Otra tragedia en el Mediterráneo conmociona a Europa
Europa quedó ayer conmocionada después de que un barco naufragara en el Canal de Sicilia y causara la desaparición de 700 inmigrantes que navegaban hacia Italia, según relataron los 28 rescatados, una cifra que, de confirmarse, supondría la muerte de más de 1.000 personas en los últimos días.
Hasta ahora, la Guardia Costera italiana confirmó el rescate de 28 de los inmigrantes que viajaban en el barco y la recuperación de 24 cuerpos, mientras unidades navales de Italia y Malta prosiguen la búsqueda de los casi siete centenares de desaparecidos a setenta millas de las costas de Libia.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, confirmó que en las próximas horas los supervivientes serán desembarcados en la isla de Catania (al sur de Italia), mientras que los cuerpos serán trasladados a Malta, que se ha ofrecido a acogerlos.
«Italia es un país que está trabajando en estos momentos para salvar vidas humanas, en colaboración con las autoridades de Malta», declaró Renzi, quien dijo que evitar que más tragedias como esta se sucedan en el mar Mediterráneo «no puede ser solo labor» de estos dos países.
El líder del Partido Democrático (PD, en el Gobierno) realizó estas declaraciones durante la rueda de prensa celebrada tras una reunión extraordinaria mantenida por el Gobierno y convocada a raíz de este naufragio.
Durante su conferencia ante los medios, Renzi criticó que frente a estas tragedias «no haya un sentimiento de cercanía y solidaridad» por parte de la Unión Europea y abogó por estudiar soluciones que pongan fin a estos sucesos en el Consejo de ministros de Asuntos Exteriores que se celebrará mañana en Luxemburgo.
«En este consejo, Italia propondrá endurecer la lucha contra los traficantes de seres humanos», adelantó Renzi, quien calificó este fenómeno como «una gran plaga que afecta al continente europeo y al mar Mediterráneo».
Además, confirmó, propondrá que se incremente la ayuda comunitaria en la operación Tritón y también que se trabaje para «frenar la tensión que existe en Libia».
El suceso ha sumido en preocupación a Europa, y los principales líderes europeos, como el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, no han tardado en mostrar su solidaridad con Italia.
«Los europeos nos jugamos nuestro crédito si no somos capaces de evitar estas dramáticas situaciones», dijo Rajoy.
Junto a él, el presidente francés, François Hollande, conversó por teléfono con Renzi para analizar cómo responder a este problema, mientras que el Gobierno alemán abogó por incrementar la cooperación internacional para luchar contra las redes de tráfico de personas y por apoyar la estabilización política de Libia.
También el papa Francisco pidió a la comunidad internacional que «actúe con decisión y prontitud» para evitar más tragedias en el Mediterráneo.
El suceso ocurrió durante la noche, según refirió uno de los supervivientes cuyo relato explicó la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas (ACNUR) en Italia, Carlotta Sami.
Según este testimonio, los Guardacostas italianos recibieron una llamada de socorro en la que les avisaron de que un barco en el que viajaban más de 700 personas se encontraba en situación de peligro.
Al encontrarse lejos del lugar, los Guardacostas pidieron al barco mercante portugués «King Jacob», que navegaba en las cercanías, que se desviara hasta el lugar del suceso.
Pero cuando este buque se aproximaba a la embarcación, los inmigrantes «se colocaron todos en el mismo lado de la nave y provocaron su hundimiento», según ACNUR.
El barco portugués comenzó entonces las labores de rescate, mientras se desplazaban al lugar unidades de la Guardia Costera italiana, la Guardia de Finanza y la Marina Militar y de la Armada de Malta, pues el suceso se produjo en aguas cercanas a la isla, pero solo pudieron salvar a 28 personas.
El pasado martes, la organización Save the Children alertó de que había 400 inmigrantes desaparecidos más tras otro naufragio, aunque no se ha confirmado.
Ante estos hechos, ACNUR pidió a la UE que «encuentra solución a este problema» y afirmó que, si la cifra de los 700 desaparecidos resulta cierta, se habría producido «una verdadera hecatombe en el Mediterráneo».
ACNUR declaró en un comunicado que, hasta la fecha, en 2015, más de 35.000 solicitantes de asilo e inmigrantes han buscado refugio en Europa atravesando el mar, y si los datos conocidos hoy son ciertos, unos 1.600 habrán perecido en el intento.
Estas cifras contrastan con las de 2014, cuando en todo el año unos 290.000 emigrantes indocumentados cruzaron el Mediterráneo, de los cuales unos 3.500 murieron en el intento.