Si el gobierno de Leopoldo Galtieri y sus milicos de mando negaron no solo a Malvinas sino además a sus héroes, a los que ocultaban en el regreso de la guerra en 1982, el actual, remeda aquellos términos y además de reivindicar a los responsables de la dictadura, prepara el terreno para una entrega del país a un sinfín de filibusteros de la globalización, el saqueo y la destrucción.
El triste episodio registrado en torno del vocero presidencial al referirse a la presencia del ministro inglés Cameron en territorio nacional, lo registra.
El vocero Adorni dio a entender en una de sus últimas puestas en escena, que las Islas Malvinas son parte del territorio británico. Lo hizo en ocasión de referirse a la incursión del primer ministro británico, David Cameron a territorio que pertenece a la Argentina. Ignorancia y cipayismo se unen en ocasiones para definir a personajes turbios, que forman parte de una entrega no anunciada si no hay una reacción del país. Salió luego la ocupante de cancillería, Diana Mondino, célebre por un episodio bancario de quiebras y apropiaciones para decir algo que no viene al caso. Lo cierto es que hubo réplica del Cameron quien además, elogió las medidas de saqueo que lleva adelante el grupo de amigos y aliados de Javier y Karina. A su vez, en Corrientes, Javier se dedicó a insultar y degradar el país, los diputados y a algunas personas. Las organizaciones políticas no replicaron debido a su estado de negación no explícito, ya que cada vez se alejan más de las necesidades y urgencias de su pueblo, ante lo cual tampoco emiten siquiera un tímida declaración, salvo honrosas excepciones. Y las hay. Adorni tiene la misión de poner los términos del proyecto que ejecutan a los manotazos, sobre la base de los demoledores Caputo y Sturzenegger, delegados corporativos asignados al gobierno, y la dirección política de Karina. El presidente está encargado de los insultos y los tuits segundo a segundo.
La democracia invisible
Reaccionaron los gobernadores de Tierra del Fuego y Formosa, y el PJ de Misiones. El problema es que los argentinos vivimos un fin de época y estos estados no son inocentes, se llevan por delante todo lo que encuentran, exigen transformaciones que la corporación política resiste. Y resiste por una razón sencilla, se termina un tiempo en el que muchos accedieron a una situación, una estabilidad. Si Rodolfo Barra, el filonazi ex ministro de Menem, hoy en el gobierno, sigue en pie, hay cientos en situaciones similares que llevan más de cuarenta años gozando de las mieles del Estado, esas – recordando a Bécquer -, no volverán. Y ese tiempo que viene, es esperanza pero también es incertidumbre y los pasos los intermedios, como la realidad lo tiene expresado, son traumáticos. El país se sostiene en un modelo de acuerdos post dictadura que concibió el ejercicio de una democracia a medias, a veces invisible. Que aceptó la ley de entidades financieras como “herencia” de Martínez de Hoz y un juicio limitado a las Juntas, entre otras, y que inició el mandato de Raúl Alfonsín con un intento de coartar los derechos sindicales, que fracasó, y limitó su intención de abrir el juego al conjunto social. Alfonsín comprendió ese error en el tiempo y modificó su posición al respecto. Ese modelo hace agua y al menos hoy, dos alternativas frente al jaleo que se avecina. O el país se entrega al “libre” juego de las corporaciones globalistas para lo cual Milei viene a destruir el Estado y a entregar el país, sometiendo a su pueblo, o encara un proyecto que profundice la línea de construcción que inició Néstor Kirchner en 2003, y deje atrás el modelo de democracia “como se pueda” de 1983.
La globalización viene en general por la destrucción del Estado burgués surgido de la Revolución Francesa de 1789. Profundiza el post nazismo (África, Ucrania y Gaza son sus modelos), y pretende la eliminación de zonas de la población por hambre, guerra civil, epidemias dirigidas para someter a la población a una suerte de modelo de gran hermano, Aldous Huxley y George Orwell lo adelantaron hace ya muchas décadas, sobre la base de un sistema de represión con control tecnológico como modo de vida cotidiana. Hoy el país, en manos de un grupo de saqueadores e irresponsables, es un campo de pruebas según el interés de los grandes señores corporativos. Si hoy se conoce que en 2023, 10 millones de niños fueron obligados a abandonar sus hogares en Sudán, Somalia, Franja de Gaza y otros, no es muy difícil comprender lo que sucedes en el planeta y como se expresa en el sur del mundo. Miles de niños argentinos y sus familias, son hoy sitiados por hambre y arrojados a las calles.
En el dolor, la esperanza es rebelde
Retomando Malvinas, el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, el Partido Justicialista de Misiones y el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, se expresaron frente a la “misión entrega” del lenguaraz Adorni y la experta en quiebras, Diana Mondino. Insfrán explicitó: “Desde el costado Norte de la Patria los formoseños y formoseñas consideramos a Malvinas una causa Nacional y así lo consideramos en el art. 8 de nuestra Constitución Provincial. La Patria no se vende. La Soberanía Nacional no se negocia. La memoria de nuestros héroes de Malvinas se honra y se respeta”. Los gobernadores son una clave del camino a construir para dar espacio al conjunto frente al injusto privilegio del puerto. Son ellos la voz de las provincias hacia el país que merecemos.
La esperanza está en el pueblo, como cada día, en su conciencia, en su capacidad de generar liderazgos, organización y conducción. Ese es el camino a la unidad, en el cual la Argentina y la región han dado históricamente probadas muestras. Suramérica al menos, si no es más ancho ese territorio de miradas y sensibilidades, tiene los ojos puestos en lo que suceda en el país en los próximos meses. Las pequeñas rebeliones del pueblo que pide en las estaciones de trenes parar con los aumentos, las asambleas en las plazas, las expresiones espontáneas, los paros como el de los trenes, el de Sanidad, los maestros que se preparan para profundizar la resistencia acompañados por millones de padres a los que expresan, muestran que no es posible joder con las grandes mayorías.
Se agrega a todo esto, las declaraciones del abogado constitucionalista Daniel Sabsay quien ha dicho por estas horas, que “El Presidente Milei con sus decretos ya está tiro de juico político y de su destitución… Este gobierno es un desastre, pretende la suma del poder público y no lo vamos a permitir…”. Muy claro, por cierto, y se inscribe dentro de la corriente nacional de rechazo a políticas antidemocráticas que se realizan, por lo visto, por fuera de la Constitución.
Es cuando al enorme papel que realizan la CGT al frente, las CTA y organizaciones sociales, los gobernadores que no entregan su autonomía, y hay que unir la respuesta de organizaciones políticas como el peronismo, parte de los radicales en línea y sectores de la izquierda a lo que se observa desde un gran número de gobernaciones que se van sumando, paso a paso, a un armado importante con vistas a una unidad de la que surjan los dirigentes de una conducción del tipo frente de salvación nacional (no es propuesta de nombre sino modelo posible) para encarar la tarea de la recuperación nacional. Es necesario un nuevo modelo que defina el tipo de país a construir, y retomar el camino del federalismo, el salto generacional dado que el problema no es económico, es político hacia una profunda reforma del Estado, es histórico y es cultural. No es fácil, es un campo de lucha que precisa de amplitud, generosidad y entrega humana y política a un proyecto común. Y recordemos: en el dolor, la esperanza es rebelde.
