Oscar Cuartango: Paradojas de una elección de medio término
La primera elección de medio término de una alianza de centro derecha que llega al poder gracias a un mutuo acuerdo con el partido centenario de la Unión Cívica Radical, expresa en apariencias, la consolidación social de un gobierno carente de mayorías legislativas pero que revalida territorialmente su poder.
Encara una política de carácter neoliberal aún cuando ahora quiera definirla, como neodesarrollista, con fuerte apoyo de amplios y diversos sectores de clases medias que, si se hace una analogía con las elecciones presidenciales de 1983, 1989 y 1995, constituyen ese núcleo duro que puede cambiar su voto en función de la coyuntura en la cual se desarrolle la contienda política pues si se las compara con las elecciones de 2007 y 2015 existen ciertos parámetros que demuestran dicha afirmación.
Podemos establecer una suerte de ida y vuelta en el sufragio de este sector social afecto a la acomodación de sus propios intereses y encandilado por ventajas transitorias en materia económica que hacen a la ilusión de una estabilidad y una propensión al consumo holgado.
Pero así también son sectores refractarios al peronismo y a la movilidad social por parte de los sectores populares por lo tanto encuentran refugio cómodo en expresiones políticas ajenas a los intereses populares.
Si bien – como dijimos anteriormente – la elección fue ganada por la alianza gubernamental Cambiemos en varios distritos del país inclusive dando sorpresas en la provincia de Salta o de Córdoba y haber obtenido el triunfo por 4 puntos en la disputada provincia de Bs.As., es necesario destacar los 37 puntos obtenidos por parte de Unión Ciudadana con su candidata la ex Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner.
es necesario destacar los 37 puntos obtenidos por parte de Unión Ciudadana con su candidata la ex Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner
Luego de tres periodos presidenciales, el desgaste que ello genera, las causas judiciales y las disputas con los medios hegemónicos de poder, y otros estadios del mismo ha logrado mantener ese nivel de votos, lo que implica la necesidad de pensar que cualquier atisbo de construcción política opositora con miras al 2019, tiene que tener presente ese caudal electoral
La elección también dio por tierra a aquellos peronismos abocados a tender una línea de consenso con el Gobierno ya que el electorado no los consigno como reales opositores y entonces optaron por Unidad Ciudadana o eventualmente por el Frente de Izquierda.
Por lo tanto, la carrera futura de estas expresiones se ve dificultada por una realidad factual mas allá de los deseos y elucubraciones de sus propios responsables.
Asimismo, se deberá generar alquimias políticas posibles a la hora de generar una alternativa con vistas a la próxima elección en particular por la fuerza que ha tomado el gobierno con toda su parafernaria marketinera que esconde los reales intereses que desea establecer.
Hablar del fin del peronismo es no entender un movimiento casi hegemónico que protagoniza la realidad argentina desde hace ya 70 años y que presenta en sus cuadros medios y jóvenes una potencialidad futura que sobrepasa aún sus momentos de crisis
Hablar del fin del peronismo es no entender un movimiento casi hegemónico que protagoniza la realidad argentina desde hace ya 70 años y que presenta en sus cuadros medios y jóvenes una potencialidad futura que sobrepasa aún sus momentos de crisis, al expresar un sentimiento cultural popular que ninguna dictadura cívico militar pudo borrar al contrario, lo revitalizo al punto de ser un hecho cultural y político imprescindible de la realidad argentina.
Se presenta una batalla futura en los recintos legislativos donde el gobierno intentará avanzar con su plan de reformas laborales, previsionales e impositivas mediante las cuales piensa sobrepasar los derechos conquistados de todos los argentinos, por lo tanto, la conducta de los legisladores propiciara cuáles serán los posicionamientos políticos si son de colaboración al gobierno o de oposición y traslación de propuestas superadoras.
Fuera de la euforia mediática esto será un punto de inflexión de la gestión del Estado por parte del presidente Macri y de cómo logrará los consensos necesarios para llegar a sus objetivos.
Sin embargo, el frente económico a pesar de los tenues indicadores presenta un cuadro delicado en materia de endeudamiento y financiación económica que pone en estado de debilidad al ciclo económico afecto a un nubarrón externo o al retiro de la confianza por parte de los inversores internacionales.
Por otra parte, está la puja por la determinación del tipo de cambio entre el sector agropecuario que propugna una devaluación y recuperación de rentabilidad ante una inflación lejos de estar controlada y un sector financiero que puja por una apreciación cambiaria de seguro de cambio de sus operaciones de carry trade.
Superado el evento electoral, habría que transitar el camino de la unidad del peronismo y la conformación de un frente nacional con miras al 2019.
El futuro está por verse.