Macri, Carrió, las agresiones, la resaca y Durán Barba
El Presidente ha lanzado una etapa de agresiones muy duras que atraviesan los días de dolor que vive el país. Macri sufre sin duda la resaca del intenso consumo de falsedades en medio de su derrumbe definitivo. Deja ver el rostro hinchado como si alguna ingesta de fármacos le estirara la piel, y logra dar forma, a veces, a ciertas expresiones. Apela en la desesperación a la ferocidad, rasgo común a los testimonios que se dan en salas judiciales cuando se reconstruye la acción de los torturadores de la dictadura.
Escribe Alejandro C. Tarruella
El desbande de Carrió
Las recientes expresiones de Carrió, que celebró la muerte trágica del ex gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, o Macri asegurando que los trabajadores de Aerolíneas sufren resaca al celebrar sus cumpleaños, lo dejan ver. Jaime Durán Barba pidió, adjudicándoselo a “la gente”, una represión dura y es quien señala el camino. Lo demás, lo hace el desprecio por las personas que tienen ciertos personajes del poder. En 2016, fue Felipe Solá quien sostuvo que Durán Barba “alienta el uso de las redes sociales de manera muy agresiva”. Macri lo sigue y como patroncito en retirada le resulta más sencillo el oprobio que elaborar un pensamiento.
Poco dotada en las artes de la retórica, Vidal abundó sobre la inutilidad de que los pobres fuesen a la universidad. Macri se preguntaba por qué había tantas universidades en el conurbano. Gabriela Michetti filosofó a lo bruto: “No está bueno que la Historia mire siempre hacia atrás, como que deberíamos conmemorar cosas del futuro, tipo hacia adelante”. En este caso se trató de un exabrupto lanzado en profundidad. La expresión “tipo hacia adelante” es desconocida en el castellano si uno toma al menos los cinco siglos más recientes. Aristóteles reseñó que “La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder”, campos donde la vice exhibe fragilidad. Si le contaran que Benedetto Croce dijo que “Toda historia es historia contemporánea”, no sabría qué responder. La resaca del resentimiento también es parte del discurso de los cambiemos que hoy huyen.
La expresión “tipo hacia adelante” es desconocida en el castellano si uno toma al menos los cinco siglos más recientes
El consultor ecuatoriano es el centro de la propuesta de la agresión que hoy expresan, en retirada, Macri y sus alumnos más mentados. Lo expresó en su libro “El arte de ganar. Cómo usar el ataque en campañas exitosas”. Y expresa ideas como ésta: “Es clave estudiar al votante común, poco informado, ese que dice “no me interesa la política”… El papel de los medios es fundamental, no hay que educar a la gente”, propone. En el caso de Michetti ese logro es evidente. Podría afirmarse que, en opinión de Durán Barba, Macri está perdido si observamos una reflexión que expresa. “No hay ningún otro gobierno que se haya visto obligado a tomar medidas de ajuste económico y haya mantenido su popularidad”. Y agrega que “La gente no cree en viejos mitos, sabe que el presidente es un ser humano y que cuando finge ser infalible, miente». Justamente lo que le sucede al susodicho cuando se lanza a ataques sin contenido. El asesor de Cambiemos, sin embargo, no explicó jamás qué hacer en días de fuga.
Fuga y depresión
Así, la agresión personal, el insulto, herederos de las sesiones de tortura de la dictadura, hacen al discurso de los esbirros de Macri asesorados por Durán Barba y, además, lo hacen en función de su profundo estado depresivo. Bullrich, que responde al libro de Cristina con una agresión, tiene problemas para dar con una idea. Cristina los observó al señalar a Macri vinculado al término Caos, a lo que respondió con escaso ingenio Laura Alonso, que ahora cobra por no trabajar ya que no investiga al oficialismo. Ella subió un video que mostraba la Casa Rosada y la Plaza de Mayo sin personas, lo que equivaldría, en su débil arquitectura reflexiva, a la paz.
Bullrich, que responde al libro de Cristina con una agresión, tiene problemas para dar con una idea
El hijo de Franco “jefea” un gobierno de saqueo y destruye para satisfacer veleidades personales de Ceos empresarios que desprecian a la sociedad y a su país. El odio a Cristina Fernández de Kirchner los reúne. No soportan no ya a un gobierno que hizo historia en su preocupación social, ni a la persona, mujer para más datos, capaz de hacer una gestión de gobierno, de expresarse con conocimiento, en términos sencillos y amplios, propios de quien sabe hacerse comprender. Eso explica por una parte la adhesión del pueblo argentino a sus ideas, y el rechazo feroz del macrismo y sus cercanías.
El libro de Cristina, “Sinceramente”, dejó sin palabras a los esbirros de Mauricio e hizo que Bullrich dijera que «Como la fábula del escorpión que no puede contra su naturaleza, Cristina volvió insultando al Presidente.” En el libro no hay injurias; le faltó lectura, y su reacción desnuda la incapacidad de dar respuestas políticas. La ministro de Seguridad parece padecer la resaca a la que aludió el hijo de Franco. Bajo un estado semejante, expresó que Cambiemos pretende “una Argentina mucho más transparente, de libertades, iniciativa y progreso”, aquello que la realidad desmiente.
Lo que es indesmentible es que la agresividad de Macri y su gente es directamente proporcional al derrumbe que sufre el gobierno, cuyas consecuencias son severas para el pueblo
La violencia con que responden a los movimientos sociales es también parte de los bostezos de la dictadura, y seguramente su ejercicio directo no es mayor porque las condiciones políticas del país lo impiden. En lugar de imaginar escuelas, trabajo, salud y cultura para los jóvenes, les destinan en su imaginería la cárcel y el sometimiento a un sistema policial sostenido en la injusticia y la acumulación ilegal para el régimen.
“Tú crees que me matas. Yo creo que te suicidas”, hubiese sido posible afirmar. Claro que no podrán atribuir el epigrama a Cristina porque pertenece al poeta Antonio Porchia. Macri no lo podrá comprender. Su preocupación se agudiza a la hora de la fuga.
