Macri propuso que las FFAA realicen tareas que tienen prohibidas por la ley de Seguridad Interior
En momentos donde se profundiza la protesta social, a consecuencia del ajuste y la devaluación que impone el Gobierno Nacional, y que tendrá un nuevo capítulo a partir de junio con el aumento de los pasajes de tren, colectivo y subte, el empresario-presidente Mauricio Macri pidió mayor participación de los militares en asuntos de seguridad interna, en expresa violación a la ley de Seguridad Interior. ¿El objetivo?: liberar a las Fuerzas de Seguridad Federales para contener el avance de los reclamos populares, que cada día cobra más fuerza a lo largo y ancho del país. El ajuste sin represión no cierra.
En el marco de la conmemoración por el Día del Ejército argentino, el empresario-presidente Mauricio Macri, acompañado por los ministros de Defensa, Oscar Aguad y de Seguridad, Patricia Bullrich, encabezó el acto-homenaje en El Palomar, donde reclamó un «mayor esfuerzo» de los militares para «colaborar en otras áreas del Estado».
Mauricio Macri exhortó a los militares a que realicen «más esfuerzos en la colaboración con otras áreas del Estado para brindar apoyo logístico a las fuerzas de seguridad para cuidar a los argentinos frente a las amenazas y desafíos actuales»
El pedido del representante del Ejecutivo no sólo es violatorio de la actual ley de Seguridad Interior, donde expresamente prohíbe a las Fuerzas Armadas su participación en asuntos de seguridad interna, sino que además responde a un objetivo de enorme peligro para la sociedad en su conjunto: desafectar a las Fuerzas de Seguridad Federales (Gendarmería, Prefectura, PSA y PFA) en sus tareas de protección de organismos estatales, aeropuertos, puertos, centrales eléctricas, nucleares, etc, para reubicarlas en las «zonas calientes» donde la protesta social avanza, como sectores del conurbano bonaerense, Rosario y Córdoba, entre otros puntos del país, que son analizados desde Casa Rosada como posibles puntos de ebullición social, debido a las consecuencias que impone la segunda etapa del ajuste, que se profundizará aún más -además- una vez consumado el acuerdo con el FMI, que impone un mayor ajuste para desembolsar préstamos al país, que nos retrotraen a los años de la peor dependencia económica.