enero de este año, el secretario de Cultura de Bolsonaro se inspiró en un discurso del nazi Joseph Goebbels, el titular del Colegio de Abogados de Brasil, Felipe Santa Cruz, expresó que “En Alemania sería arrestado. Allí el Código Penal prohíbe este tipo de referencia. Sin embargo, en Brasil no sucedió lo mismo. Y seguramente, en esta segunda expresión pro nazi del gobierno, nadie será molestado por la justicia. No es posible determinar hoy en el país, si existe ese renglón. La verdad no es uno de los fuertes de Bolsonaro.