Macri sefiní

Escribe Alma Rodríguez

Hay un libro de poemas emblemático de Juan Gelman llamado Cólera buey.  Se trata de una obra que reúne, tal como expresa el epígrafe,  “un poema al comandante Guevara y los restos de nueve libros inéditos”.  En uno de los libros titulados Sefiní, que data de los años 1964/1965, hay una poesía que dice:

No es para quedarnos en casa que hacemos una casa

No es para quedarnos en el amor que amamos

Y no morimos para morir

Tenemos sed y

paciencias de animal

La paciencia de animal a la que alude Gelman está vinculada a muchas especies, pero a algunas más que a otras. Puede advertirse claramente en las arañas, por ejemplo. Las arañas, se sabe, tienen dos virtudes: la habilidad y la paciencia. Tan importante como sus virtudes es el producto de su trabajo: la tela de araña tiene una capacidad de resistencia que muy pocos materiales tienen y la capacidad para adaptarse a diferentes niveles de fuerza es la clave de su estabilidad.

La paciencia animal de la que habla Gelman en el poema es también fundamental a la hora de la estrategia política

Con la paciencia de la araña, a lo largo de estos cuatro años, se fue tejiendo y consolidando una telaraña social que logró resistir y sostener el otro tejido, aquel que el macrismo venía quebrando y destruyendo con su proceder de cada día. Con la habilidad estratégica y la misma paciencia, Cristina logró tejer pieza por pieza, puntada tras puntada, el tejido político que constituiría la red y el entrelazado entre quienes tendrían en sus manos la enorme responsabilidad de gobernar de ahora en más.

Fueron 1418 días en los que la paciencia se fue poniendo en práctica con pequeñas y grandes acciones: marchas, movilizaciones, charlas, encuentros, conformación de colectivos, reafirmación de agrupaciones, reuniones, mateadas en plazas, posteos infinitos, discusiones en redes y todas aquellas acciones que van desde las más insignificantes y cotidianas a las más significativas y trascendentales.

Es sabido que los procesos históricos requieren de largos períodos de tiempo así como de acontecimientos que se suceden y se concatenan

Tengamos en claro esto:  no es un hecho puntual el que hace posible el avance de la historia, sino es la convergencia de innumerables hechos en un momento y una sociedad determinados.  El domingo volvimos no porque haya triunfado un Clío, un slogan de campaña o un canto de tribuna adaptado a la bronca de la gente.  

Volvimos porque durante los 1418 días que existieron entre ese 9 de diciembre en que Cristina se despidió con una Plaza de Mayo desbordada hasta este 27 de octubre que nuevamente inundamos las calles, la militancia junto con el accionar político ocuparon un rol decisivo que puso fin a una nueva etapa neoliberal en nuestro país.

Volvimos porque durante estos cuatro años interminables de ajuste, hambre, represión y exclusión, a cada acción le correspondió una reacción, como un impecable motor de tracción a fuerza popular instalado en el centro de los distintos movimientos sociales que iba respondiendo a cada medida y a cada atropello. Con la misma sed y paciencia de animal de la que habla Gelman en su poema, así luchamos y así resistimos. Así también ganamos.

“Aquí no ha quedado casi nada en pie”, dice una canción de Víctor Heredia escrita al regreso de la democracia luego de la dictadura. Estamos en la misma situación en la que no ha quedado casi nada en pie, pero a diferencia de aquella vez, mientras ellos destruían nosotros fuimos construyendo, despacito, con la misma paciencia de la araña.

El domingo terminó un ciclo de eternos cuatro años que claramente pueden verse reflejados también en los versos del poema de Gelman. No es para quedarmos resistiendo que resistimos. No es para quedarnos luchando que luchamos, sino para que podamos volver a construir esa Patria justa, libre y soberana con la que tanto soñamos; para vivir en un país en el que quepamos todos y todas con paz, pan, trabajo, educación y justicia social; para poner nuevamente en marcha el proyecto nacional y popular. Es para volver mejores que volvimos. Es para, finalmente y de una vez por todas, decirle a este modelo neoliberal y a sus ceos representantes: Señores empresarios, SEFINÍ.