No es una “V” sino un serrucho interminable
La expansión de la pandemia en el mundo y la indefinición de EE.UU. hacen prever que la recuperación económica tendrá muchos altibajos y demorará mucho
por Eduardo J. Vior
El domingo pasado el mundo superó los diez millones de contagiados y pasó los 500.000 muertos por coronavirus. Con contagios crecientes en Rusia, India, Suráfrica, Brasil y en los estados norteamericanos de California, Texas, Florida y Arizona, la recuperación de la economía mundial se aleja de la “V” soñada por los economistas (brusca subida después de la abrupta caída de marzo y abril), para acercarse a la imagen de un serrucho, con numerosas caídas y ascensos, dependiendo de las oleadas de contagio por Covid-19. Para peor, precisamente en el momento en que más imprescindible se hace la cooperación internacional, la exclusiva concentración de los líderes estadounidenses en la campaña para la elección de noviembre próximo impide todo entendimiento con la mayor potencia del globo.
En EE.UU. los datos de movilidad de los teléfonos celulares equipados con Android indicaron el viernes pasado que la economía norteamericana había parado de crecer en junio, tras un leve repunte en mayo. La asistencia a los puestos de trabajo permaneció inalterada en junio respecto al mes anterior, es decir en un 30% por debajo del promedio prepandemia. Este dato no toma en cuenta a quienes trabajan desde sus casas, pero igualmente muestra que la recuperación económica está estancada.
En el promedio nacional se registró sólo un 10% menos de concurrencia a comercios minoristas restaurantes y similares que el promedio anterior al Covid-19, por sobre el 50% de disminución contabilizado en abril pasado. Este masivo retorno de los norteamericanos a la actividad económica explica también que desde el pasado 24 de junio el número de nuevos contagios por coronavirus haya sobrepasado los índices de abril pasado. En consecuencia, en muchos estados de la Unión están restringiendo nuevamente las actividades, e incluso en Texas, cuyo gobernador Greg Abbott estaba entre los más fervientes “aperturistas”, ahora están pidiendo a la población que se quede en casa.
Este panorama permite avizorar que durante todo el verano boreal la economía estadounidense estará muy débil. Algunos analistas de Wall Street prevén altibajos muy pronunciados de mes en mes, lo que puede inducir a confusiones, ya que, cuando un mes la actividad cae muy pronunciadamente, hasta el repunte más débil puede ser percibido como muy alto. Más que repuntar en “V” (rápida y abruptamente) o en “U” (lenta, pero constantemente), parece que la economía norteamericana se recuperará en “W” (o serrucho), con avances y retrocesos condicionados por la evolución de la pandemia. La ola actual, que afecta especialmente a California, Texas, Florida y Arizona, influye sobre las regiones responsables por alcanzar un tercio del PBI y obliga a paralizaciones parciales o totales, con lo que, lógicamente, vuelve a frenarse el ciclo económico.
Los datos del PMI de países de Asia, Europa y Estados Unidos daría la impresión de que, efectivamente, la recuperación se está dando en forma de “V”. De acuerdo a la agencia Bloomberg ésta es la evolución comparativa de los índices de gestores de compras (PMI, por su nombre en inglés) de las principales potencias:
Sin embargo, el desagregado de los datos de demanda, empleo y evolución de los precios aconseja una visión más prudente. De acuerdo a las previsiones de la misma agencia Bloomberg, la economía mundial puede tardar hasta fines de 2021, para recuperarse al nivel prepandemia. Sus analistas estiman que, mediando una progresiva superación de la pandemia, el producto bruto global puede caer un 4,7% en 2020, pero si los contagios continúan y/o se agravan, la caída promedio de la actividad económica mundial puede llegar al 6,7%.
Al mismo tiempo, el FMI estima que la deuda pública mundial va a alcanzar por primera vez el 100% del PBI global, lo que también implica que muchos países se van a endeudar en una proporción mucho mayor.
Este agravamiento de la situación económica mundial puede tener distinto tipo de repercusiones políticas. Como muestra el cuadro siguiente, en EE.UU., típicamente, la crisis económica, el aumento del desempleo y el empobrecimiento masivo de grandes sectores de la población pueden influir sobre la elección presidencial de noviembre próximo.