AGENCIA PACO URONDO entrevistó a Lucía Portos, subsecretaría de Política de Género y Diversidad Sexual, para refexionar sobre la situación en la provincia de Buenos Aires. Herencia de Vidal y nueva etapa.
¿Cuáles son las temáticas más urgentes que se encontraron en tema de género, en la provincia de Buenos Aires?
Lucía Portos: El diagnóstico que da el gobernador es muy acertado, es tierra arrasada lo que dejó el gobierno de María Eugenia Vidal y los temas de género no son una excepción, encontramos solamente una Dirección provincial que estaba abocada a estos temas, que dependía de la secretaría de Derechos Humanos.
¿Una Dirección en todo el Estado?
L.P: Sí, obviamente también había algunas políticas en educación y salud, todas vaciadas, todas desfinanciadas y sub ejecutados los presupuestos. Lo que era el Instituto Provincial de las Mujeres, un logro de las mujeres organizadas de la provincia, el primero en Argentina, se lo bajó de rango y se lo desfinanció completamente; ese es el organismo que nosotras absorbemos, que no podía dar respuestas a ninguna de las demandas del movimiento feminista, y mucho menos a la comunidad LGTB. Las respuestas que necesitamos son diversas, no necesitamos solamente respuestas vinculadas a las cuestiones de violencia que son las urgentes, necesitamos respuestas estructurales, que vayan a combatir las razones de la desigualdad con un programa de equidad.
¿Estamos lejos de poder implementar un esquema estatal en la provincia?
L.P: Estamos trabajando con la ministra Estela Díaz y con la subsecretaria Flavia Delmas, que es la que tiene a su cargo las políticas vinculadas al combate a la violencia de género, en darle vitalidad a lo que existía, que eran políticas de atención a mujeres víctimas de violencia. De esta forma, estamos pensando en una política mucho más integral que abarque no solo la violencia doméstica, y se está trabajando muy fuerte para reactivar un dispositivo territorial muy importante que funcionaba pero Vidal no le dio importancia. Hablo de las mesas locales, el lugar donde deberían encontrarse todas las organizaciones comunitarias, sociales, políticas, el poder judicial, los poderes ejecutivos municipales, para atender las emergencias en forma territorial, todo ese trabajo ya está en marcha.
Eso es por municipio, por barrio ¿cómo funciona?
L.P: Por municipio, a partir de la convocatoria que debe hacer el departamento ejecutivo municipal, y debe convocar a estas mesas y articular los recursos para atender la violencia hacia las mujeres. Toda esa parte ya se está trabajando con muchísima rapidez. El otro día tuvimos reunión de Gabinete y Flavia Delmas contó que ya se atendieron 500 casos de violencia, directamente desde el Ministerio, cosa que antes no sucedía.
En lo que respecta a la Secretaría que me toca a mí estamos en un proceso de planificación y de diseño, pero vamos a estar anunciando muchas políticas que tienen que ver con trabajo con las juventudes de la provincia con perspectiva de género para trabajar también con todo lo que tiene que ver con acceso a la justicia, a la información, vamos a trabajar también sobre diversidad cumpliendo con el Cupo Trans.
Una Ley que tampoco se aplicó…
L.P: Exacto. Estamos armando grupos de varones para trabajar sobre nuevas masculinidades, apostamos a ese cambio cultural que tanto necesitamos, porque este tema nos involucra a todos, a todas y todes.
¿No es un problema muy grande que la provincia tenga una dimensión continental, con 14 millones de personas?
L.P: Sí, estamos hablando de una provincia que tiene la potencia de un país. La tenemos que abordar con esas complejidades, es muy heterogénea. El feminismo que nosotras planteamos, que plantea Estela Diaz, pero que también es lo que recogemos del movimiento que nutre a este ministerio, es un feminismo popular que necesita reconocer que la única desigualdad existente no es la desigualdad de género, sino que la de género se cruza y se entrecruza con otras discriminaciones en el entramado. Esto en la provincia de Buenos Aires se complejiza muchísimo porque tenemos mujeres de pueblos originarios, en ruralidad, en el conurbano, en situación de hacinamiento, mujeres que necesitan servicio de salud en poblaciones muy pequeñas donde no hay siquiera un dispensario, todo esto se complejiza muchísimo pero también nos da una oportunidad que es la de regionalizar nuestra política y apostar a la articulación y vinculación con los municipios para poder territorializar y poder llevar adelante una política que como pidió el gobernador tiene que ser militante, de cercanía, en contacto con las vecinas y vecinos de Buenos Aires.
A propósito de la polémica que se desató a partir de las imágenes de Jimena Barón y lo relacionado al trabajo sexual, ¿tienen una posición desde el Ministerio con respecto a eso?
L.P: Lo que hemos conversado con Estela Díaz es que sea un ministerio abierto a todas las voces, creemos que hay mucho enfrentamiento mediático que no es tan real cuando nos ponemos a trabajar en políticas públicas. Tenemos que tratar obviamente las violencias que sufren las trabajadoras sexuales en la vía pública y tenemos que trabajar en ofrecer salidas reales para aquellas personas que no desean ejercer el trabajo sexual como un trabajo. Esta es la política pública que tiene que generar un Ministerio, después las discusiones sobre cuestiones teóricas, esas corresponden a la academia, nosotras tenemos que trabajar generando políticas públicas, somos el gobierno de todas, del Frente de Todas. Hay distintas expresiones, nuestro Ministerio también las recoge y nos hacemos cargo de que este debate no está saldado en los feminismos a nivel internacional, pero vamos a llevar a cabo políticas que nos incluyan a todas.
Hubo un primer Foro Participativo hacia un Plan contra la Violencia de Género. ¿El Ministerio participó?
L.P: Sí, participaron las áreas de abordaje a los temas de violencia, fue una convocatoria federal y se empezó a trabajar en un plan que ponga en función todos los instrumentos que están, que existen, como la línea de atención, el call center, para poder darle mayor territorialidad.
Publicado en APU – Por José Cornejo Pérez
