En 2009 se dio a conocer lo padecido por Cecilia Lucero, la hija de «El Chacal» de Mendoza como lo apodara la prensa, al padre abusador que mantuvo a su víctima por dos décadas en cautiverio y que la forzó a maternar teniendo 7 hijos. Hoy detuvieron e imputaron a la progenitora de Cecilia, cómplice de su pareja abusadora.
Cecilia, contó en público su vida como víctima del abuso perpetrado por su progenitor y cuyos detalles se conocieron a través de un cuaderno en el que volcó todo el horror de este delito en su contra.
En la actualidad, uno de sus asesores letrados, explicó a IB24 las implicaciones judiciales que surgieron tras el aberrante hecho que expuso a la sociedad mendocina ante el abuso de menores.
IB24.- El caso de Cecilia marca en la historia penal para Mendoza, una perspectiva criminal sobre el abuso, impensada en esa sociedad ¿cómo responde actualmente el sistema de Justicia a esto?
Agustín Magdalena, Abogado asesor de Cecilia Lucero, respondió: «Marcó un precedente para sociedad mendocina porque en el año 2009 se denunció al padre, se pudo comprobar que tuvo siete hijos, nietos, con la hija. Marcó a la sociedad porque se conocieron algunos detalles de la causa, aberrantes que sufrió la pobre víctima y en aquel entonces, la sociedad no contaba con la perspectiva de género, ni con la Ley Micaela y se encubrió a la madre, lamentablemente y en el 2018 se realizó la denuncia contra la madre. La política criminal de Mendoza se ha endurecido con los abusos sexuales, y hoy se ha podido lograr la captura, detención e imputación de la señora Norma Ortubia»
IB24.- Consideran que las víctimas de abuso sexual en menores, sobre todo ¿cuentan con una estructura adecuada para su contención?
A.M.- «El sistema de Justicia mendocino ha sufrido un gran cambio hace un par de años…»
3.- ¿Qué precedentes sientan en la Justicia mendocina con la vida de Cecilia como víctima de abuso, violencia y cautiverio? ¿Cómo recibe por ello, la asistencia psicológica y cuál el actual presente que tienen sus hijos?
A.M.- «Actualmente las víctimas de abuso sexual cuentan con los programas provinciales de contención…»
Cecilia Lucero explica con sus recuerdos, el abuso físico, el silencio cómplice de su progenitora, el dolor que le provocaba el maltrato cotidiano que Armando Lucero -padre y abusador- cargaba sobre ella. «Yo me escondí debajo de la cama porque sabía lo que me iba a hacer(…). Como yo no quería salir, se enojó y levantó la cama para pegarme con el cinturón y me pateó en todo el cuerpo. Cuando me sacó de los pelos, me violó (…) Sentía que me iba a morir, porque no podía respirar. Al rato llegó mi mamá de trabajar y yo -que tenia la cara toda colorada y los ojos hinchados- la miré para que dijera algo. Pero no dijo nada” el testimonio de Cecilia sobre una vida que cuando era percibida por sus vecinos, el abusador movilizaba a la familia y la cambiaba de barrio por todo Mendoza.
Cecilia, denunció a su madre en el 2018 pues la actitud pasiva frente al abuso, hace suponer complicidad con Armando, pareja, padre y abusador de su hija. También se cree que Ortubia, al trabajar en el Poder Judicial, fue quien utilizó influencias para trabar las reiteradas denuncias en contra de Lucero, su esposo.
Lo sucedido con Cecilia cuando apenas tenía 7 años, era conocido también por su abuela, quien pese haber tenido algún interés de denunciar los abusos, se deja convencer por el abusador quien la disuadió para que no lo haga. Todo esto se desprende de las propias palabras de la abusada, en el registro de su diario personal.
Años más tarde llegaría el primer embarazo cuando Cecilia a los catorce, con su primera menstruación, fue violada por el padre y en consecuencia cursa el primero de los 7 embarazos. Aunque los padres intentaron que ella abortara en la primera vez, no fue posible porque estaba en el quinto mes de gestación. Recuerda en sus testimonios, Cecilia, que en aquella ocasión, Ortubia la culpó por lo sucedido y la golpeó.
Luego, ante vecinos y conocidos, la explicación que daban por el recién nacido, sería que lo habían adoptado con su marido y por esto también es que se considera el tráfico de influencias que la madre de Cecilia, realizara con los documentos de los niños, como resultados de los abusos reiterados de su marido sobre su hija.
Armando Lucero, violó por primera vez a Cecilia, su hija, cuando ella tenía once años. Su única referencia familiar con una persona adulta que la protegía y quería, fue la abuela materna, a quien, según recuerda, Ortubia la trataba muy mal. Lucero, el abusador, murió en la cárcel cumpliendo la condena por los delitos cometidos en el incesto con su hija. Ahora la que será procesada es Ortubia, empleada judicial y cómplice de las vejaciones cometidas por su pareja.
Al momento de hacer la denuncia en contra de su abusador, los hijos tenían 19, 17, 16, 12, 11, 6 y 2 años. Cabe recordar que Armando Lucero murió en prisión en 2010, a los 68 años, un año después de que su hija lo denunciara ante el fiscal de la provincia de Mendoza, Marcelo Gutiérrez del Barrio. Los peritos forenses encargados de la causa lo calificaron como un “psicópata perverso, seductor, con tendencia a la pedofilia”.
