Larreta y Vidal no quieren a Macri en campaña

Asediado por la causa de contrabando de armas a Bolivia, Mauricio Macri necesita en estado desesperante, salir de campaña con su gente. Santilli el colorado, Vidal la que cayó por 14 puntos en la provincia, ni hablar de Rodríguez Larreta, lo quieren lejos.

Escribe Alejandro C. Tarruella

El contrabandista descubierto

Para ellos, es un pájaro de mal agüero que juega no los votos de los Juntos entreverados sino su suerte ante la justicia. Allí lo esperan la causa de la deuda externa, los acuerdos con el FMI (más de u$s 50 mil M que fraguaron una fuga que en cuatro años fue de más de 80 mil millones en verdes), el contrabando a la Bolivia. Por ese necesita cargarse a Juntos como un poncho que le asegure la impunidad. Los radicales que abandonaron a Yrigoyen y a Alfonsín, sostienen que hace una cruzada personal para eludir barrotes. Alfredo Cornejo, el titular de la UCR, lloró que la presencia de Macri favorecía los intereses del gobierno y los perjudicaba a la hora del voto. Por eso, no lo quieren en campaña porque a Macri no le preocupan ya los votos, sino el áspero color de las rejas.

Y el hijo de Franco entonces, sale a provocar para lograr bailar en escena una vez que regresó de sus vacaciones europeas. Al defender su decisión de endeudar y enriquecerse aún más con el FMI en su gobierno, le rompe la estrategia a Santilli, Vidal y otros, que quieren hablar en el tono naif de Durán Barba. Como lo sabe el ecuatoriano, esa receta sirve solamente en una ocasión, cuando no fueron gobierno. De ahí que hay candidatos como Vidal, que huyen de sus propias sombras. Una vez que cayó por 14 puntos frente a Kicillof en 2019, escapó a territorio de la CABA donde intenta recuperarse con un detalle. A su vez, a Erre Larreta no le conviene que ella gane con amplitud. Ambos son pretendientes a la presidencia y ella, ante el círculo rojo, tiene ventajas. El “guasón” precisa entonces ganar “más o menos”, y mostrar a las corporaciones, en particular a los vendedores de cemento en altura, que él garantiza votos suficientes para alcanzar el título en 2023.

El “guasón” quiere bailar la segunda

En ese cuadro, Macri queda como un recuerdo que el destino nos dejó. Ninguno de esos dos pretendientes al trono mayor, lo quieren ver ni en figuritas. De forma que su actitud, en la arrogancia de un “niño bien, pretensioso y engrupido”, movido incluso por una dosis de temor reverencial a la mazmorra, no admite otro liderazgo que el suyo. Pretende mostrarse como el referente mayor de un entrevero de fuerzas que no atiende consejos. Si, como sostienen algunos encuestadores (no hay que tomar al pie de la letra sus dichos porque a la fecha no hay encuestas presenciales y sí, mucha sanata de venta), puede haber un escenario de primera vuelta donde Santoro gane por pequeño margen y que, Vidal poniendo segunda, reúna al rejuntado y se imponga en el repechaje por una mínima diferencia. Es escenario es el que goza hoy, Rodríguez Larreta.

La moral de antaño

El histeriqueo alrededor del cumpleaños de Olivos, no tiene, como los lloriqueos de Iglesias sobre Florencia Peña, estatura electoral. Lilita se dio cuenta de inmediato y no es tema común en campaña para la oposición en conjunto. Llamó la atención el estallido moral de sectores del progresismo. Algunos dirigentes apremiados como una antigua dama, salieron a curarse en salud; decían que moralmente no era correcto. A cierto positivismo de fin de siglo XIX le angustian esas articulaciones (recordemos que ellos no organizan, sino que articulan) y se tapan los ojos con fino pañuelo de organdí. No se ha visto a macristas taparse la cara o aludir a la moral, al estrellarse ante la deuda externa de Macri. ¿Por qué no dejan ese tema para el presidente o su comunicación? Un error es un error, no un episodio moral para tratarlo filosóficamente con el Dipy u Ocaña.

Mauricio en tanto, explicó en TN que “El Fondo no vino a hacer un negocio. Vino a ayudar a la Argentina. Nos prestó un crédito, ¿para qué? Para renovar las deudas que estaban venciendo y que no nos querían renovar por el miedo a que volviera el kirchnerismo”, 57 mil M de dólares no es nada, decía. “Cuando uno mira la deuda con el crédito del fondo y hasta el día que me fui, es la misma deuda” y negó que con sus amigos fugaran divisas. Solo que Nicky Caputo fugó unos 250 millones y su familia unos 10 millones como para no perder las mañas. De ahí que, los juntos separados, Larreta, Vidal, Monzó y otros, rezan hoy para que Macri no vaya a campaña pero él va a los medios, y será espectacular su presencia en Córdoba, amparado por su empleado Schiaretti.

Las rejas no mienten

La justicia, la cárcel y el rechazo de los propios, lo cercan. Un caso lo aclara. Por su declaración jurada de bienes, la Oficina Anticorrupción lo tiene bajo sospecha de “lavado de dinero” y “evasión tributaria” por la “omisión maliciosa”, lo cual, en términos legales, es una variante de “enriquecimiento ilícito”. Ellos revelaron que diversas operaciones de la firma Agropecuaria del Gauyquiraro (Agro G.S.A.), iban mediante transferencia al fidecomiso ciego que Macri había creado, sin perder tiempo, en 2016. Las transferencias dieron a la firma una suma de 570 mil dólares desde 2017 a 2020. Al finalizar el contrato de fideicomiso, esa cifra monto fue devuelta a Mau. La presentación de la jueza María Servini de Cubría, detalló el modo en que el hijo de Franco adquirió acciones de la empresa por más de 5 millones de pesos, unos u$s 53 mil “provenientes de un ilícito penal”, que se habría concretado desde el 2 de septiembre de 2013 y el 12 de abril del ’16 para dar apariencia legal al dinero invertido con el fin de obtener dividendos ilegales.

Cuando llegó a Europa recientemente, luego de la fuga de Pepín al Uruguay, un medio español comentaba que con un prontuario delictivo menor al suyo, cualquiera estaría entre rejas para cumplir una pena acorde al raid criminal, por el que fuese acusado. Y recordaba un refrán español: “No es lo mismo la justicia que reciben los pobres que aquella que juzga a los ricos”. Hoy Macri sale a pronunciarse ante su suerte posible, no por lo votos, y los juntos del rejuntado tiemblan ante el “pintavotos”. La suerte está echada y los astros, si aceptamos esa categoría, no parecen estar con él en días de pandemia.