Macri y Larreta, ¿a favor de liberar presos por el Covid-19?
Seguramente el lector se encontrará sorprendido ante el interrogante que plantea el título de esta nota, y con justa razón estará dudando de esta versión. Y sí, es falso, así como lo son las distintas temáticas que semana a semana instalan los comunicadores estrella de los medios del establishment, que no reparan en desparramar alocadas versiones sobre supuestos ocurridos o dichos, generalmente puestas en boca de “personas muy allegadas”.
Escribe Ignacio Campos, Director de Infobaires24
Desde prácticamente el inicio de la pandemia del coronavirus, la mayoría de los medios hegemónicos y comunicadores de la derecha se han dedicado, con sorprendente esfuerzo, a difundir una versión falsa sobre la supuesta medida solicitada por los gobiernos de Fernández y Kicillof a la Justicia y que propendía a liberar presos de manera discrecional.
Luego de instalada la versión, comenzaron a convocar en sus medios a especialistas, lógicamente coucheados, para tratar de consolidad dicha versión, tras lo cual se convocaron a numerosos cacerolazos.
Todas las acciones configuran claramente intentos de desestabilizar al Gobierno nacional, pero lo más grave es el daño que pueden provocar en la salud de quienes, por fanatismo o simple credulidad, resuelven tomar por ciertas las campañas instaladas
En su última cadena nacional, el presidente Alberto Fernández se cuidó muy bien de mencionar a los responsables de estas campañas, quienes llamando a romper el aislamiento con la convocatoria a salir a las calles a manifestarse “contra el comunismo “, configuran delito; debieron ser identificados de manera pública, y esa fue una oportunidad perfecta para hacerlo, aunque vaya uno a saber por qué Fernández se negó a hacerlo, pasándole la posta a Axel Kicillof, quién solo indicó que esos irresponsables podían seguir escribiendo en Twitter.
Desde el año 2006, los distintos gobiernos populares debieron lidiar con esta forma perversa de comunicar, sin que haya manera legal de impedirlo, aún con el daño que éstas provocan.
Mauricio Macri y su lamentable gabinete de Ceos han transgredido cuanta norma o ley han podido, pero nada de ello ha obstado para ser juzgados con la misma vara que un político del campo popular. Pero más grave aún es que la corta mano de la Justicia argentina, ante la gran cantidad de denuncias que pesan sobre ellos, han negado, de manera sistemática, cualquier existencia de delito.
El lawfare es una institución que ha llegado para quedarse entre nosotros, dañando la imagen y el camino de los gobernantes que tengan la desgracia de no contar con “esos medios” a su favor. En tanto no se lleve adelante una profunda reforma del sistema judicial, la coerción, el chantaje y la mentira continuarán reinando en la política y los medios de la Argentina.