Longobardi tratará de poner en duda la vacunación en el país
Marcelo Longobardi, reconocido publicista comunicador, inicia este fin de semana una nueva etapa de acciones contra el gobierno de Alberto Fernández. Lo hará con una entrevista al politólogo y profesor norteamericano de Harvard Steven Levitsky.
Escribe Alejandro C. Tarruella
Dos operadores en acción
En tiempos en que casi todos los operadores corporativos son llamados especialistas, Levitsky es difundido en referencia a América Latina, con particular dedicación a la Argentina y a Perú. Procurará acaso negar que siguen llegando vacunas a la Argentina y harán centro en hechos de presunta corrupción. Longobardi, que opera en la CNN, entrevistó para emitir este domingo a las 22, al especiólogo, quien explicará cómo es la Argentina, que tiene, y cómo sus gobernantes equivocan el camino de las vacunas.
No habrá referencia con toda seguridad, al chantaje de las grandes potencias occidentales y laboratorios, en la distribución de las vacunas, cosa que ha denunciado la OMS. Será el capítulo de una nueva ofensiva de la globalización y sus personeros, luego de la entrevista que mantuvieron en México, los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández, y la eliminación de las causas que impedían a Lula, ser candidato a presidente en Brasil.
Longobardi plantea que la falta de vacunas, cosa que es grave en el Paraguay –por ejemplo- no es un problema de la comercialización que está por sobre las necesidades humanas de los países de menor desarrollo, sino de sus gobernantes y sus ciudadanos. Van a obviar en la entrevista con toda seguridad, el señalamiento de la misma Organización Mundial de la Salud, respecto de que países de mayor desarrollo acaparan vacunas y dejan sin ellas, a los más pobres.
Levitsky, que pertenece al arco del progresismo pro norteamericano, se presenta desde una izquierda lavada que cuestiona el “autoritarismo competitivo”, eufemismo con el que critican a gobiernos de la América hispana que se mueven sobre el manejo, de acuerdo a su ideario con base en Washington, del Estado. Ellos promueven, sin expresarlo, que el sostén sea de las corporaciones en el modelo de los Estados Unidos, donde un presidente que representa a las corporaciones, luego de un máximo de 8 años en el gobierno, se retira a servir a las organizaciones de “mercado”.
Si se trata de gobernantes europeos son más laxos: Felipe González fue presidente del gobierno español casi 16 años pero acabó trabajando al servicio de Telefónica de España. Recuérdese la denuncia de Lilita Carrió quien reveló que, a la caída de De la Rúa, Felipe llegó a la Rosada con una valija y dólares para pagar al presidente caído para que permaneciera en el cargo. Ángela Merkel lleva un período semejante al de González pero ahí no hay críticas de los especiólogos.
Steven Levitsky
Levistky y los fantasmas
Levitsky se presenta como una suerte de socialdemócrata y en Perú incluso, promovió el acceso al gobierno de sectores de ese tinte. Desconociendo la historia argentina, que no es categoría de conocimiento para el progresismo de ese carácter, simplifica al peronismo adjudicándole un origen populista sin precisiones en el análisis de las vivencias nacionales. El reduccionismo de esas consideraciones, hace que el centro de sus presuntos saberes, sea la descalificación de los destinos propios de los países para proponer sin exponerlo, la necesidad de gobiernos amparados en las corporaciones y el “mercado”. Una suerte de delarruismo remozado que sostenga los intereses vinculados a poderes internacionales.
En su libro “La transformación del justicialismo. Del partido sindical al partido clientelista 1983-1999”, analiza al peronismo como un todo sin matices mayores que se inclina a una construcción modernizada y clientelista de la política. No hay descripciones del papel de los sectores que enfrentaron a la dictadura, todo se inclina a demostrar que había un camino hacia la corrupción que desacreditaba al conjunto del movimiento. Plantea así, la decisión de transformar un movimiento político en una suerte de guarida de dirigentes inclinados al clientelismo. Desde el punto de vista de un análisis, no debe descartarse el facilismo de sus ideas principales. El objetivo es dar un carácter negativo al conjunto de los haceres políticos con destino a una exclusión sistemática que no desconoce, en todo caso los encubre, rasgos de racismo planteado en una reescritura de la realidad que se deforma.
El encuestólogo Eduardo Fidanza, afín a la condena al justicialismo, ha escrito respecto del libro del operador norteamericano: “Un capítulo de ese libro contiene la versión reelaborada de uno de los primeros papers que alumbró Levitsky para dejar asentadas las conclusiones iniciales de su investigación de campo. El título es un oxímoron, que constituye todo un editorial sobre el peronismo: “Una desorganización organizada”. El texto original comienza así: “El Partido Justicialista o ‘peronista’ argentino representa desde hace tiempo un misterio para los analistas. Si bien su fuerza electoral está más allá de toda discusión, la debilidad e inactividad de la burocracia partidaria y de los cuerpos formales dirigenciales han llevado a numerosos estudiosos a describir la organización de este partido como inexistente”. Se diría, parafraseando al pensador Alfredo Lepera, que para ellos, el peronismo “es un fantasma que crea mi ilusión”.
Lo interesante para el “no saber” que sugiere Fidanza, es que en su delicada observación, debido al “misterio” insondable que sugiere, es que Levitsky en su mirada, trabaja sobre una materia inabordable, tanto que la nota en que aparecen sus ideas, o impresiones al paso, se tituló “Una celada patética al peronismo fantasmal”. De ese modo, al colocar las cosas en términos de decir cualquier cosa al situar los análisis en tiempo de enigmas, también el que improvisa sobre el peronismo, estaría habilitado a decir lo que se le ocurra.
Cadícamo dice en el tango “Cruz de palo”, acaso inspirado en Fidanza, “Dicen los más viejos, haciéndose cruces, que al pasar de noche por ese lugar, oyen que se quejan los ñacurutuces, de un modo tan fiero que hasta hace temblar.” En ese campo (acaso santo) coloca Fidanza a Levitsky y es posible que, amparado en los fantasmas, Longobardi ahora presuma de misteriólogo y vincule el uso de las vacunas contra el coronavirus para ensayar un nuevo análisis, entre fantasmas, mentiras y lenguaraces.
A todo esto, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán, acaba de desestimar las hipótesis interesadas respecto de las vacunas, y anuncia la llegada de una primera partida de las mejores en calidad, las Sputniks, en cantidades en los próximos días. La primera partida que arribe, será de 330 mil de un lote de 4 millones. Se seguirá vacunando y el domingo, Longobardi y el norteamericano, hablarán en la CNN de los fantasmas que les crea su propia ilusión.