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La motosierra logró su masacre laboral: en Río Tercero despidieron a 124 empleados de la petroquímica

Río Tercero, ciudad cordobesa siempre castigada por el neoliberalismo, está sufriendo una crisis laboral y social intensa. Más de 124 empleados fueron despedidos de la Petroquímica Río Tercero, empresa emblema de todo el polo industrial, que ya viene sufriendo más de 400 despidos. Paradójicamente, es la ciudad donde Milei obtuvo el 75% de los votos.

El viernes 3 de noviembre del año 1995, la ciudad de Río Tercero sufrió una serie de detonaciones que dejaron el saldo de 7 muertos y más de 300 heridos. Hoy, en un contexto que romantiza la figura del expresidente Carlos Menem y en donde la realidad lo homenajea con medidas económicas que profundizan la desigualdad social y la desocupación laboral, Río Tercero vuelve a ser protagonista.

 

La Petroquímica Río Tercero (PR3), empresa icónica del rol de un Estado fuerte y pujante, se fundó en 1974 como una sociedad mixta entre YPF, Atanor y Fabricaciones Militares. De esta manera, se convirtió en una fábrica pionera en la producción de diisocianato de tolueno (TDI) , insumo clave para la elaboración de espuma de poliuretano, que se encuentra en colchones, por ejemplo. En el mes de octubre de 2024, la empresa ya había anunciado el cierre de la única planta de TDI de Latinoamérica, como resultado de la dificultad para competir frente a las importaciones, más precisamente con China.

 

El comunicado de la empresa decía:  “Esta decisión se debe, fundamentalmente, a la transformación que tuvo la industria de este producto a nivel mundial (con la irrupción de plantas de gran escala, especialmente en Asia), que produjo una sobreoferta de TDI que hizo caer el precio internacional abruptamente en los últimos años. Otro factor determinante, es la acotada capacidad de producción de nuestra planta de Río Tercero que hace imposible competir con aquellas compañías globales de mayor escala. Esta nueva etapa de Petroquímica Río Tercero es una consecuencia inevitable y obligada de un proceso que la empresa ha venido atravesando en los últimos años y que, con enorme esfuerzo, había podido superar hasta este momento”.

 

Pero esto colapsó, además, en todo el resto del polo industrial de Río Tercero, ya que la Fábrica Militar tenía como principal cliente a Petroquímica Río Tercero, en la venta de ácido nítrico. En síntesis, el efecto dominó de las importaciones y de un Estado nacional que vino a hacer lo mismo que el menemismo: rifar nuestra Soberanía.

 

 

Fábrica militarizada, despidos de madrugada y un intendente radical pero libertario

 

A Fabricaciones Militares de Río Tercero el gobierno de Javier Milei fue rompiéndola de a poco: sin comprarles repuestos a los operarios, parando las plantas químicas por falta de mantenimiento, planchando los salarios con un gremio débil (o tal vez funcional a la motosierra como UPCN) y empujándolos a optar por el retiro voluntario.

Agustina Sosa

 

A esta escalada de industricidio, el sindicato de Químicos la denominó como “masacre laboral y económica”, que pone en jaque el futuro de una ciudad. Por parte del gobierno de Martín Llaryora, el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Córdoba dictó la conciliación obligatoria. En tanto que Marcos Ferrer, intendente de Río Tercero que se autopercibe radical pero puja por una alianza de este espacio con los libertarios, sostuvo que “ellos no pueden hacer nada”. Cabe recordar, también, que en Río Tercero, Javier Milei obtuvo el 75% de los votos.

 

El Sindicato del Personal Químico y Petroquímico (S.P.I.Q.Y.P) pidió que se retiren las Fuerzas Armadas de la fábrica porque -según explican- a pesar de haber acatado la conciliación obligatoria dispuesta por la provincia, suspender las medidas y cumplir horarios, la petroquímica está militarizada y no tienen luz ni agua caliente. En ese sentido, el delegado Lucas Felici criticó la falta de apoyo del intendente Ferrer: “El intendente no acompaña a los trabajadores, sacó versiones poniendo en duda el derecho a huelga, sólo se posicionó del lado de los poderosos, alineándose con La Libertad Avanza”. Además, Felici sentenció que Ferrer “no se hizo cargo de que la política de desindustrialización se está llevando puesto al polo químico más grande de la provincia”.

 

 

La historia se repite, primero como tragedia, después como farsa

 

La frase que se le atribuye a Karl Marx en “El 18 Brumario de Napoleón Bonaparte” pareciera  estar más vigente que nunca. ¿Cómo se puede explicar que una ciudad tan fuertemente castigada por el menemismo haya elegido masivamente a su copia fiel, menos carismática y más violenta? ¿Cuánto tarda un pueblo en aprender? ¿Aprenden los pueblos?

¿Por qué no está toda la provincia de Córdoba apoyando este reclamo? Los interrogantes son tantos y flotan en el espiral del enojo y el desasosiego.

 

La verdad es que son más de 250 los trabajadores despedidos en la Petroquímica Río Tercero, sumando los distintos meses desde que empezó esta masacre laboral. 250 familias que no llegarán a fin de mes. 250 cincuenta destinos que tendrán un futuro incierto. Acaso como el de todos nosotros, mientras vemos la Argentina pasar en forma de malas noticias día a día.

Así como se despedaza la integridad nacional, la capacidad de lucha colectiva y sindical, las raíces de ese árbol frondoso que supo ser nuestro país y su capacidad industrial.

¿A quién votará Río Tercero este año? Lo sabremos en unos meses.

 

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