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Macri va al paraíso

Alejandro C. Tarruella Un hecho de corrupción internacional que involucra al presidente.

 

Chimenteros y marketing

Todo el fin de semana, la cadena oficial de medios dedicó una cobertura importante a la detención de Ricardo Jaime, ex funcionario de kirchnerismo, en Córdoba. Periodistas de Buenos Aires que llegaban a la vivienda de la provincia porque fueron avisados, adjetivaciones tristes y un show, se lanzaban sobre los tele espectadores mientras el raiting subía como un trago en la mano de la ministro de Seguridad Bullrich. Héctor Recalde sintetizaba por ahí, que «aquel que metió la mano en la lata, tiene que ir en cana” y seguía el corso.

Los ecos de las acusaciones de Jorge Lanata se relamían en los comentarios de los chimenperiodistas, especialistas en investigaciones de alcoba. Lanata le había dado duro a Jorge Rial a través de su sociedad con un tal Pires, vinculado ahora con el fútbol y las pantallas temblaban, sin dejar de dar aire a Fabián Doman y su presunta paternidad de la rockera Erica García.

Sin embargo, cuando irrumpió en la tevé la denuncia presunta de que Macri formó parte de una empresa familiar off shore en un paraíso fiscal en Panamá, los chimentos de menor cuantía que asolaban a ciertos espectadores abrumados, cayeron pesadamente.

Así se supo que diversas personas de figuración internacional, entre las que se encontraba el mencionado presidente argentino, Mauricio Macri, se veían afectadas por un ataque informático hacia los documentos del bufete del panameño Mossack Fonseca, que atiende capitales y patrimonios sin mirar a quien.

Macri y los otros del paraíso

De inmediato, el gobierno nacional aclaró que el presidente Mauricio Macri «nunca tuvo, ni tiene una participación en el capital en la sociedad Fleg Trading». El comunicado sonaba casi absurdo porque en principio, galvanizaba la idea de que era responsable. Decían: «Ante las consultas periodísticas sobre la existencia de una sociedad denominada Fleg Trading Ltd. que estaría registrada en jurisdicción de Bahamas, Presidencia de la Nación informa que el Señor Mauricio Macri nunca tuvo, ni tiene una participación en el capital de esa sociedad».

Macri «no ha declarado dicho activo en su declaración jurada fiscal, pues sólo se deben consignar los activos y nunca ha sido accionista de esa sociedad por lo que no corresponde incluirla».

Lo que queda claro es que quieren decir que Mauricio perteneció a la sociedad y niegan participación accionaria: poco feliz. Era imposible negar que Macri estuvo al frente de una sociedad offshore desde 1998 y hasta 2009, con su padre Franco y su hermano Mariano. El directorio estaba registrado en las islas Bahamas, como Fleg Trading Ltd. Se mantuvo incluso cuando era jefe de Gobierno porteño.

11,5 millones de documentos, 2,6 terabytes de información, que abarcan desde 1977 hasta 2015, el denominado Panamá Papers, forman parte de una filtración mayor que la de WikiLeaks, y da a conocer negocios entre la agencia panameña Mossack Fonseca, abogados, y personalidades como Messi, jefes de estado de Ucrania, Islandia y otros países y un ex secretario de Néstor Kirchner.

Sin embargo, por más que le den vueltas, el hecho que resalta es que el presidente argentino no haya declarado su participación en una empresa que operaba en paraísos fiscales.

Sin dudas, el peor momento de gobierno de Macri en poco más de tres meses. Y será aún más si el imprevisto y la inquietud son la respuesta que ensayen Ceos y funcionarios, que habitualmente desconocen donde se halla el sentido común

¿Cómo se come?

El 13 de abril próximo puede convertirse en el segundo capítulo de una pesadilla para el presidente. Ese día, Claudio Bonadío, el juez “de la servilleta”, como lo coronó Domingo Cavallo en la era Menem, le toma declaración a Cristina Fernández de Kirchner.

La movilización que se hará a la sede judicial de Comodoro Py, puede ser histórica, unida a las que replicarán en diferentes provincias.

Ese mismo día, en Nueva York, se dirime si los fondos buitres aceptan la oferta argentina de pago a la deuda opresiva que deciden aquellos tribunales. El gobierno, a través del Congreso, ofrece poner en el mercado bonos que reemplazan a los que los buitres compraron por monedas, y extienden a 20 años el plazo de pago con cifras usurarias y comisionistas nacionales, que esperan cobrar en las sombras.

¿Qué ocurrirá en caso de que los buitres rechacen el arreglo? Hasta ahora, los más duros, Paul Singer y cercanos, no han dado el sí; de ser «no» la respuesta podría generarse -en el momento mismo en que la ex presidenta de su alegat-, un estado de rebelión singular, tenso y controversial. Sin duda, una situación traumática, difícil de resolver para un gobierno que día a día muestra capacidades relativas en el manejo de los asuntos públicos.

Para más, expresa “El Periódico” de Barcelona, en su edición de hoy: “Entre los nombres extranjeros que aparecen como clientes del despacho panameño de abogados Mossack Fonseca, la prensa destaca a Vladímir Putin es el más citado, junto con Mauricio Macri, presidente de Argentina, y el jefe del Gobierno islandés, Arnar Bergmann Gunnlaugsson”.

Sindicalistas que expresan sus críticas al tarifazo, el crecimiento de la pobreza, la caída de la producción industrial, repudian hoy la noticia. Sin dudas, el peor momento de gobierno de Macri en poco más de tres meses. Y será aún más si el imprevisto y la inquietud son la respuesta que ensayen Ceos y funcionarios, que habitualmente desconocen donde se halla el sentido común.

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