Lorenzetti: «respetar las instituciones y la figura presidencial»
En la Sala de Audiencias, ubicada en el cuarto piso del Palacio de Tribunales, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, pronunció su discurso de apertura del año judicial. El acto, del que participaron integrantes del Poder Judicial, funcionarios, y políticos, empezó con la proyección de un video preparado por el Centro de Información Judicial (CIJ). Con el himno nacional de fondo, se proyectaron imágenes que recordaban los centros clandestinos de detención, los asesinatos de Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra, la tragedia de Cromañón, entre otras. Lorenzetti después las llamó «nuestras víctimas» y «nuestras tragedias». La proyección cerró con la imagen del fiscal Alberto Nisman, a modo de homenaje.
En el inicio de su exposición, Lorenzetti se centró en la necesidad de la Justicia aborde los expedientes desde una perspectiva más humana, y en la importancia de que los poderes del Estado trabajen de manera cooperativa. «Detrás de cada uno de los temas, hay gente que lucha; hay pedidos de organizaciones. No son expedientes. Son personas, son tragedias. Hay que conmovernos con lo que les pasa a las personas con rostro humano», dijo el presidente de la Corte. Después, llamó a «terminar con la impunidad en cada uno de los casos». Se refirió en especial a los procesos que están trabados. Y convocó a «que no hagamos de ellos una disputa de intereses ajenos a la lucha contra la impunidad», y advirtió que las víctimas esperan una actitud más madura de las instituciones.
«Llevar adelante con celeridad los procesos»
«De nada sirve que esto es problema de uno o de otro. ¿Por qué no buscamos la cooperación de cada uno de los poderes del Estado? Las instituciones no funcionan bien cuando los que están a cargo hablan de poder y los ciudadanos están alejados de eso. No sirve la mera especulación política. Cada uno tiene que cumplir su rol. Los jueces deben juzgar de manera imparcial, sin ceder a las presiones. La lucha por la justicia y por la imparcialidad debe guiar nuestro camino», dijo Lorenzetti. “No hay nadie demasiado poderoso cuando nos guía la idea de Justicia”, expresó.
“La Corte Suprema no puede indicarle a un Tribunal qué causa debe llevar adelante”, dijo el presidente de la Corte Suprema. Y esbozó un cuadro de situación: tribunales orales saturados, causas demoradas. “Tenemos que pedirles a los jueces un esfuerzo para que las causas puedan ser terminadas. Es un problema de todos, no sólo de la Justicia”, dijo. “Hace año que venimos pidiendo por esa cooperación. No es culpa de uno de otro. Es bueno que nos pongamos de acuerdo y que los Tribunales lleven adelante con celeridad los procesos. Tenemos que trabajar en esa línea», dijo.
Lorenzetti agregó que «en el año 2010 se crearon los tribunales orales 7 y 8, que hubieran solucionado estos problemas. Todavía no hemos logrado que los conformen. Si tuviéramos esos tribunales, no habría esta demoras en los casos AMIA y Once», reclamó.
Causa embajada de Israel: «Es cosa juzgada»
«Quiero hacer una breve referencia a la causa de la Embajada de Israel. Hubo una sentencia en el año 1999, muy anterior a la conformación de la Corte actual. Esa sentencia acordó cuál es la materialidad del hecho y quiénes eran los culpables. Encontró culpable a un grupo de Hezbollah. La sentencia está publicada y fue consentida por las partes. Nosotros no la podemos modificar. Es cosa juzgada», afirmó. “El valor de decir “Nunca más” es pensar en la resolución de los problemas concretos y no en hacer declaraciones abstractas”, siguió. “Cuando hay personas que claman justicia, las diferencias deben ser derribadas. A los ciudadanos les decimos que no tengan temores, que la Corte está para dar protección. Quédense tranquilos, que vamos a seguir en esa línea: la de otorgar protección jurídica y brindar confianza”.
«Hay que proteger a las instituciones»
El presidente de la Corte citó a Ulises, que se ató para no caer en las tentaciones de las sirenas. “Si no sabemos que tenemos que estar atados a principios constitucionales, no podemos vivir en armonía”, dijo. Luego enumeró una serie de principios básicos o lineamientos de comportamiento. “Como principio básico y fundamental, la Constitución protege a la democracia. Mientras estemos acá, no vamos a permitir ningún avasallamiento extremo. Hay que proteger a las instituciones”, dijo. Nombró la necesidad de sostener el principio republicano. “Hemos tenido dictaduras y gobiernos republicanos sin participación popular. Y eso no puede suceder. Nuestro problema es institucional”, aclaró.
«Los jueces no deben gobernar»
La posición de la Corte, explicó, se basa en dos aspectos: el progresismo (“porque abogamos un evolucionismo en la ampliación de derechos”) y el republicanismo (“porque respetamos la división de poderes y debemos sostener un poder judicial independiente”). Dijo que «El Poder Judicial debe poner límites». Aclaró que “los jueces no deben gobernar” y enfatizó la tarea: “aplicar las leyes de igual forma para ricos o pobres, en eso se juega la credibilidad. Antes que nada, deben ser imparciales”.
La Corte, priorizó, “debe mirar de frente a la gente”. En este sentido, pidió una reforma de la Justicia que “tienda a una visión más federal, porque los problemas mayores de los argentinos pasan por las provincias”. En ese momento del discurso, hizo una pausa y saludó la presencia de funcionarios de la Justicia: la laboral, la comercial, la civil, la penal, entre otras. “Cada una tiene sus problemas específicos, no podemos pensar una reforma general”, dijo al mismo tiempo que valoró que “ante la crítica de la sentencias, debemos sentirnos enriquecidos, porque eso fomenta el debate civil”.
«Los jueces nunca van a ser populares»
Lorenzetti dijo que “los jueces nunca van a ser populares». Y continuó: «Deben seguir una línea imparcial. El Poder Judicial no debe perseguir la aprobación de las mayorías momentáneas, sino el prestigio”. Se preguntó, además, por el sentido federal de la Justicia. “Tenemos que priorizar que haya una base común en las provincias para no permitir las desigualdades”, dijo.
Juicios de lesa: «una tarea extraordinaria, que no vamos a modificar»
El presidente de la Corte Suprema de Justicia habló del trabajo de la Justicia en materia de derechos humanos. Los juicios de lesa humanidad, dijo, conforman “una tarea extraordinaria” y felicitó a los jueces que los llevan a cabo. “Debemos decir con toda claridad que no vamos a modificar esos procesos. Eso forma parte de la indepencia del Poder Judicial. Continuaremos con los juicios de lesa humanidad”, dijo.
Justicia para la igualdad de oportunidades
Lorenzetti recordó que nuestra Constitución «alienta el principio de igualdad de oportunidades”. Y alentó al sistema de justicia a pensar en que todas las personas tengan derechos. «No puede haber personas desechables, nos duele como sociedad. Los derechos fundamentales de la vivienda, de la salud, hay que garantizalos entre todos los poderes del Estado”.
Narcotráfico: «el foco no está en el consumo»
Sobre el problema del narcotráfico, advirtió que para la Corte, “el foco no está en el consumo”. Y pidió al Estado una política clara para que el conflicto no se profundice. La ciudadanía del siglo XXI, dijo, no es sólo la que vota, sino que la participa activamente en la sociedad civil. En esa línea, dijo que el nuevo Código Civil y Comercial garantizará “la existencia de esa ciudadanía”.
Pidió políticas para articular desarrollo y protección ambiental
El tema ambiental, uno de los favoritos del presidente de la Corte, también estuvo presente en su discurso: “Existen tormentas destructivas en lugares que nunca se inundaron. No podemos permitir eso. El calentamiento global es un problema que hay que combatir. Hay que pensar en una política de Estado que articule desarrollo con protección ambiental. Estamos siendo ciegos ante la advertencia de la naturaleza”, dijo.
«Lograr que la gente se involucre en la Justicia y el Estado»
En el último tramo del discurso, habló de la gobernabilidad. Dijo que uno de los grandes problemas actuales “es la ineficacia” y advirtió acerca del riesgo de caer en la “apatía institucional”. Según Lorenzetti: “Se habla y se legisla sobre temas, pero es difícil modificar la realidad. No alcanza con exponer los problemas, hay una distancia entre lo declarado y lo percibido. Eso no sólo pasa en Argentina sino en el mundo. Se genera una apatía institucional. Debemos hacer un gran esfuerzo por la implementación de los derechos”. Otro problema de la gobernabilidad, dijo, es la participación ciudadana. “Tenemos que lograr que la gente se involucre más en los hechos de la justicia y del Estado.
Volver a las audiencias públicas
“Hay que cambiar el modo centralizado de tomar las decisiones”, dijo. “Hay que encontrar más redes, más dinámicas para que la democracia funcione mejor. Abrir los procesos a la participación es el desafío de la justicia. Encontrar una democracia deliberativa y crear espacios de encuentro, porque el modelo antiguo está en crisis. Volver a las audiencias públicas, a la plaza pública. Como pasó con el debate de la Ley de Medios”.
La gobernabilidad se basa en conducir la diversidad
Por último, llamó a combatir el odio, el egoísmo y la especulación política. “Necesitamos expresar la diversidad. La gobernabilidad del siglo XXI se basa en la conducción de esa diversidad. Recuperar el espíritu de la constitución y no enredarnos en problemas menores que nos distancie de la idea de sentirnos parte de una Nación en común. Recuperar el patriotismo constitucional, tenemos valores más importantes que aquello que nos diferencia”. Y agregó: “Hay que dar la lucha por una justicia más igualitaria. No hay nada que no podamos hacer si no tenemos la voluntad de hacerlo. Sentirnos responsables por la acción cotidiana de la justicia y apuntar a resolver los problemas de la gente. Debemos brindar igualdad, seguridad y confianza”. (Infojus Noticias)