Nuevo abuso de efectivos de Prefectura contra dos menores en Zavaleta
A continuación reproducimos un comunicado de prensa del colectivo La Garganta Podeorsa, que describe el nuevo abuso que las Fuerzas Federales de Seguridad, llevaron a cabo contra dos menores -un varón de 17 años y una niña de 15 años- en el barrio Zavaleta. Casualmente o no, los menores cobardemente golpeados y amenazados por efectivos de Prefectura Naval, son los hermanos de Kevin, el pibe de 9 años que murió en medio de una balacera ocurrida en ese año en 2013, donde siete gendarmes fueron imputados por «incumplimiento de los deberes de funcionario público».
«La Prefecto amenazó y golpeó a los hermanitos de Kevin
Ahora, sí, de nuevo, este sábado, a las 01:30 de la mañana, en Zavaleta, otra vez. De laburar, volvían sus hermanos. De laburar todo el día.De laburar en una obra en construcción. Al regresar a Zavaleta en la camioneta de la familia, vieron un hombre armado y aceleraron las últimas dos cuadras, sobre la calle Kevin, para llegar hasta su casa. «Todos contra la pared», gritó el prefecto que los recibió, otro que no gritó nada cuando mataron al enano. En ese tiroteo que duró más de tres horas, con 105 disparos de UZI y FAL, a pocos metros e dos garitas. Justo ahí, los esperaban esta vez a sus cinco hermanos. «Yo solo vengo de trabajar», intentó decirles Ariel, de 17 años, cuando lo empujaron contra el portón. Y llegaron más prefectos. «No pueden hacer eso, es menor», intentó recordarles Federico, cuando le pegaron una piña más, en las costillas, «donde no deja marcas». Y llegaron más prefectos. «Basta», intentó gritarles Priscila, de 15 años, cuando le metieron una cachetada, sí, a su hermanita.
Y llegaron más prefectos
Para cuando los padres de Kevin salieron de su casas, alertados por los gritos de muchos vecinos, el grupo de tareas ya juntaba «más de 50 tipos», y Ariel estaba agarrado del cuello, «pero acá nadie vio nada, eh». Y se fueron algunos prefectos. Su mamá no entendía que pasaba, justo ahí, en el mismo pasillo por donde debió acarrear el cuerpo de Kevin, cuando lo dejaron abandonado sus patrulleros y sus ambulancias. «Ustedes están locos, ¿qué carajo están haciendo?», intentó preguntarles Roxana, cuando dispararon al cielo con un arma larga. Y se fueron más prefectos. «Dejen a mi mamá», intentó rogarles Azul, que tiene 9 años, mientras veía como levantaban e casquillo. Y se fueron todos lo prefectos.
Ninguno estaba identificado
No fue noticia y seguro tampoco será justicia, pero hoy nos toca denunciar otra vez lo mismo, una zona liberada por el Estado, los jueces y el periodismo, donde el único procesado por el crimen del enano sigue ejerciendo su actividad y sus propios secuaces nos dan clases de impunidad, para que «aprendan de buenos o malos modos» quiénes son los que tienen el mando…
Pueden matarnos a todos.
Vamos a seguir gritando»