Marcelina Meneses: símbolo de la mujer migrante
Marcelina Meneses vino a la Argentina desde Bolivia, su país natal, vivía en Buenos Aires, junto a su familia y tenía a su cargo un hijo llamado Joshua, un bebé de 10 meses al momento de morir ambos, arrojados de un tren, por un hombre en pleno ejercicio del odio visceral, xenófobo y misógino.
Marcelina vivía en la calle Charcas al 5600. El 10/01/01 ella y su bebé subieron al tren en Ezpeleta (Quilmes) para ir al Hospital Fiorito en Avellaneda, en un acto de violencia xenófoba los arrojaron del tren y ambos perdieron la vida.
El 10 de enero fue establecido por la Ley 4409/12, sancionada por la Legislatura porteña, como Día de las Mujeres Migrantes. Se rinde homenaje al aporte de todas las mujeres en una fecha que fue elegida a partir del recuerdo del asesinato de Marcelina Meneses.
El crimen por xenofobia
Solo hubo un testigo que declaró en la causa por el crimen de Marcelina y su bebé Joshua: Julio Cesar Giménez. En su relato señaló que Marcelina estaba parada dirigiéndose a la puerta con el bebé en la espalda y cargada de bolsos (nadie le había dado el asiento en el trayecto). Acomodándose para enfilar a la salida rozó con los bolsos a un pasajero que le gritó “¡Boliviana de mierda! ¡No mirás cuando caminás!”.
Giménez intervino diciendo que tengan más cuidado ya que era una señora con un bebé. Y un segundo pasajero agregó “Qué defendés vos, si estos bolivianos son los que nos vienen a quitar trabajo. Igual que los paraguayos y los peruanos”, otros pasajeros se sumaron a los insultos xenófobos. Según el testigo apareció un guardia que avanzó hasta que escuchó la discusión y los insultos xenófobos y culpó a “los bolivianos” de “hacer quilombo siempre”.
Sobre el asesinato de Marcelina y Josua dijo: “Fue una cosa de segundos. Se había sumado otra gente. Hubo más insultos y escuchó que uno que estaba de ropa de Grafa le dice a un compañero: -¡Uy, Daniel, la puta que te parió, la empujaste!”
Vida familiar
La víctima estaba casada con el albañil Froilán Torres, un año mayor que ella -32-, Meneses trabajaba como repositora en un supermercado. La familia había llegado a la Argentina hacía cinco años. La pareja también tenía un hijo de 3 años.
Marcelina y Joshua, habían hecho la combinación de los trenes de Ferrocarriles Metropolitanos en la estación Témperley.
Giménez declaró también que dos personas de la empresa le ofrecieron dinero, donaciones para su cooperativa y trabajo para que cambiara la declaración, usando el mismo argumento que los pasajeros: Vos sabés que TMR da trabajo a mucha gente. En cambio los bolivianos le quitan el trabajo a los argentinos, a vos, a tu viejo, a todos”. Justificando el ataque xenófobo y tratando de desligarse, ya que TMR desde el comienzo sostuvo que Meneses había sido rozada por el tren cuando caminaba por las vías.
Eternizada en la lucha
Actualmente alrededor de la figura de Marcelina, hay un colectivo social trabajando en la comunidad de Quilmes, a través de CREAS que apoya al Centro Integral de la Mujer Marcelina Meneses , en la generación de condiciones para a para acompañar a la comunidad migrante , en Quilmes, Buenos Aires, especialmente a las mujeres, para que conozcan sus derechos y puedan hacer frente a la violencia y la xenofobia.