
Luego del triunfo de la Alianza Cambiemos, Macri anunció los próximos ajustes y la reforma laboral
La Alianza Cambiemos consolidó su poder con un formidable desempeño electoral, donde se impuso en trece de los 24 distritos nacionales, alcanzando el 40,59% del total de votos en todo el país. De esta manera, a partir de diciembre próximo su bloque de diputados contará con 107 escaños y el de senadores con 24. En ambos casos, no logró obtener los legisladores necesarios para obtener quórum propio. El apoyo popular obtenido en las urnas, envalentonó al empresario-presidente Mauricio Macri a anunciar la segunda etapa del ajuste y las reformas laboral, previsional y fiscal que se vienen. Los desafíos que plantea la entrega a la Alianza Cambiemos de un cheque en blanco por la mayoría de la población. El rol de la nueva oposición encabezada por la senadora nacional electa Cristina Fernández de Kirchner, y la confrontación que se viene. Sergio Massa y Florencio Randazzo, la derrota de las segunda marcas PRO.
Por Maximiliano Borches
La resonante victoria electoral de la Alianza Cambiemos a nivel nacional, consolidó el poder político de esta fuerza tanto en la actual etapa, como de cara al 2019. Sin embargo, no todo es alegría plena en el universo amarillo. El cheque en blanco entregado por la mayoría de la población al oficialismo, bien podría convertirse en un bumerang, una vez que se materialice la segunda etapa del ajuste con los nuevos aumentos en las tarifas de luz, gas, agua, transporte público, expensas y se pongan en práctica las ya anunciadas flexibilización laboral y las reformas previsional y fiscal.
Esta profundización del ajuste que a primera vista se ve potenciada por el resultado de las urnas, inevitablemente entrará en colisión con los intereses concretos de las mayorías populares -los afectados directos por las mismas-, y el foco de confrontación una vez avanzadas estas políticas antipopulares, se verá en las calles, donde la Alianza Cambiemos sólo puede responder con represión.
Este hecho de violencia institucional, instalará un escenario donde cada vez más sectores del movimiento obrero organizado junto a otras organizaciones libres del pueblo, harán su experiencia concreta en el camino de lograr una organización superadora, con el respaldo de nuevos diputados y senadores llegados de la mano de Unidad Ciudadana y encabezados por la senadora electa Cristina Fernández de Kirchner, que obtuvo un destacado 37.25% de los votos en la provincia de Buenos Aires. Un resultado nada menor, teniendo en cuenta el formidable aparato político/judicial/mediático que enfrentó momentos previos a la campaña y durante el desarrollo de la misma.
Massa y Randazzo: La derrota de las segundas marcas PRO
Otro hecho a considerar en los resultados que dejaron las elecciones del domingo pasado, fueron las derrotas aplastantes de Sergio Massa y Florencio Randazzo, segundas marcas PRO en la provincia de Buenos Aires.
El tigrense, no sólo bajó más de cuatro puntos respecto a los votos alcanzados en las PASO (15.53% a 11.32%), sino que su frugal alianza con Margarita Stolbizer estalló por los aires, dejando de lado la teoría de la «Ancha avenida del medio», que chocó de frente con la polarización que atraviesa nuestro país respecto de dos proyectos completamente diferentes: los encarnados por la Alianza Cambiemos y Unidad Ciudadana.
Peor aún fue el caso del ex ministro de Interior y Transporte de los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, Florencio Randazzo, que apenas bajó su magra cosecha de votos (5.94% a 5.31%), y que en la variante de diputados nacionales fue vencido por el trotskismo….colocando un solo diputado nacional.
Tanto Massa como Randazzo, versiones edulcoradas de la Alianza Cambiemos, posiblemente comiencen a charlar para ver quien baja su ego primero en función de comenzar a crear un espacio conservador dentro del peronismo bonaerense, bajo el guiño de Eduardo Duhalde, que por estas horas comenzó a pedir pista en la escena política bonaerense.





