Los ángeles de Mauri
Las Chicas del Presidente se disputan el protagonismo femenino de la Cumbre del G20. Aún antes de comenzar el evento, Gabriela ya hizo méritos para llevarse el premio mayor, aunque Patricia y Elisa podrían amenazar su liderazgo.
Por Claudio Siniscalco
Por fin llegó el momento tan esperado: nuestro país es sede de una cumbre del G20, el encuentro internacional más difícil de organizar después de una final de Copa Libertadores.
Era sabido que los funcionarios y funcionarias de Mauricio harían lo necesario para estar a la altura de tan magno acontecimiento. Y aunque nuestras fuentes en el Ministerio de Seguridad recontrajuran que su Jefa no se dará por vencida, en los pasillos de la Rosada sostienen -con igual entusiasmo- que no será nada sencillo arrebatarle el primer lugar del podio a la Vicepresidente.
Y argumentos no les faltan: “se mandó dos muy grosas en pocos minutos, y con el Presidente de Francia”, admiten en un riguroso off the record que prometimos no vulnerar.
«Horrible, ¿qué te puedo decir?«, se sinceró Gabriela al referirse a la descontracturada recepción del presidente francés, Emmanuel Macrón, en el aeropuerto internacional de Ezeiza. El mandatario llegó anoche al país para participar de la cumbre del G20 y se encontró con una extraña situación al salir del avión: no había nadie para recibirlo.
La educación ante todo, Macrón saludó a dos empleados del aeropuerto, que no serían funcionarios del mejor gobierno de todos los tiempos, pero al fin y al cabo también tienen derecho a conocer a un jefe de Estado extranjero.
Pero no conforme con este episodio, y con la consigna de que siempre hay que dar lo máximo de uno (o de una), Gaby intenta hablar con Macrón en francés, objetivo que no habría logrado. «No le doy demasiada trascendencia, y creo que él tampoco«, aseguró nuestra líder, y concluyó: «Se mató de risa».
De esa demostración de enorme frescura se agarran sus seguidores para apostar al triunfo de Gabriela como la Chica de Mauri más destacada de la Cumbre.
Del otro lado del ring, y curtida en mil batallas, Patricia no se quedará de brazos cruzados y también intentará destacarse. Y otra peso pesado, Elisa, hará lo propio, aunque sus adversarios susurren con malicia que ella sí sabe de abandonos.