Nobel Stiglitz: el FMI y Lagarde, responsables de la deuda con la que Macri saquea a la Argentina
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001, colaborador de Néstor y Cristina Kirchner, ha establecido que el experimento macrista, neoliberal que somete a la Argentina “ha sido un fracaso espectacular”. Alienta que lo suceda un “capitalismo progresista” para iniciar una etapa esperanzada con el gobierno de Alberto y Cristina.
Escribe Alejandro C. Tarruella
Economía gangsteril
Entiende Stiglitz que la desregulación de los mercados, la disminución de impuestos en favor de los ricos, el escándalo financiero, la negación industrial y del crecimiento, más las tasas de interés liberadas en favor de las multinacionales, la inflación desbordada, la devaluación sin freno y el desastre de la deuda más las fugas, estrechan los pasos del país en favor de unos pocos. Fue por eso que el economista señaló que Argentina podía acabar como Grecia, sometido a los designios del mercado.
Stigliz establece como responsable principal del jolgorio de los poderosos al Fondo Monetario Internacional y a su directora, encumbrada ahora en los altos mandos de la Unión Europea, Christine Lagarde, quien, con el ex ministro de economía de Macri, el huido en pánico Nicolás Dujovne, trazó la mordaza sobre la economía nacional.
Sus opiniones se dan a días de que el Congreso aprobara la Ley de emergencia alimentaria que, a su vez, es negada por el intendente de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. “Escribí un artículo cuando el presidente Macri empezó a aplicar su política económica –le dijo a Eduardo Febbro en “Página 12”-. Ya advertí que el presidente estaba corriendo un gran riesgo con la reducción de las retenciones a la exportación. Le aportó ganancias al gobierno, pero derivó en el aumento de los precios de los alimentos en la Argentina y el empobrecimiento de muchos trabajadores».
«De alguna manera -continuaba-, fue una apuesta por la idea de que se produciría en la Argentina una fiebre de fondos extranjeros hacia el país y que, con ello, Macri podría pagar la enorme suma de dinero que estaba pidiendo prestado con unas tasas de intereses escandalosamente altas. No puede haber ninguna inversión si se pagan tasas de interés del orden del 70% anual. En un momento las tasas de interés por las nubes desencadenan el efecto contrario. Creo que fue una apuesta fallida. Los inversores extranjeros no acudieron para respaldar la apuesta de Macri. Desafortunadamente para el país, Macri apostó mal y ahora Argentina paga un precio muy alto por ese error que fue respaldado por mucha gente que ya conocemos dentro de la comunidad internacional”.
Lo que tal vez no advirtió el economista es que el error desde el Estado es un logro para el saqueo sostenido en la fuga de capitales que dirigió Macri, y que superó los 100 mil millones de dólares en el año. Lo llevaron adelante los hermanos Caputo, que dejaron el país al abandonar sus cargos, y el ex ministro Dujovne, posiblemente beneficiarios de esas corridas. Con ellos, Macri expresaba que el país regresaba al mundo y que estábamos en vísperas de “una lluvia de dólares”. Aparentemente, ese efecto se registraría en las arcas de los poderosos según puede establecerlo la justicia en tiempos próximos.
“Una de las cosas que se hizo cuando Macri se convirtió en presidente fue decir que la Argentina había heredado muchos problemas. Pero una de las cosas buenas que él heredó fue precisamente una deuda externa muy baja. Pero él cambió esto y convirtió a un país con una deuda externa muy baja en otro con una deuda exterior altísima. Esto se llevó a cabo con la connivencia y el apoyo de la comunidad internacional. Ahora se está pagando el precio”, le expresó Stiglitz al periodista.
El economista señaló que el equívoco une a Macri con los organismos internacionales. Se equivocaron al suministrar esos fondos. Stiglitz destacó la figura de Néstor Kirchner y ve con buenos ojos el futuro próximo de Argentina luego de las elecciones.
Lagarde y la peor crisis
Christine Lagarde, ex directora del FMI, que huyó pero fue vista, salió a cubrirse frente a las críticas que la marcan como responsable del desastre económico de la Argentina, en complicidad con Mauricio Macri. Señala a quien le preguntó que sin su rol de interventora en la crisis, ésta habría sido “mucho peor”.
Lagarde pasa a presidir el Banco Central Europeo (BCE), episodio que la aleja del monumental programa de crédito que obsequió a Macri y que contempló una fuga de capitales inédita en el planeta, que no está autorizada por los reglamentos del FMI. “Cuando Argentina tocó a nuestra puerta estaba en una situación particularmente difícil. Tendemos a olvidarnos de eso porque todo el mundo se centra en Argentina hoy”, intentó Lagarde para pasar por alto el desastre anunciado.
“Yo fui por ahí, toqué a muchas puertas de muchos países, muchas palabras amables y apoyos gentiles, pero ninguna financiación”, agregó y hay que admitir que no le faltó razón cuando deslizó que “Esto no está terminado». Ya que al asumir Alberto Fernández se iniciará otra historia sin tanto champagne y caviar, y con los dientes apretados por parte de los interlocutores que reclamarán justicia.