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Masajista acusado de abuso y trata sobre una adolescente

El hecho ocurrió en Recoleta y la fiscalía pide 15 años de prisión

La fiscalía señaló que el imputado se valió de sus actividades como masajista para abusar y explotar a la víctima, que tenía 16 años y estaba en situación de calle al momento de los hechos.

Mencionaron que la captación se dio con una oferta laboral engañosa y que la principal prueba del debate fue “el testimonio de la víctima”.

La Fiscalía General N°3 ante los Tribunales Orales en lo Criminal Federal de la Capital Federal, a cargo de la fiscal general Gabriela Baigún, solicitó una pena de 15 años de prisión para un hombre que llegó a juicio acusado de haber abusado y explotado sexualmente de una adolescente de 16 años a la que captó con una falsa oferta laboral de masajista, entre noviembre de 2012 y enero 2013, en el barrio porteño de Recoleta.

Para el MPF, el imputado actuó durante años con un mismo modus operandi: aprovechar su condición de masajista para cometer delitos de trata, explotación y abuso sexual.

El alegato de la fiscalía fue desarrollado y formulado ayer por la y el auxiliar fiscal Claudia Rebour y Lautaro Fichter ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) N°6, integrado de manera unipersonal para este debate por el juez Adrián Grünberg.

De esta manera, la fiscalía dio por probada la responsabilidad del acusado Walter Barrientos García (60) en el delito de trata de personas menores de 18 años -en su modalidad de captación y acogimiento-, agravada por haber mediado engaño y abuso de una situación de vulnerabilidad, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal, reiterado en dos oportunidades, en calidad de autor.

La fiscal general Gabriela Baigún (a la derecha) y el y la auxiliar fiscal Lautaro Fichter y Claudia Rebour, quienes estuvieron a cargo del alegato. - Foto: MPF
La fiscal general Gabriela Baigún (a la derecha) y el y la auxiliar fiscal Lautaro Fichter y Claudia Rebour, quienes estuvieron a cargo del alegato.

Además, los representantes del Ministerio Público Fiscal requirieron al tribunal una reparación económica por un monto de 2.356.308 pesos para la víctima, denominada durante el juicio como la “Testigo C”, con el fin de preservar su identidad.

Entre múltiples agravantes, la fiscalía enfatizó la consumación del delito de trata, la duración de la explotación sexual, la reiteración de los hechos de abuso sexual, el daño psicológico causado a la víctima y el hecho de que la víctima fuera menor de edad -tenía 16 años- al momento de los hechos.

La captación y los abusos

Rebour puntualizó que quedó “probado que el imputado captó a la víctima a través de un anuncio en internet con el fin de explotarla sexualmente» y destacó, además, que “esa captación fue realizada mediante una oferta de trabajo engañosa”.

La auxiliar fiscal también dio por acreditado que Barrientos abusó sexualmente de la víctima en dos ocasiones. En ese punto, reconstruyó ambos hechos y explicó que el primero de ellos se dio cuando, con la excusa de que le enseñaría a hacer masajes para el trabajo que le ofrecía, la hizo desvestir y concretó el primer abuso sexual.

El auxiliar fiscal Fitcher estuvo a cargo de desarrollar la calificación penal de los hechos y, al fundamentar algunos de los agravantes del delito de trata de personas, remarcó que, en el caso de esta víctima, el acusado “sabía que era menor de edad y que se encontraba en situación de vulnerabilidad»

Asimismo, la representante del Ministerio Público Fiscal mencionó que el segundo hecho de abuso se dio cuando el imputado obligó a la denunciante a tener relaciones sexuales forzadas con una pareja de clientes.

Rebour enfatizó que “la principal prueba de la acreditación de los hechos fue el testimonio de la víctima” que prestó declaración en la apertura del juicio el 9 de septiembre pasado y, entre otras cosas, dijo que el imputado sabía que ella era menor de edad, que necesitaba trabajar porque vivía en situación de calle y que, en varias ocasiones, temió que la dejara encerrada en los departamentos donde era prostituida.

«Hemos escuchado en la víctima un testimonio dotado de credibilidad y fiabilidad», afirmó la auxiliar fiscal.

«Es indiscutible que la víctima era vulnerable al momento de la captación», señaló Rebour y, entre otros factores, mencionó que en ese momento la joven se encontrara en situación de calle.

El perfil del acusado: “13 años con el mismo modus operandi”

En relación al accionar de Barrientos, la auxiliar fiscal afirmó que “actuó durante al menos 13 años con el mismo modus operandi”.

En ese sentido, Rebour dijo que el imputado “se valió de su actividad de masajista para cometer delitos de trata y explotación sexual» y que como potenciales víctimas siempre “apuntaba a buscar mujeres en situaciones de vulnerabilidad económica».

A su vez, sostuvo que el imputado daba “indicaciones precisas a las mujeres respecto a cómo debían accionar con los clientes”, situación que consideró acreditada con los mensajes de los teléfonos celulares incautados en la causa.

En este marco, la acusación hizo referencia a otra causa judicial, en camino de llegar a juicio oral, en la que a Barrientos se lo investiga por otros múltiples casos de trata de personas y a otro expediente en el que fue condenado por abuso sexual.

La calificación

Por su parte, el auxiliar fiscal Fitcher estuvo a cargo de desarrollar la calificación penal de los hechos y, al fundamentar algunos de los agravantes del delito de trata de personas, remarcó que, en el caso de esta víctima, el acusado “sabía que era menor de edad y que se encontraba en situación de vulnerabilidad y, aun así, la captó».

También puntualizó que Barrientos «obtuvo un provecho económico por la explotación sexual” de la víctima.

«Hemos escuchado en la víctima un testimonio dotado de credibilidad y fiabilidad», afirmó la auxiliar fiscal Rebour.

Por último, Fichter aseguró que en este caso hubo “un sometimiento de la víctima que fue cosificada por el imputado”.

En el inicio de la audiencia, previo al alegato de la fiscalía, la querella alegó en sintonía con lo que luego fue planteado por el Ministerio Público Fiscal.

El juicio continuará el 15 de noviembre, con el alegato de la defensa.

El caso

La investigación comenzó en 2021 a partir de una denuncia anónima en la Línea 145 y derivó en la intervención de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX). Posteriormente, la víctima amplió su testimonio en Cámara Gesell ante profesionales de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC).

Según reconstruyó la acusación, la víctima se contactó por primera vez con Barrientos en noviembre de 2012, a través de una página de internet de avisos laborales.

Así, pactó un encuentro con el imputado en un departamento destinado al servicio de masajes, localizado en la calle Arenales al 2400, de Recoleta. En aquella ocasión y con la excusa de capacitar a la víctima acerca de las técnicas para realizar masajes, Barrientos hizo desnudar a la damnificada y concretó el primer abuso sexual. El segundo episodio de abuso también tuvo lugar en el mismo sitio.

La investigación acreditó que la explotación sexual de la víctima se consumó y se extendió aproximadamente tres meses. Ella solo recibía 100 de los 300 pesos del valor de los “pases” para que mantenga encuentros sexuales con varones adultos.

En el lugar -dos departamentos en un mismo edificio- había otras cuatro mujeres de entre 20 y 30 años que también eran explotadas sexualmente en jornada de lunes a sábados, de 11 a 19.

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